Capítulo 29.|¿Virgen?

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Aaron.

Contarle a Leah sobre el imbécil de Wagner y sobre Allison no estaba en mis planes, es más, pensé que nunca iba a tener la necesidad de hablarlo con ella, pero cuando Leah con esa determinación que la caracteriza me dijo que ya no podía seguir conmigo, las alertas en mi cuerpo se encendieron.

Yo no quería alejar a Leah de mí, no quería por ningún motivo que eso pasara. Estoy enamorado hasta las trancas de ella y aunque siento que todo esto pasó tan rápido, no dudo de mis sentimientos por ella. Mi madre me había dicho que los hombres Walter se enamoran una sola vez, y cuando lo hacen, es porque es la indicada.

Y yo sé que Leah lo es.

Cuando ella me dio la espalda y entró nuevamente al restaurante mis pies se movieron detrás de ella. Era una especie de miedo, sentía que eso que me ayudaba a respirar se desaparecía ante mi vista. Pero no pude hacerlo, me detuve, y la dejé de seguir. Hablar de Allison era un tema doloroso y torturador para mí. Era como revivir ese momento una vez más, y yo podía ser fuerte, pero si se trataba de Allison, me volvía una completa mierda. Era un tema tabú, un tema del cual siempre me dolerá hablar o recordar ya que después de ese día, las cosas cambiaron en mi vida.

Anoche cuando llegué al departamento no podía concentrarme en nada. Leah había terminado conmigo y yo me encontraba desinquieto, era una sensación diferente y no me estaba gustando nada. Llamé a Matt y le pedí que necesitaba hablar con él. La urgencia con la que se lo pedí lo puso alerta y llegó en segundos.

—¿Qué ocurre contigo hermano? Me has puesto nervioso con tu llamada, te escuchabas muy desesperado. Más vale que sea algo importante, por que estaba con tu hermana.

—Leah terminó conmigo—le solté de repente.

—¿Qué?—gritó asombrado—. Tienes que contarme todo.

Nos sentamos en el sofá, bueno, se sentó él porque yo no dejaba de moverme de un lado para el otro.

—¿Cómo que Leah terminó contigo? ¿La amas no?

—Claro que la amo Matt, es lo más honesto que he dicho en mi vida, pero esto puede más que yo, no puedo hacerlo—estrujé mi rostro sumamente preocupado.

—A ver Aaron, detente un momento antes de que caigas encima del piso de abajo—me detiene y me lleva al sofá a sentarme a su lado—. Cuéntame. ¿Qué es lo que no puedes hacer?

Suspiré y miré mis manos que se encontraban temblando, esto es porque estoy pensando en Allison y en lo que pasó, por eso no me gusta recordar toda esta mierda.

—Wagner amaneció en terapia intensiva esta mañana y Leah se ha enojado bastante conmigo cuando se enteró.

—Leah debe entender que hiciste lo que cualquier novio enamorado hace por su chica, defender su honra.

Asiento.

—Según ella ese no es el motivo de su enojo, si no que yo fui lo bastante irresponsable en casi matar a alguien e incumplí la promesa que le hice.

—¿Por eso terminó contigo?—preguntó Matt confundido.

—No. Terminó conmigo porque yo no quiero contarle la razón por la cual detesto a Harry y a Alexander.

Matt me miró preocupado.

—¡Carajo!—paso sus manos por su cabello—¿Y qué harás? ¿Le contarás?

Mi Perdición #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora