Te encontré

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Suzuya se había quedado ya solo, en medio de la fría calle, con una máscara en sus manos; se quedó simplemente callado e inmóvil luego de aquellas palabras por parte de aquel ghoul que había cautivado su vista.

Apretó la máscara contra su pecho y sin quererlo, una sonrisa se formó en sus labios, su pulso cardiaco acelerado no cesaba y su respiración agitada tampoco. Pero, no se había agitado de esa manera por la "pelea", no, era más bien por aquel. Por Uta.

Tal vez él fue el primero de los  investigadores en conocer su rostro y su nombre. No se lo diría a nadie. Aunque, ese debería ser su cometido.

Recogió el quinque, fue a las oficinas y guardó sus cosas, pero la máscara, se la quedó él, no permitiría que se la quitaran, después de todo, Uta se la había dado a él y sólo a él. Se sentía especial.

***

Ya en su taller, Uta sólo se recargó en la puerta al interior de este y se dejó resbalar hasta sentarse en el piso, sin encender las luces, en el frío, pero, él se sentía caliente, sentía que el mismo calor del infierno lo rodeaba.

- Juuzou, cariño... - susurró en la soledad - te voy a encontrar y te haré mío.

Sonrió un poco e imaginó al pequeño, en su casa, acostado en una cama con su pijama puesto, durmiendo plácidamente, con sus grandes y hermosos ojos cerrados, sus blancos cabellos despeinados y sus delicados brazos al rededor de la almohada. Un sonoro golpe en la puerta quitó inmediatamente aquel pensamiento de su mente.

Se levantó y abrió, Yomo estaba ahí, con una seriedad inmensa en el rostro.

- Ahora dime... ¿En dónde te habías metido? - preguntó mirando a Uta de manera intimidante.

- En mis tiempos se saludaba - respondió burlón a lo que recibió una cachetada.

- No es tiempo de juegos - replicó Yomo - ¿En dónde mierda estabas?

- CCG.

- ¿Qué?

- Estaba cerca al CCG.

- Explica... - bufó el mayor - ¿Qué hacías allá?

- Buscar...

- ¿Qué buscabas? - preguntó y suspiró - o mejor dicho ¿A quién buscabas?

- Suzuya.

- Suzuya... - repitió el mayor y entró al taller empujando a Uta - me provocaste un gran susto, aún cuando te dije que sólo no podías ¿Por qué? ¿Qué te pasa?... Espera... ¿Te deshiciste de él?

- No.

- ¿Por qué no estás herido?

Uta miró directo a los ojos a aquel, levantó las cejas y lo empujó dándole la espalda y encogiendose de hombros.

- Entonces esperabas que la dulce princesa me hiciera daño - respondió - o que yo le hiciera daño... Déjame aclarar que no sucedió, que sólo si puedo, pero... no quise.

- Uta.

- Yomo-san.

- Dime que pasó.

- ¿Con qué?

- Contigo, estás raro, no habías dicho nunca algo como que no lo mataste por que no querías, eso no es lo tuyo, ¿Qué te hicieron?

- Absolutamente... nada.

Yomo comenzaba a enfurecer, Uta seguía dándole la espalda y hablándole como si nada pasara, jugando con él. Empuñó las manos, Uta giró y algo en su rostro no era normal, estaba sonriendo, muy notoriamente como para no percatarse, dejando a la vista sus blancos dientes.

¿Por qué no puedo matarte? | Uta x JuuzouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora