Capitulo 27

147 15 5
                                    

Ryu HunHwa. (POV)

— Mimi. — toco la puerta de la habitación de mi hermano antes de entrar.

Realmente no esperé a que me dejara pasar. Desde que llegamos a China, nunca lo he hecho. Si lo esperaba, por su depresión, jamás me hubiera dejado, así que me quedé acostumbrado a entrar sin permiso. Parece que hoy he hecho bien.

— ¿Qué ocurre? — estoy un poco asustado.

Mi hermano de nuevo está llorando. En verdad no quiero que vuelva a deprimirse. Pensé que ya estaba superando todo pero verlo así de nuevo, me hace sentir que hemos dado un paso atrás. Corro a sentarme junto a él en la cama.

— Mimi. — voltea a verme. — cuéntame... ¿qué te pasa? — se me queda viendo con un puchero.

— HunHwa. — lloriquea.— Mamá y papá... — respira hondo intentando detener sus lágrimas. — ellos... quieren casarme.

— ¿Qué? ¿Con KiBum? — niega con la cabeza. — ¿entonces?

— Se llama Dylan Kuo. Mamá me lo presentó hoy en la mañana. Cuando me di cuenta de lo que pretendía, le dije a él, que yo tenía novio.

— Bien hecho Mimi. — le sonrío intentando tranquilizarlo.

— Pero mamá se molestó. – hipea. — dijo que tenía que casarme. Que era mi única opción después de lo que pasó. Que no quería que volviera a ver a KiBum y su familia. Que quisiera o no, Dylan Kuo va a ser mi esposo. HunHwa, no quiero. — limpia sus ojos con sus manos.

— Pero... ¿por qué? — baja la mirada.

— Dice que nadie más aceptaría casarse conmigo si se enteran de lo de mi bebé. — de nuevo las lágrimas se le escapan. Aprieto los labios. Estoy molesto con mis padres y muy preocupado.

— No te preocupes. — busco pañuelos desechables y se los doy. — estoy seguro de que algo podremos hacer.

— HunHwa. Quiero hablar con Bummie. Por favor.

Por precaución, el único que sabe como localizar a KiBum soy yo. Con la depresión que Mimi tenía, no sabíamos si sería conveniente que estuviera tan en contacto con él. Así que decidimos que mantendríamos un poco de distancia. De hecho, ni siquiera yo puedo contactarlo directamente.

— Está bien. Intentaré llamarlo. ¿De acuerdo?

— Sí. Gracias HunHwa. — me abraza fuerte. — te quiero.

— Yo también te quiero. — le doy un beso en la mejilla. — por cierto. — me separo un poco. — venía a decirte que mañana hay una exposición de arte. ¿Quieres ir conmigo?

— ... — se me queda viendo un momento no muy convencido.

— Anda. No te estoy invitando a una fiesta. Es una exposición de arte. Además, hace mucho que no sales. Te hará bien. — ahora soy yo quien hace un puchero. Sonríe

— Está bien. Te acompaño.

— ¡Eh! — celebro entusiasmado y vuelvo a abrazarlo. — ahora duerme. Ya es tarde. — le doy otro beso en la mejilla.

— Sí.

Estoy sentado en mi cama observando mi celular fijamente. La última vez que hablé con él, me dijo que antes de llamar a la mansión Jung mejor le llamara él y que me ayudaría a contactar a KiBum con mayor rapidez. Por lo menos, la última vez que me lo prometió, cumplió.

Respiro hondo intentando decidir si llamarlo o no. Veo la hora en el reloj sobre la pared. Es muy tarde. Será mejor que lo deje para mañana temprano. Pongo mi celular a un lado y me recuesto para dormir. Intento hacerlo pero mi mente empieza a divagar un poco.

PromesasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora