Capítulo 20.|Soy un desastre.

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Leah.

Cerré la puerta de mi habitación demasiado fuerte para mi gusto y para el de los demás. Estoy enojada, mucho. ¿Cómo se le ocurre venir a mi casa? ¡Y a cenar! Es que me parece mucho descaro de su parte. Además, llegó con Lexie, con mi hermana. ¿Qué le pasa a los dos? ¿Me están viendo la cara de estúpida? Es que aún no entiendo que hacía aquí. Comienzo a caminar de un lado a otro por toda la habitación, volver a verlo después de esta mañana me da cosquilleos en todo el cuerpo, y es que me enamoré como una adolescente, no debí permitirlo, pero es que con un chico como Aaron las cosas no se pueden evitar.

Su sonrisa. Alice me ha dicho que Aaron no es un chico de sonreír, que siempre trae su cara de amargado y de aburrido desde que su madre murió, pero las pocas veces que he compartido con él, me ha maravillado y dejado muda por su preciosa sonrisa, esa que solo él tiene.

Sus ojos, Dios esas dos esferas color gris que tienen su propio brillo, y que cuando me miran me hace viajar a otro mundo. Y su boca, esos besos tan únicos y perfectos que me hicieron terminar enamorándome definitivamente. Pero todas esas ilusiones y todos esos sentimientos se fueron a la mierda cuando lo vi besándose con Vanessa, besándola con esa misma pasión y fuerza con la que me besaba a mí, yo no puedo superar ni sacar esa escena de mi cabeza.

Parada frente a mi cama, la puerta de mi habitación se abre y mi hermana aparece por esta. Rodé mis ojos, Aaron estuvo aquí por su culpa. Me senté en la cama tomando una almohada y miré hacia otro lado ignorándola. La escuché reírse como si yo tuviera deseos de reírme también. La miré enojada y se cruzó de brazos frente a mí.

—No me vengas con esa actitud, o me vas a negar que no te encantó ver a tu bombón.

Bufé frustrada.

—Claro que no me encantó, sabes perfectamente que no quiero saber de Aaron y tú vienes y lo traes a la casa.

Lexie suspiró.

—Lee, ya te dije que Aaron también te quiere, es solo que no lo va a admitir.

Estoy harta de que la gente diga eso, porque no es la verdad.

—Deja de decirme eso Lex, me haces aún más daño cuando te inventas las cosas.

Lexie se acercó a mí sentándose a mi lado.

—No son inventos míos. Cuando venía en el camino con Aaron...

La miré con el ceño fruncido.

—Eso es algo que tienes que explicarme. ¿Qué hacías con Aaron?

Ella bajó la mirada y pude ver un destello de tristeza en ella, tomó una almohada y se abrazó a ella.

—Aaron solo me hizo un favor.

—¿Un favor?

Ella asintió.

—Alexander terminó conmigo, y me dejó varada en medio de la calle a esta hora, no tenía a quien acudir, y llamé a Aaron para que me trajera a casa.

—¿Alexander terminó contigo? ¿Por qué?

Ella se encogió de hombros.

—Al parecer se enamoró de otra chica.

—Por favor Lex, ese tipo de chicos no se enamora de nadie, y perdona que te lo diga, pero él y Aaron se parecen en eso. 

—Aaron es diferente, ese chico tiene una forma extraña de querer, eso es todo, pero yo sé que es una buena persona, no como Alexander.

—Y si sabes que Alexander es así. ¿Por qué estuviste con él?

Ella limpió una lágrima que cayó por su mejilla.

Mi Perdición #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora