Capitulo 33

179 16 3
                                    

Ryu HunHwa (POV)

— ¿Quien era ese tipo?

Volteo a ver a Jiro cuando lo escucho hablar. HanGeng se acaba de ir. Fue una visita un tanto extraña y rápida pero me agradó verlo de nuevo. Ha pasado tiempo desde que regresé a China con mi hermano y solo había podido hablar con él por teléfono.

— HanGeng. — le contesto, sonrío y me siento de nuevo en el columpio.

— Si eso lo escuché pero... ¿quien es? ¿De dónde lo conoces?

— ¡Ah! Es una larga historia. — no puedo dejar de sonreír. En verdad estoy contento de haberlo visto aunque solo hayan sido unos minutos.

— HunHwa... — estoy balanceándome en el columpio.

— ¿Dime? — de pronto, Jiro se baja del columpio y se pone frente a mí.

— Hun Hwa...

— ¡Cuidado! — me asusto por que estuve a punto de golpearlo. Jiro detiene el columpio. — ¿qué pasa?

Levanto el rostro para verlo. Se ha quedado de pie frente a mí, viéndome fijamente. No puedo bajarme de columpio porque él está sujetándolo. Se inclina un poco. Se está comportando muy extraño.

— Jiro... ¿qué ocurre? — paso saliva nervioso.

— ¿Te gusta ese viejo HunHwa? — abro la boca sorprendido.

— ¿Gustarme? — balbuceo un poco confundido.

— Sí... ¿te gusta? — aprieto los labios. No sé porque no puedo contestarle.

— Jiro...

— Desde que se fue, no has dejado de sonreír. — llevo una mano a mi boca. Es cierto. No he podido dejar de sonreír.

— No. No es eso Jiro. — balbuceo sin quitar la mano de mi boca. — es solo que... — aprieto los labios. — el que haya venido, significa que mi hermano se pondrá feliz cuando le de noticias de KiBum, su novio.

Jiro entrecierra los ojos. En verdad, está poniéndome muy nervioso. Suelta el columpio y da unos pasos hacia atrás. Parece que va a irse molesto pero se detiene. De nuevo, gira hacia mí, aprieta los labios y vuelve a acortar la distancia.

— HunHwa...

— ¿Sí?

Estoy esperando a que diga algo pero solo se queda parado frente a mí. Sin dejar de verme fijamente. Esto es demasiado. Será mejor que regrese a casa. Intento ponerme de pie pero vuelve a sujetar el columpio impidiendo que me levante. Se pone de cuclillas frente a mí.

— Hemos sido amigos desde que éramos unos niños. — me vuelvo a sentar un poco inquieto

— Sí. Lo sé Jiro. — de pronto, toma una de mis manos.

¡Oh cielos! No, no, no. Que no sea lo que estoy pensando.

Mi corazón comienza a latir deprisa. Quiero irme de aquí. No quiero escucharlo.

— Siempre he estado a tu lado. Cuando te fuiste a Inglaterra con tu hermano, sentí que iba a perderte.

— Jiro...

Quiero interrumpirlo. Que deje de hablar. No quiero perder a mi mejor amigo.

Me pongo de pie bruscamente, lo obligo a levantarse y a dar unos pasos hacia atrás, paso saliva nervioso y respiro hondo. Volteo a verlo y sonrío. Intento actuar de forma normal.

PromesasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora