Capitulo 14

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HyunBin. (POV)

— Buenas tardes. Vengo con el joven DongHae.

— ¡Ah! Sí profesor. Por favor pase. En un momento le aviso al joven.

— Gracias.

La chica que abrió la puerta me hizo pasar al recibidor mientras subía a buscar a DongHae. La casa es tan grande y siempre se siente tan fría. Veo a mí alrededor inspeccionándola, camino un poco hacia el interior para seguir observando y me detengo frente a una foto.

Los señores Kim están sentados y a su alrededor están todos sus hijos. Reconozco a DongHae, al parecer mucho más joven. Hay otros dos chicos a quienes no conozco y luego está él, JungSoo, junto a su esposo. Aún y cuando ambos solo muestran unas leves sonrisas, se les ve muy felices sus ojos brillan y resaltan.

Estoy concentrado viendo esa foto familiar hasta que un ambiente diferente llama mi atención. En la alfombra de la sala, la pequeña SoRa está jugando con sus muñecas, riendo y gritando. Sonrío y entonces me doy cuenta de que sentado en uno de los sillones y absorto en sus pensamientos, está JungSoo.

Solo veo su perfil pero no puedo dejar de admirarme por lo hermoso que es. Doy unos pasos para acercarme y saludarlo pero me detengo al observar como algunas lágrimas ruedan por sus mejillas y de inmediato se las limpia cuidando de que su hija no las haya visto. Aprieto los labios. No me ha gustado tener que ver eso.

— JungSoo. — digo su nombre, gira su rostro y me ve sorprendido. Vuelve a pasar sus manos por sus mejillas para cuidar que no haya rastro de lágrimas.

— HyunBin.

— Hola.

— Hola ShyuBin. — SoRa ha dejado sus muñecas para saludarme. Me pongo de cuclillas para darle un beso en la mejilla.

— Hola SoRa. Que gusto volver a verte. Mi sobrino dice ¿qué cuando vas a jugar con él?

— ¡Oh! Papi. — voltea a ver JungSoo. — ¿puedo ir a jugar con él un día?

— Tienes que pedirle permiso a tu papá. Recuérdalo.

— ¡Shi! — toma su muñeca y continúa jugando.

— Hola JungSoo. ¿Cómo estás?

— Bien. — sonríe pero sus ojos están tristes.

— ¿Estás seguro?

— Sí. Claro. ¿Vienes a las clases con DongHae? Voy a llamarlo.

Se levanta del mueble apresurado. Está intentando huir porque ha notado que sigo observándolo fijamente y me he dado cuenta de que ha llorado. Intenta pasar por mi lado pero lo detengo.

— JungSoo... ¿Por qué no me invitas un café mientras espero a DongHae? — aprieta los labios. — ¿o no merezco ni un café? — me hago el ofendido.

— ¡Oh! No. No es eso. Por favor. — se sonroja.

— Entonces... ¿me vas a invitar el café? – sonríe.

— Sí. Claro. Vamos al a cocina.

Otra vez fuimos hasta la cocina como la última vez que platicamos en su casa. En cuanto llegamos, le dijo a la cocinera que podía irse a descansar y él se encargó de preparar el café. Todo lo hizo en silencio.

Finalmente puso dos tazas en la mesa y sirvió el café para después sentarse junto a mí.

— ¿Qué pasa? — no pude más. Tuve que preguntarle directamente. Levantó su rostro sorprendido.

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