Nunca en el sentido lógico de mi vida me había detenido a pensar en el tiempo que en se demora ese semáforo en cambiar a luz verde, aunque había pasado cientos de veces por la misma avenida nunca deja de acortar mi tiempo para llegar a clases y volver a echar el pesado motor de estudio como el día anterior.
Los cambios no me gustan, en especial cuando no soy yo quien los hace en mi vida, y muy en definitiva cuando son mis padres quienes los hacen. Normalmente una familia vive en una ciudad a lo largo de toda su vida, otro porcentaje ha vivido en dos a 3 ciudades y otro pequeñísimo, que los reflejan mis padres, se han mudado decenas de veces de una ciudad a otra, 7 para ser exactos, haciéndome partícipe de diferentes relaciones sociales en diferentes lugares, estudios en varios colegios y un gran número de amigos, o quizá ninguno, pues si alguna vez tuve uno seguramente ya no me recuerda.
Camino rápidamente hacia la Facultad, la clase de química ya va a empezar y el bus me deja a una gran distancia de la puerta, debo apresurarme antes de que la maldita gorda cierre la puerta del salón. Llego a tiempo y me siento en mi pupitre, normalmente espero que comience su letanía de Buenos valores y puntualidad pero ella no está en el escritorio.
-¿Se atrasó?- le pregunté a James.
-No, bajó a coordinación a arreglar un inconveniente que tenía con el más allá- me explicó bromeando.
Se escucha un brusco sonido de la puerta al abrirse. El salón entero quedó en silencio. La maestra entró con aires de felicidad y trajo consigo a una chica desconocida, ella si que tenía aires de todo menos alegría o felicidad. Los chicos del salón comenzaron a hablar sobre ella y especular sobre lo que iba a ocurrir.
-Jóvenes- exclamó llamando la atención -Ella es Milha, su nueva compañera de clases en esta materia. Espero que puedan ayudarla en igualarse en todo y en las tareas que necesite.
-Espero poder aprender junto con ustedes y hacer muchas amistades aquí, gracias maestra y compañeros.- respondió Milha a la presentación de la maestra de una manera acertada, como si lo hubiera ensayado muchas veces.
Su voz comenzó a resonar en mi mente y comencé a rebuscar en mis ideas el tipo de personalidad que podría tener, no era una chica cualquiera, ella era diferente por alguna extraña razón, y no era precisamente por haber sido patrocinada por Martha Smith, la profesora de talla grotesca y bufona de química en la Facultad de ingeniería.
James y Carlos no podían dejar de babosearse por ella, como si fueran dos niños viendo una escena de romance en una película de Disney. Ambos comenzaron a mirarse como si discutieran quién le hablaría primero. Milha se sentó en el pupitre vacío delante de mi y trató de entender lo que Smith explicaba. Y ahora sí empezó su clase. Pero esta vez no era tan pesada como antes, y yo me sentía mucho más nervioso de lo normal, este no había sido un día normal en la Universidad, hoy el semáforo cambió más rápido de rojo a verde, hoy me desperté más tarde de lo normal, hoy mis padres no hablaron de mudarse luego de haber cumplido 3 meses en esta ciudad, definitivamente hoy no era un día normal.
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Milha
Random¿Es posible saber en realidad cuando estás haciendo lo correcto? Harry nunca lo supo hasta que llegó al final. Pero Milha lo supo desde el principio. Harry creía que podría vivir una vida normal, creía que estaba haciendo lo correcto, pero lo cier...