Capítulo 4

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No era justo. No era nada justo que fuera él único afectado entre tantos problemas de los cuales la mayoría no tendrían por qué enlazarle, pero la mirada seria y el rostro desencajado de MinHo le advierten que guarde silencio y se dedique a limpiar el tiradero de la sala, la casa estaba echa un completo asco, las paredes manchadas de líquidos pegajosos de dudosa procedencia, los recuadros descolocados con más de una huella de dulce, era catastrófico.

¿Y la culpa de todo sobre quién recae? Sobre el más pequeño.

TaeMin no tendría por qué estar arreglando la casa luego de que el problema no lo hubiera si quiera organizado él, cuando toda esa marabunta de gente alocada no había sido invitada por el menor ni mucho menos habían tenido el permiso para entrar a su cuarto y dejarlo hecho mierda. Cuando entro su primera impresión fue la de un juez impresionado por un terrible acto, con los ojos desmesurados al ver su colcha en el suelo, sus libros tirados y su mesita de noche volcada. Y por supuesto que Lee TaeMin no era conocido en su colegio por tener las mejores calificaciones, sino por sus ataques de frustración cuando algo le inquietaba, le molestaba o le ponía nervioso, y justo ahora estaba cabreado en su máximo esplendor, en un arranque de ira que le revolotea las ideas había tomado el cuello de ese chico KyungSoo al que no tenía ni pajolera idea de donde le conocía y porque su padre se había empeñado en traerle cuando a TaeMin le tocaba los huevos ese maldito envidioso desde que tenía uso de memoria, sacándolo a rastras de su habitación y cerrando de un portazo la misma, apoyándose en está para dejar caer el cuerpo agotado y ahora tenso.

A los pocos segundos levantándose de golpe cuando el estruendoso golpeteo tras la puerta de su alcoba le asustan, mirando con temor el temblor de la puerta al ser retumbada una y otra y otra vez.

— TaeMin – Oh.. esa voz – Abre ahora mismo.

En un estado más tranquilo y la mente despejada podría haberse levantado de inmediato y abrir sin ninguna dubitación, pero la voz gruesa y tosca con la que se le llamo le apartan de inmediato las manos del picaporte, regresando a su cama y abrazándose a sus piernas para calmarle el nerviosismo.

— No lo repetiré dos veces, sales o voy ya mismo por las llaves y cuando entre te daré unos azotes para que aprendas –

¡Diablos!

Había olvidado la regla número uno entre los Choi.

1.- Nunca cabrear a su padre

Y justo ahora no sabía si hacerle caso a la razón o al golpeteo insistente dentro de su corazón que le advertía que su abría se llevaría un buen ataque, pero que de igual si no la habría saldría el mismo resultado solo que él resultaría con lágrimas en los ojos y el culo enrojecido, viéndolo desde ese punto no tenía mucho de dónde agarrar opción, las dos le aterraban y le ponían los pelos de punta, pero es que ¿Él había tenido culpa de algo? ¡No!

Él no había invitado a toda esa marabunta, él no había pasado las manos pegajosas y llenas de dulce por los recuadros de su madre, él no había rasgado las cortinas hasta dejar una especie de garras por todo el largo, no tenía por qué estar metido en cosas que ciertamente no tenía idea como iniciaron. Pero tenía en claro que todo eso había sido idea de su "ejemplar padre" que buscaba arruinarle el día de una u de otra forma, y todo ¿Por qué? Estaba dudoso si había sido por lo ocurrido en la mañana cuando este le enjabonaba o cuando salió del coche dando un portazo cuando llego al colegio, de cualquier manera, no veía por qué quererle aumentar el trabajo en casa, pensándolo de manera justa, quien tendría que estar limpiando la casa en esos momentos sería MinHo y no él.

Había abierto la puerta con delicadeza, temblando a su paso cuando se encontró con el rostro desencajado de MinHo, cruzado de brazos y con pose machista, mirándole con una ceja alzada y los ojos bien entornados a los pequeños. Retrocede unos pasos y espera a que este entre, después de todo estaba en su casa, y hasta el momento TaeMin ya había roto las tres primeras normas de la casa.

Teoría del amor -2MINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora