¿Por qué no puedo matarte? | Uta x Juuzou

Navidad 2

¿Decoraciones navideñas?, si, era cierto.

Tenían que decorar la casa para esas fechas, además de que ya tenían muy poco tiempo para hacerlo.

Ambos se vistieron como normalmente lo hacían, Uta pidió prestados unos lentes oscuros al menor para que sus ojos no llamaran la atención de la gente.

Salieron de la casa y en menos de lo que pudieron haber esperado ya habían llegado a comprar 2 cables de luces y un pino, adornos pequeños, una estrella, también algunos lazos y un pesebre; el tiempo había pasado tan rápido, pero ambos se habían divertido tanto que no pusieron atención a la llegada de la noche.

Llegaron nuevamente a la casa y se dispusieron a decorar todo, tuvieron algunos inconvenientes con las luces, pero nada que no se pudiera solucionar.

En el momento de poner la estrella en la punta del árbol, Juuzou fue tiernamente al lado de su novio y con una mirada suplicante le pidió que le alzara para colocarla; y así sucedió, Juuzou fue tomado con delicadeza de su pequeña cintura para poner la dorada estrella en la punta de su pino.

Tanta fue la diversión y el disfrute del tiempo que pasaron juntos, que el siguiente día había llegado con rapidez y ellos no habían dormido, ni lo necesitaban, ya que parecían tener muchas energías de estar todavía divirtiéndose juntos.

Ya toda la casa estaba iluminada, el amor en el ambiente no hacía más que mejorar y perfeccionar la situación, podría decirse que eran la pareja más feliz del mundo, pero, no había nadie que confirmara eso.

En la mañana de ese día, ninguno tenía hambre o necesidad de comer, así que pasaron de largo el "desayuno" que claramente ya no iba a ser una prioridad en algún tiempo.

Ese día lo pasaron juntos, paseando por el distrito y divirtiéndose un poco.

...

Ya había llegado la Noche Buena, la tan esperada navidad comenzó a tocar a la puerta de la pareja y les hizo recordar su falta de regalos.

Uta fue el primero en darse cuenta, y como buen novio que quería ser, se le ocurrió una de las ideas más alocadas jamás existidas; salió corriendo de la casa esa mañana sin que su pequeño Juuzou se diera cuenta, era de madrugada, todavía había tiempo, corrió hasta llegar a su taller y rápidamente hizo una planificación de una máscara para el menor, en su cabeza ya tenía las medidas de la pequeña cabecita del peliblanco que tanto amaba, y , como su novio, debía conocer sus gustos, personalidad y aficiones, por lo que le fue fácil planificar el diseño.

Comenzó a trabajar rápidamente, pero con cuidado de que no hubieran errores en su trabajo, todo sería perfecto, eso sí, iba a ser un perfecto regalo, o eso al menos pensaba el pelinegro.

Cosió, fundió, midió, arregló, hizo su mayor esfuerzo por que aquella máscara fuera perfecta, una máscara personalizada para su pequeño novio.

Tal vez era uno de los mejores regalos que podría ofrecer.

***

Por otra parte, Juuzou, sin percatarse aún de que Uta no estaba allí, recordó la inexistencia de los regalos y se preocupó por eso, era de hecho más que obvio que lo haría.

Divagando en su mente se quedó sin alternativas para un regalo.

Estaba comenzando a enloquecer por no saber que poder ofrecerle a Uta, se rascaba la cabeza, pensaba y pensaba, pero no conseguía obtener una idea de regalo clara.

Un suspiro mental culminó todo.

Tal vez fuera de un total pervertido, pero no le importaba, salió de su casa avergonzado, en búsqueda de una Sex Shop, en donde compró un traje peculiar.