Promesas

Capitulo 22

Ryu ZhouMi. (POV)

No sé cuanto tiempo he pasado viendo hacia el jardín. Es muy bonito pero por más que intento sentirme motivado por los colores del mismo, mi corazón se siente vacío. He ignorado por varios días a mi madre y a mi hermano. No quiero escucharlos tratando de consolarme. Ellos no entienden como me siento.

Creen que con decirme cuanto lo lamentan voy a sentirme mejor, pero entre más escucho esas palabras, más me doy cuenta de lo que significan. Aún recuerdo esos pequeños movimientos imperceptibles en mi interior. Acaricio mi abdomen intentando sentirlos de nuevo pero es inútil. Ya no está ahí. Ya no está ese pequeño bulto.

A pesar de que HunHwan está conmigo, me siento solo. Recuerdo a KiBum abrazándome y sus ojos cuando desperté en el hospital. Rojos de tanto llorar. Me pregunto que sintió cuando caí por las escaleras y cuando le dijeron que había perdido a mi bebé... a nuestro hijo. ¿Cómo estará? ¿Lo habrá olvidado? ¿Me habrá olvidado a mí? ¿Me habrá perdonado?

— Bummie.— murmuro.

— Espera... lo llamaré. ¿Quieres hablar con él? — es mi hermano. Lo veo fijamente. Puedo ver su rostro preocupado.

Empiezo a notar que siempre ha estado ahí. A mi lado, apoyándome. Intento no ser tan débil. No es correcto que un chico de su edad, 19 años, tenga que cargar con mis problemas. Ya no quiero hacerle eso.

— Lo llamaré Mimi. – escucho que dice.

De nuevo me pierdo en mis pensamientos, observando el jardín. Veo al jardinero podar algunos arbustos. Una de las mucamas sale a ofrecerle un poco de agua, sonrío al ver como éste detiene sus labores para refrescarse y platicar. Cuando se despiden, se dan un beso rápido a escondidas.

Aprieto los labios. Mi corazón duele. Extraño a KiBum. Quiero verlo pero tengo miedo. Yo fui quien no se cuidó. No obedecí a las indicaciones del médico y tampoco hice caso a las peticiones de Bummie.

Respiro hondo. Bummie debe odiarme por lo que le hice a nuestro bebé. Me levanto de la silla y mi hermano, de inmediato viene en mi ayuda. Eso hace que me duela más el corazón. Empiezo a darme cuenta de que soy un inútil. No puedo hacer nada por mi mismo.

Me recuesto en la cama. Observo a mi hermano. Parece tener más madurez que yo que soy su hermano mayor. Tal vez, yo lo obligué a tomar responsabilidades que no debía tomar a su edad.

— Lo siento HunHwa. — murmuro de nuevo.

— Mimi... — se acerca a mí.

— Siento preocuparte. – no puedo contenerme más. Tengo muchas ganas de llorar.

— Mimi... lo siento tanto. — mi hermano me abraza. No puedo contener las lágrimas. Me duele tanto el corazón. Me siento tan mal, que el llanto comienza a convertirse en un desahogo que necesitaba.

Termino cansado de tanto llorar. Había guardado ese dolor desde que salí del hospital. Mi madre dijo que había sido un irresponsable, que debía dejar de llorar y que no tenía caso hacerlo. Así que contuve mis lágrimas pero hoy fue diferente. No lloré solo por mi bebé. Lloré por KiBum, por mí y por mi hermano.

El sonido de un celular me despierta. Abro los ojos y veo a HunHwa levantarse de la cama corriendo para contestar. Ya es de noche. Pasé toda la tarde dormido. Otro día se fue sin hacer nada.

— Espera. Parece que está despierto. — escucho a mi hermano. – Mimi... — se acerca a la cama con el celular en la mano y me ayuda a sentarme acomodando las almohadas en mi espalda. — tienes una llamada. — me dice mientras sonríe ampliamente.