Mis muñecas me ardían, llevaba horas intentando desatarme que había provocado que mis muñecas sangraran. Seguía con los ojos vendados, el pánico se apoderaba cada vez más de mí y aún no sabía quién mierda me tenía aquí.
Mi estómago soltó un gruñido y escuché una risita ronca haciéndome soltar un respingón.
-Ya tienes hambre ¿eh?-rió el chico- Traje justo a tiempo algo de comida.
-Estoy bien, gracias-dije fría.
No comería ni aunque me pagaran por hacerlo. Prefería mil veces morir de hambre que aceptar que un extraño me diese comida.
-No se trata de que mueras Perrie-dijo mientras corría una silla para sentarse de nuevo en a mi lado- Se trata de que tú y Zayn aprendan.
-¿Aprender qué?-pregunté seca.
-Tú debes aprender que no debes enamorarte de cualquier idiota con dinero-dijo recorriendo mi abdomen con sus dedos, provocándome un escalofrío.
-No me toques-dije entre dientes.
-Y él- continuó ignorándome- Él sólo debe aprender a no tocar lo que es mío, ya verás que no te va a buscar-dijo seco- Y te darás cuenta de que siempre fuiste mía.
-No soy tuya, ni siquiera se quién eres-dije con voz neutral.
-"No soy tuya"-dijo imitándome- Tú y tus pequeñas frases que destruyen. Fue algo así como me rompiste el corazón ¿recuerdas? "Te quiero pero no estoy lista, pero seamos solo amigos"-dijo con amargura- Desde ahí me prometí que serias mía.
Entonces todo me quedó claro.
-Flashback-
-Claro que no-reí mientras me recostaba de nuevo en el pasto- ¿qué te hace pensar que tengo novio?
-No lo sé, eres muy hermosa- dijo él también recostado en el pasto mirándome.
Era un chico lindo, tenía ojos color ámbar, cabello color castaño y tez un poco bronceada. También tenía linda sonrisa y buen cuerpo. Era amigable y tierno, todo un prospecto de mejor amigo.. o al menos yo lo veía así.
-Que tierno-dije pellizcando su mejilla y sintiendo un color rosado inundar mis mejillas- Pero no, no tengo.
Sonreí y él sonrió de vuelta. Me miraba como la primera vez que nos habíamos visto hace tres semanas. Se había vuelto una buena compañía, alguien con quien podía distraerme cuando no estaba con las chicas.
-Entonces, intentémoslo-dijo suave y lo mire extrañada.
-¿Disculpa?-dije intentando no sonar grosera.
-Sí, tú y yo-dijo con una leve sonrisa- ¿Quieres ser mi novia?
Entonces se hizo un nudo en mi garganta. Era de esos momentos en los que no sabías cómo decir "no" sutilmente para no echar a perder todo. Me senté y crucé las piernas para después tomar aire profundamente.
-Vamos, prometo no defraudarte- dijo el sentándose de igual manera.
Volteé a verlo, él me miraba dulcemente. Tenía ese brillo de esperanza en los ojos y sonreía algo tímido, un pequeño tono rojizo se encontraba en sus mejillas haciéndolo ver más tierno. Sí, era un lindo chico pero no lo conocía lo suficiente como para decirle que sí y aunque así fuera no quería porque no estaba lista para una relación.
-Yo.. lo siento, te quiero pero no estoy lista-dije mirándolo con ternura- Pero seamos solo amigos-dije posando mi mano derecha sobre su mejilla y él de inmediato se retiró.
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Enamorándome de mi esposo
RomanceUn casamiento a la fuerza. Una novia desdichada y un novio resignado. El esta dispuesto a conquistarla, pues no le gustarÃa que ella se sintiera mal. Ella no espera enamorarse. Pero ambos caen en las redes del amor. Sin saber, que en el fondo, siem...