Capítulo 08.|Los chicos Walter aman con intensidad.

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Aaron.

Cuando Leah puso en marcha el auto y desapareció del lugar, lancé un suspiro de satisfacción, no sé porqué, pero la pequeña platica que tuvimos pude darme cuenta que es de esas mujeres que están totalmente fuera de mi campo de visión. Cuando volteé choqué con el cuerpo de Matt, que me miraba con el ceño fruncido.

—¿Qué?—Le pregunto mientras entraba al taller.

—¿Quién era esa preciosura con la que llegaste?—Me pregunta con voz dulzona.

Suspiré.

—Pareces una chismosa Matt.

—Soy tu mejor amigo, sabes que lo soy. Vamos, cuéntame.

Me quité la chaqueta y me senté en el suelo para comenzar a reparar a Gigi la cual ya Matt había recogido.

—Es la chica que te dije que conocí la noche que fui a Brentwood. —Respondí.

Matt abrió sus ojos sorprendido y sonrió ampliamente, ya lo conozco, no va a dejarme en paz.

—¿La Chaparrita?

Sonreí al escuchar el apodo que le puse.

—Se llama Leah Jenner, y es enfermera a tiempo medio y chef profesional al otro.

Matt lanzó un silbido.

—Vaya, vaya, pero si tiene apellido de gente rica y dos oficios muy sofisticados. —Dijo con una sonrisa.

Reí negando con la cabeza.

—Si hubiera sabido que esa era tu Chaparra, hubiera salido a saludar.

Negué mirándolo a los ojos.

—Ni se te ocurra. —Le advertí.

Me miró extrañado.

—¿Por qué no?

—Por que eres un Halcón, y no quiero que Leah se vea involucrada en este mundo.

—Por si no te das cuenta, tu también eres un Halcón, eres el líder Aaron.

Suspiré con frustración.

—Lo sé Matt, y es por eso que he decidido alejarme de ella, por su bien.

Corté un cable y luego lo uní a otro, Gigi tiene que arreglarse.

—Te gusta, ¿eh?—Dice de forma divertida.—Te debe gustar bastante para apenas conocerla y decidir alejarte porque no le convienes.

—Claro que no Matt, la acabo de conocer, y la volví a ver hoy porque mágicamente trabaja para papá en la clínica.

Matt se sentó a mi lado.

—Deja a Gigi un momento. ¡Aaron Walter que me escuches!—Exclamó sorprendiéndome.

Dejé lo que estaba haciendo y lo miré desesperado.

—¿Qué?—Solté exasperado.

—Puede que apenas la conozcas, que la hayas visto por casualidad hoy, que sea una chica demasiado buena para ti, pero a mí no me puedes ocultar que esa chica te llama la atención, aunque sea un poco.

Mi Perdición #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora