Capítulo 19

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-No me digas que vas a ser bueno -exclamó lord

Henry, sumergiendo los dedos en un cuenco de

cobre rojo lleno de agua de rosas-. Eres absoluta-

mente perfecto. Haz el favor de no cambiar.

Dorian Gray movió la cabeza.


-No, Harry, no. He hecho demasiadas cosas

horribles en mi vida. No voy a hacer ninguna más.

Ayer empecé con las buenas acciones.

-¿Dónde estuviste ayer?

-En el campo, Harry. Solo, en una humilde posa-

da. -Mi querido muchacho -dijo lord Henry sonrien-

do-, cualquiera puede ser bueno en el campo, don-

de no existen tentaciones. Ése es el motivo de que

las personas que no habitan en ciudades vivan to-

davía en estado de barbarie. La civilización no es

algo que se consiga fácilmente. Sólo hay dos mane-

ras. O se es culto o se está corrompido. La gente

del campo carece de ocasiones para ambas cosas,

de manera que sólo conocen el estancamiento. -

Cultura y corrupción -repitió Dorian-. Sé algo acerca

de esas dos cosas. Ahora me parece terrible que

vayan alguna vez unidas. Porque tengo un nuevo

ideal, Harry. Voy a cambiar. Creo que ya he cam-

biado.

-No me has contado cuál ha sido tu buena acción

de ayer. ¿O fue más de una? -preguntó su interlocu-

tor, mientras vertía sobre su plato una pequeña

El retrato de Dorian Gray  - Oscar WildeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora