Navidad 1

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Esa mañana, Juuzou se levantó primero y cuidando de no despertar a su pareja, se dirigió a la cocina, no sin antes maldecir internamente por su dolor de caderas.

Ya estando en la cocina dirigió la vista hacia un calendario que tenía pegado en una de las paredes, ya era 22 de diciembre y él no se había dado cuenta, por otro lado, ya casi era navidad y él no tenía ningún adorno o distintivo, había pasado las fechas por alto.

Aunque, claro, no todos celebran la navidad con ánimos.

Pero era otra de sus grandes oportunidades para hacer sentir bien a Uta, quería pasar esas fechas con él y nadie se lo iba a impedir; ya no había trabajo - por su actual condición de ghoul -, no había nada que pudiera impedirle estar con quien más amaba.

Sonrió y se dispuso a cocinar algo, pero fue cuando lo probó, que recordó que ya no podía disfrutar de esas cosas; entonces una pregunta surgió en su mente: "¿Cómo haré algo comestible que se vea bonito?", divagó en su mente y dió un suspiro.

La única forma lógica era asesinando a alguien, pero aunque no era problema, habría algo de culpabilidad en él por matar a alguien inocente.

Pero ya nada importaba, lo que más tenía importancia en aquel momento era la felicidad de Uta, eso y nada más, además ya debía dejar de ser un niño llorón y enfrentarse a su nueva forma, tenía que cazar a alguien; pero... ¿Cómo?

Bueno, no fue del todo sencillo darse cuenta de que necesitaba ocultarse de el CCG, pero lo hizo, y ya sabiendo las tácticas de el lugar para atrapar ghouls, le fue mucho más fácil idear un plan para su pequeño homicidio.

Se vistió con ropa negra totalmente cubierta y aprovechando la ocasión recordó la máscara que una vez le había obsequiado Uta, se la colocó, el olor era magnífico, ese olor a Uta que le enloquecía estaba impregnado en aquella máscara, antes de ir a realizar su cometido, dio una ultima mirada a su novio que aún yacía dormido y se despidió en silencio, luego salió de aquella casa, olfateando hasta percibir un buen olor, siguió aquel hedor hasta llegar a una señorita bastante joven, de unos quince años como máximo, quien acababa de hacerse una pequeña herida en el dedo gracias al libro que estaba leyendo, sola, en un parque, aquello no podía ser más fácil.

Pero aún así era la primera vez que atacaba a alguien de esa manera, no hallaba el movimiento correcto.

Terminó por decidir que simple y sencillamente la dejaría inconsciente lo cual fue bastante fácil con un simple golpe en el cráneo, le sorprendió ver que su fuerza había incrementado y se llevó a su víctima, cargándola en su espalda, por suerte el parque no era lejos de su casa así que no tuvo que caminar mucho para adentrarse en su morada.

Una vez allí, se retiró y limpió la máscara devolviéndola a su sitio, se puso un delantal y con un cuchillo de cocina comenzó a mutilarla, tan fácilmente, como si se tratase de un simple tozo de gelatina, su fuerza realmente era increíble, terminó por poner al ahora cadáver de la chica en una olla grande que tenía en su cocina y se dispuso a quitar cosas como la piel y el cabello, también a sacar os huesos para que no hubiera molestias con morder algo duro.

Sabía que no podía usar más ingredientes que ese, por lo que le fue sencillo y simple cortar todo en pequeños trozos y con algo más de un litro de la sangre de aquella joven mujer, le bastó para que la olla estuviera llena.

La sangre estaba fresca y tibia, pero aún así puso la olla en la estufa para calentarla más.

Claro, no sabía que clase de cosa había hecho, ni le interesaba, olía y al parecer sabía bien. Con eso era más que suficiente, se felicitó a si mismo por sus ideas y luego pensó en Uta, sabía que él era amante de los ojos.

¿Por qué no puedo matarte? | Uta x JuuzouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora