Los nervios le estaban carcomiendo, hace horas que no podía quitar la vista del reloj, de vez en cuando volteaba hacía la taza humeante de café en su escritorio, aún sin un sorbo dado, los dedos se le acalambraban cuando escuchaba los pasos cerca de la oficina, era como si por un momento todo se volviese un cuento de terror, uno que evidentemente le llevaría directo a un pozo oscuro y sin escapatoria, pese haberse tomado una aspirina no podía calmar el dolor de cabeza más aparte las ansias que sentía, los pies los movía constantemente bajo el escritorio e incluso tuvo que quitarse la corbata cuando una asfixiante sensación se instaló en su pescuezo, días atrás luego del maravilloso día a lado de TaeMin, las cosas parecían haberse calmado entre los dos, su hijo le buscaba constantemente y por las tardes cuando regresaba del trabajo salían a pasear por un parque cercano de ahí, el pequeño se veía tan feliz, pero eso no le inquietaba en absoluto a MinHo hasta hace unos días en los que recostado en el colchón del menor esté se le trepo de manera divertida para hacerle cosquillas al momento en que su esposa paseaba por la alcoba del menor, Aomame efectivamente no había estado del todo conforme con que el mayor se llevara a TaeMin a ningún lado, últimamente cuando se le acercaba a la mujer está le miraba con el ceño fruncido y una rabia reflejada en sus orbes cafés, una ira que no pudo descifrar al momento.
Voltea nuevamente al reloj pegado a la pared y cuando las manecillas indican las 3:00, sale rápidamente de la oficina sin tomarse la molestia de apagar la computadora o arreglar el escritorio, tenía más pendiente de ir a recoger al menor al jardín de infantes, no tenía un buen presentimiento de las cosas, desde la mañana se levantó con una vibra un tanto extraña que hace años no le ocurría, pero que justo ahora era lo que estaba quitándole el aliento
El trayecto al colegio de TaeMin fue relativamente largo, considerando que le habían tocado todos los semáforos en rojo y uno que otro conductor distraído, no podía evitar sentir esa resequedad en la garganta cada segundo y como sus manos sudaban hasta casi hacer que el volante se le fuera de las manos, cuando pudo aparcar el coche sin haber causado un accidente, respira profundo y sale del auto aún con ese presentimiento extraño en su cabeza, busca con la mirada al menor y por unos segundos su corazón logra encontrar calma en la mirada apacible de esté, le sonreía como ningún otro día, sus mejillas sonrojadas y ese brillo característico en él le sacan indudablemente una sonrisa y un calorcito se instala en el frío corazón de MinHo
A paso lento se acerca hasta él y se pone de cuclillas hasta quedar a la altura de TaeMin, levanta su mano lentamente y la posa sobre la coronilla de esté, revolviendo sus cabellos suaves entre sus dedos, la simple sensación le mandaba descargas eléctricas por todo el cuerpo, no había mejor cosa para él más que tocar a su pequeño y a esté parecía ya no importarle que lo hiciera
— Creí que vendría mamá a recogerme – responde tomando su mochila con intención de colgarla en su hombro de no ser porque MinHo es más rápido y le detiene para tomar está y colgársela como buen padre –
— ¿Por qué pensaste eso? –
— Bueno uhm.. – lleva un dedo a su barbilla tiernamente – ella hablo hace unos minutos con mi maestra y explico que vendría por mí –
MinHo frunce el entrecejo, Aomame se estaba tomando muy enserio la idea de mantener lejos a TaeMin de él y eso le enfurecía, ¿Qué derecho tenía para quitárselo? Era su padre y tenía posesión de él tanto como ella, era absurdo e ilógico a ojos de MinHo esa sobreprotección que comenzaba a tener la mujer
— Ya veo – evita ponerse a dar vueltas al asunto y comenzar a enojarse, al menos no ahora que estaba con TaeMin y estaba sumamente feliz de tenerle cerca –

ESTÁS LEYENDO
Teoría del amor -2MIN
أدب الهواةBesa su frente, acomodando de forma correcta las sabanas que cubrían el cuerpo desnudó que aún tenía las marcas de sus caricias. Tae Min sonríe sobre los labios de Min Ho, envolviendo con sus pequeñas manos el cuerpo ancho de su padre - Buenas noche...