Capitulo 15

152 16 7
                                    

Jung KiBum. (POV)

No dudes amor mío, cuando te digo que nunca te abandonaré.

Ni la muerte misma me podrá separar de ti.

Tú... significas todo para mí.

Llegué lo más rápido que pude. Siento que he fallado. No pude mantenerlo lejos de aquí. En estos momentos es cuando extraño a mi hermano. Quisiera haber podido hacer lo que él. Llevarme a Mimi lejos de YunHo.

Pero para mí ha sido más complicado. Ni siquiera he terminado mis estudios. Como puedo hacer que los grandes empresarios confíen en mis habilidades para manejar mi parte de las empresas si para ellos sigo siendo un mocoso.

Entro corriendo a la casa. Estoy a punto de subir las escaleras, cuando veo a HunHwa que viene con una charola entre sus manos, cargando una jarra y algunos vasos. Con él viene la nana NaYoung.

— HunHwa. — voltea nervioso.

— KiBum. — voltea a ver a la nana. — ¿podría llevarles el agua?

— Claro. Con permiso — antes de irse, la nana voltea a regañarme. — ya te he dicho que no corras en la casa Bummie. — ruedo mis ojos un poco molesto.

— Sí nana. Por favor retírate. — no tengo tiempo para eso.

La escucho quejarse y sale de la casa por la puerta que da al jardín.

— HunHwa.

— Lo siento KiBum pero ese señor regresó a la casa. Le metió muchas ideas en la cabeza a Mimi sobre el bienestar del niño y que podría estar contigo. — cierro los ojos.

— Entiendo. — respiro hondo.

— KiBum. — se acerca a mí. — creo que... deberías decirle la verdad antes de que tu hermano hable con mis padres. — abro los ojos sorprendido.

— ¿Qué?

— Ese tipo que fue por nosotros, le dijo a Mimi que tu hermano arreglaría todo para que ustedes se casaran y que hablaría con nuestros padres.

— No. Si YunHo hace eso, seguramente es sólo para tener su autorización de mantenerlo aquí, en ésta casa.

— Lo sé y por eso te lo digo. Mejor habla con él y dile la verdad.

— ¿En dónde está?

— En el jardín, con tu cuñado.

— Bien. Vamos.

Salimos al jardín y lo veo a lo lejos, sentado junto a HeeChul, tomando un vaso de agua. Parece que se han hecho amigos. Está sonriendo. Nos acercamos más, gira su rostro y me ve. Su rostro se ilumina, esta emocionado y yo siento que me aprietan el corazón.

Me duele ver que tenga ese tipo de reacciones. Me ha visto tan pocas veces en éstos meses que cada vez que nos encontramos, se emociona de esa manera. Se levanta de prisa de la silla.

— ¡Bummie! — veo que tiene la intención de correr.

— ¡No corras! — se detiene como niño regañado haciendo un puchero.

— Está bien. – murmura y sonrío al ver su puchero. Me apresuro a llegar a su lado. — ya, no pongas esa cara. Recuerda lo que te dijo el doctor. No puedes hacer esfuerzos.

— Lo sé, pero es que me puse feliz de verte y quería abrazarte. — pasa sus brazos alrededor de mi cuello olvidándonos de que no estamos solos. No pusimos algo melosos haciéndonos cariñitos.

PromesasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora