HyunBin. (POV)
— Buenas tardes. Vengo con el joven DongHae.
— ¡Ah! Sí profesor. Por favor pase. En un momento le aviso al joven.
— Gracias.
La chica que abrió la puerta me hizo pasar al recibidor mientras subía a buscar a DongHae. La casa es tan grande y siempre se siente tan fría. Veo a mí alrededor inspeccionándola, camino un poco hacia el interior para seguir observando y me detengo frente a una foto.
Los señores Kim están sentados y a su alrededor están todos sus hijos. Reconozco a DongHae, al parecer mucho más joven. Hay otros dos chicos a quienes no conozco y luego está él, JungSoo, junto a su esposo. Aún y cuando ambos solo muestran unas leves sonrisas, se les ve muy felices sus ojos brillan y resaltan.
Estoy concentrado viendo esa foto familiar hasta que un ambiente diferente llama mi atención. En la alfombra de la sala, la pequeña SoRa está jugando con sus muñecas, riendo y gritando. Sonrío y entonces me doy cuenta de que sentado en uno de los sillones y absorto en sus pensamientos, está JungSoo.
Solo veo su perfil pero no puedo dejar de admirarme por lo hermoso que es. Doy unos pasos para acercarme y saludarlo pero me detengo al observar como algunas lágrimas ruedan por sus mejillas y de inmediato se las limpia cuidando de que su hija no las haya visto. Aprieto los labios. No me ha gustado tener que ver eso.
— JungSoo. — digo su nombre, gira su rostro y me ve sorprendido. Vuelve a pasar sus manos por sus mejillas para cuidar que no haya rastro de lágrimas.
— HyunBin.
— Hola.
— Hola ShyuBin. — SoRa ha dejado sus muñecas para saludarme. Me pongo de cuclillas para darle un beso en la mejilla.
— Hola SoRa. Que gusto volver a verte. Mi sobrino dice ¿qué cuando vas a jugar con él?
— ¡Oh! Papi. — voltea a ver JungSoo. — ¿puedo ir a jugar con él un día?
— Tienes que pedirle permiso a tu papá. Recuérdalo.
— ¡Shi! — toma su muñeca y continúa jugando.
— Hola JungSoo. ¿Cómo estás?
— Bien. — sonríe pero sus ojos están tristes.
— ¿Estás seguro?
— Sí. Claro. ¿Vienes a las clases con DongHae? Voy a llamarlo.
Se levanta del mueble apresurado. Está intentando huir porque ha notado que sigo observándolo fijamente y me he dado cuenta de que ha llorado. Intenta pasar por mi lado pero lo detengo.
— JungSoo... ¿Por qué no me invitas un café mientras espero a DongHae? — aprieta los labios. — ¿o no merezco ni un café? — me hago el ofendido.
— ¡Oh! No. No es eso. Por favor. — se sonroja.
— Entonces... ¿me vas a invitar el café? – sonríe.
— Sí. Claro. Vamos al a cocina.
Otra vez fuimos hasta la cocina como la última vez que platicamos en su casa. En cuanto llegamos, le dijo a la cocinera que podía irse a descansar y él se encargó de preparar el café. Todo lo hizo en silencio.
Finalmente puso dos tazas en la mesa y sirvió el café para después sentarse junto a mí.
— ¿Qué pasa? — no pude más. Tuve que preguntarle directamente. Levantó su rostro sorprendido.
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Promesas
FanfictionUn accidente puede cambiarlo todo. El poder de grandes empresas está en manos de una sola persona. Un joven que huye con el amor de su vida para casarse, haciéndose promesas de amor, termina sin darse cuenta envuelto en una serie de intrigas y menti...