Mi Perdición #1

Capítulo 35. |¿Alexander o Jared?

Lexie.

Nueva York ha sido increíble desde que llegamos. Me encanta esta ciudad porque siempre está de fiesta y la gente aquí nunca duerme, es fantástico. La verdad es que no me gustaría tener que irme, no sé porqué ando pensando en eso si apenas es mi primer día aquí y la estoy pasando de maravilla.

Con los chicos quedamos en irnos de noche de copas y he movido todo lo que traje en mi equipaje buscando el vestido perfecto. Necesito verme despampanante por si encuentro a un chico guapo y apuesto neoyorkino que me invite unos tragos.

Mi hermana Leah está en Miami junto con Aaron y estoy tan feliz por ella. Yo sé que Aaron la va a cuidar bien y que tal ves, solo un tal ves, Leah y él tengan su momento a solas que yo tanto he esperado. La verdad es que aunque sé que si Leah se llega a enterar que Aaron y los chicos pertenecen a una pandilla de todo Beverly Hills, nunca perdonaría a Aaron y yo oculto su secreto porque sé que Aaron ama de verdad a mi hermana y que no sería capaz de hacerle daño, al contrario, estoy segura de que él daría su vida por la de ella.

La pequeña Hailey ha venido con nosotros y es una chica increíble. Al parecer muere de amor por Jefferson, pero todos sabemos que Jeffy solo tiene ojos para Leah, y al parecer eso le ha causado un poco de distanciamiento entre los dos. Madison y Travis se han estado comunicando muy seguido y ella cuenta con nosotras para que le guardemos el secreto. Al parecer, por ser de bandos contrarios, su amor es algo imposible, pero como somos muy buenas amigas, haremos lo imposible porque esos dos que tanto se quieren puedan estar juntos como se debe.

Otro asunto es, que Alexander no ha parado de llamarme y enviarme mensajes desde antes de subirme al avión y me ha estado volviendo loca. No hay dudas de que lo amo, pero no quiero volver a caer con él y que vuelva a lastimarme, al parecer le gustaba otra chica, pero por lo que veo, esa chica fue mucho más inteligente que yo y lo dejó pasar.

Todos ya estábamos listos y salimos del departamento rumbo a la disco.

¡Fuera estrés y bienvenido el alcohol!

Las luces, la música, la gente y el ambiente me ponía de buen humor y me hacía olvidar las insistencias de Alexander de que nos volviéramos a ver, la verdad es que no estoy muy segura de si quiero volver con él.

Nos sentamos en nuestra mesa y pedimos nuestras bebidas. Ya había hasta perdido la cuenta de cuantas copas de alcohol había tomado. En la mesa de al lado habían unos cuatro hombres que no dejaban de mirar a nuestra mesa desde que llegamos.

—Esos tipos no dejan de mirarnos—anuncia Hailey con inocencia.

Yo río.

—Son guapos, uno de ellos es que necesito para despejar la mente.

Todos me miran risueños.

—No vas a ir a ningún lado, Lexie—me amenaza Jared sorprendiéndome.

Todos ríen y yo lo miro con descaro.

—¿Y por qué no?

—Porque ni siquiera los conoces, no sabes quienes son. ¿Qué tal si son vendedores de órganos? O peor aún, asesinos en serie.

Reí y es hasta gracioso cuando ellos son algo parecido.

Me puse de pie.

—No eres nadie para decirme que hacer, Jared Sanders—me pongo de pie y ajusto mi labial con mi dedo índice—. Ahora si me disculpan, voy a hacer que esos chicos me brinden una copa.