Capítulo 26.|Más cosas en común.

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Leah.

Mis abuelos llegan hoy de Los Ángeles y de solo pensarlo la cabeza comienza a dolerme. Ahora entiendo perfectamente porqué mamá estaba loca por casarse con papá, no era fácil vivir con mis abuelos.

Aunque no puedo negar que la situación es divertida. Mi abuelo Leonardo Brown no apreciaba a mi padre porque no tenía dinero en ese entonces, pero ahora está un poco más calmado porque al pasar los años mi padre formó su fortuna, aunque eso no quita que de vez en cuando tengan sus diferencias. Mi abuela Laura Brown es algo más complicada de tratar. Es amargada, todo le molesta, realmente el matrimonio de esos dos ha durado porque son iguales.

Mi madre dice que sus padres se volvieron así después que mi madre se casó, ella es hija única y al parecer les dolió bastante la decisión de mi madre. Al contrario de los padres de mi madre, yo adoro a mis abuelos paternos, son un amor, y cada vez que vienen desde Texas a visitarnos, yo soy feliz. Ayudo a mamá en la cocina a preparar la comida de esta tarde, mis abuelos llegan en unos minutos, papá fue a recogerlos al aeropuerto y ya deben de estar por llegar. Mamá está de un lado a otro sin parar, siempre es así cuando vienen los abuelos, ella quiere hacer todo perfecto y eso me da rabia, porque siempre se estresa demasiado.

—Mamá, mantén la calma. Son tus padres, sé lo difícil que son, pero no te rompas la cabeza tratando de hacer todo perfecto, no me gusta verte tan nerviosa.

Mi madre se detiene y suspira.

—Es inevitable no hacerlo mi niña, tus abuelos son muy perfeccionistas, son mis padres y no debería decir esto, pero detesto cuando vienen de visita.

Reí.

—Todos lo hacemos, mamá—ayudé a poner la mesa—. Tengo que ir a la clínica en la tarde, le comuniqué a Alice que me cubriera unas horas en la mañana, pero debo regresar.

Mi madre asiente terminando de poner los platos.

—Ese va a ser un problema, se van a enojar cuando tengas que salir.

Me encogí de hombros.

—Tengo que trabajar mamá, tus padres no es que me quieran tanto, ni a Lexie y mucho menos a Steven.

Lexie entra al comedor con los vasos y los utensilios para comer.

—Leah tiene razón mamá, lo único que hacen es criticar todo lo que Leah y yo hacemos, y al pobre de Steven lo vuelven loco cada vez que vienen.

Mi madre suspiró y se sentó en una de las sillas del comedor y pasó sus manos nerviosas por su rostro.

—No me gusta que piensen así de sus abuelos, pero no puedo hacer nada porque sé que ustedes tienen la razón.

Lexie y yo nos miramos y caminamos hasta acercarnos a mamá.

—Dejemos de hablar de esto y mejor terminemos de poner la mesa mamá, ya están a punto de llegar.

Mi madre asintió y se limpió los ojos con el dorso de su mano.

—Sí, terminemos de colocar la comida en la mesa.

Ella vuelve a la cocina y Lexie y yo compartimos una mirada.

—Detesto la visita de los abuelos Brown, es agotadora y ponen a mamá de una manera que no me gusta verla.

Asentí soltando un suspiro.

—Como desearía que fueran los abuelos Jenner, ellos si son abuelos de verdad.

—Ni que lo digas—susurra Lexie con pesar—. Bueno, terminemos aquí antes de que vengan los terroristas.

Lexie y yo reímos y caminamos hasta la cocina para terminar de ayudar a mamá. Steven y Gary entran corrieron al living.

Mi Perdición #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora