Capítulo 11

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Da una última arcada antes de dejar caerse de cuerpo entero al suelo, tosiendo de manera exagerada, con las manos sujetas al cuello y el rostro enrojecido, intentando por todos los medios recomponerse sabiendo que una vez dejara de asfixiarse, su padre le regañaría e incluso le reprendería, pero es que aquello había sido bestial y sumamente exagerado, no entendía el punto de su castigo ni que era lo que tenía que aprender.

¿El cuerpo del hombre? No lo creía.

Deja salir unas lagrimillas rebeldes de sus rojizos ojos, pestañeando para espabilarse y ver a su padre desde el suelo, con la mirada seria y la ropa arrugada de tanto que tiro de ella para librarse del brutal ataque a su boca.

— Límpiate los labios y arréglate, tu madre debe estar esperándonos para cenar – ordena tranquilo, pasándose los dedos por el pelo en un vago intento por acomodarlo – Y recuerda TaeMin, ni una palabra de esto – eso último lo había dicho en un temible susurro que hasta al más valiente hubiera puesto la piel de gallina –

Traga saliva con dureza y asiente, agachando la cabeza y esperando a que este se retirara y poder vomitar a gusto.

— Dilo – toma ambos lados de su rostro, obligándole a verle –

— No diré nada. –

MinHo asiente seguro

— Buen chico – le despeina con las manos y sale de la habitación –

TaeMin se incorpora como puede y sujeta su pelo con una mano mientras con la otra introduce dos dedos a su boca hasta tocar la campanilla que le hace dar arcadas y vomitar fuertemente, revolviéndosele el estómago y dejando que los jugos gástricos le dejen un pútrido aroma en los dedos, pero ¿Qué más daba?, quería librarse de esa asquerosa sensación pegajosa en su lengua y la humillación de haber retado al soldado mayor en un intento de pasar desapercibido por las tropas enemigas.

Aquel juego empezaba a disgustarle. Más bien, ya lo odiaba.

¿Esto era lo que sus compañeros llamaban jugar con tu padre?

¿Esto era lo que a ellos les divertía?

Porque por el momento TaeMin no le había encontrado ningún motivo por el cual aclamar a su "perfecto padre" que le castigaba sin mencionarle los motivos de su reprensión, y esto más que enfurecerle, le entristecía, porque no lograba comprender porque MinHo se había vuelto así con él desde aquella vez en la tina hasta como era ahora, le preocupaba que eso nunca fuera a cambiar

¿Su padre sería así de ahora en adelante?

¿Ya no habría más abrazos?

¿Ya no habría un "buenas noches" normal?

TaeMin no deseaba que estuviera con él todo el día, solo ansiaba un padre como el que sus amigos presumían, uno que él pudiera sacar a la luz sin tener que ocultar sus "juegos" con ningún chico en su colegio, quería gritarle al mundo que también él podía jugar, pero justo cuando la idea pasaba por su cabeza, las imágenes de las actividades y acciones con su padre aparecían, cerrándole la boca y poniendo en duda su cerebro, ¿Qué estaba haciendo con su vida?

Siempre pensó que pasar tiempo con su padre sería algo hermoso, tal y como lo muestran en las comedias, o incluso como lo pasan en las novelas que luego su madre se ponía a ver, pero justo ahora se sentía en De tal padre, tal hijo

Un padre arisco y millonario y un hijo serio sin expresión alegre

Arruga la nariz con asco, limpiándose la boca con papel higiénico, se apoya en el lavamanos y abre la llave de agua fría, tomando un poco con la mano y haciendo gárgaras lo más que puede, se sentía mal, los ojos le chillaban mucho e incluso el color de piel se le había cambiado a uno amarillento enfermizo.

Teoría del amor -2MINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora