Salón

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-Al fin!

James ha sido el último en hacer la fila para la las entradas del cine, al parecer ya ha comprado los tickets.

Mi asiento es el número 47, vaya. No me interesa saber el de los demás.

Entramos a la sala designada y pasan el detector ante nosotros, yo camino con la vista nublada. He perdido el deseo de ver una película, quizá también el deseo de hacer algo las restantes 4 horas.

Busco el asiento 47 y me desplomo, no puedo contener las ganas de salir de allí y dejar todo. Olvidarme de Milha, ignorar a Sam y a los chicos, podría hacerlo. No, no soy lo suficientemente valiente para hacerlo, preferiría seguir sufriendo a conseguir hacer algo insensato, aún en momentos críticos mi diplomacia está en primer lugar siempre.

Personas siguen llegando del pasillo, hacen mucho ruido para estar en un cine, también se notan felices, como si en realidad lo fueran.

Han apagado las luces, ya no puedo ver a los demás, la pantalla es negra completamente.

De repente se ilumina de blanco y me sorprendo mirando hacia un lado.

Milha está sentada a mi lado.
Porqué diablos está sentada aquí.

Tiene en las manos su boleto, tiene el número 46.

En ese caso, los demás podrían estar cerca, quizá atrás, la cosa es que no logro verlos.

Milha me ignora, trata de disfrutar de la película. Yo debería de hacer lo mismo.

***

Sin lugar a dudas fué la mejor película que vi, los créditos corren hacia arriba por la pantalla, han encendido las luces y el gentío se ha comenzado a ir. escuché en lapsos los sustos de Milha, no me importó. Así como no me volverá a importar nada de ella. Me levanté mi silla y trato de salir por el lado opuesto al asiento 46.

James y Carlos están afuera, hablando sobre varias partes de la película sin resolver. Luego de unos minutos Sam ha salido de la mano con Milha, es hora de irnos.

Durante el transcurso del recorrido de la entrada del cine hasta el estacionamiento del auto ninguno hablo a excepción de James y Carlos los cuales discutían sobre una patética escena de IT, al salir del centro comercial sentí un dolor fuerte de cabeza por el cambio de temperatura. Quizá una de esas migrañas que no venían hace mucho tiempo.

Hemos subido al auto, en la misma posición que la anterior. Sam ahora habla en voz baja Milha de una forma inusual, no logro escuchar lo que dicen. James arranca el auto rumbo a casa.

Dejamos a Milha en su pórtico, Sam ha bajado con ella para despedirse, hemos esperado un minuto y seguimos nuestro camino.

James nos ha dejado en casa a Sam y a mi, Me he despedido de mis amigos y he entrado como una ráfaga.

Papá y mamá aún no llegan, como siempre. La sala está igual de desordenada como lo dejamos y aún hay restos de nachos en la mesa de centro.

Sam se ha quedado fuera un rato y luego ha entrado, yo mientras tanto ya he estado en mi cuarto. Mi escritorio aún tiene abierto el libro de física del que Milha me pidió ayudarle en ejercicios, lo cual ya lo sé, fué una excusa. Me quito de encima la ropa de mala suerte que he llevado el día de hoy y me doy una ducha.

Ella no podía hacerme esto, lo fuí todo para ella. Incluso en los momentos en los que más necesitó de alguien yo estuve allí, yo merecía más estar a su lado que Sam, aunque lo estimo mucho y es mi primo no es sensato que ella quiera antes estar con él que conmigo.acaso soy un aburrido? Quizá el sea más divertido que yo en cierto sentido, y si es así, pues tampoco podía desplazarme por aquella simple razón, ir un poco más despacio, hacer que todo parezca "normal". Así al menos no me sentiría tan mal y quizá apruebe de cierta forma una relación frente a mí de esa naturaleza.

Lo peor de todo es que ya no puedo volver a mi vida normal, antes de conocerla, se volvió tan parte de mi que a no sé cómo vivir sin tener que ignorarla, con aquellos lentes, cabello semi ondulado castaño, piel de marfil y sonrisa intensamente recíproca a cada belleza de la vida.

Debo ignorarla, aunque me cueste hacerlo. Será un poco difícil ya que la veo todos los días en materias diferentes. Sin embargo debo de lograr hacerlo para no seguir hiriendo mi orgullo cada vez que ella me cepille en la cara su relación con Sam.

Salgo de la ducha y solo me desplomo en la cama, mañana será otro día. Tengo clases a partir de las 9, dormiré un poco más.

***

8:34

Hay una larga fila de pensamientos en mi conciencia, solo espero que no sean de Milha.

Y si son de ella sólo los aplastaré con preguntas sobre el universo. Nunca fallan en distraer mi mente.

Si tan solo las cosas hubiera sido de otra manera...

Pero no pueden, las cosas no pueden volver a pasar, sólo hay una sola oportunidad para todo, lo hagas bien o lo hagas mal, nunca verás el final del camino hasta que estés frente a él. Y de ser así no podrás volver y tomar el anterior, no es posible, al menos no en la analogía que sostiene el caso. Mi desgracia está hecha, la suerte está echada, los papeles ya están listos, "sólo necesitan su firma señor Rowan", dijo el profesor cuando entregué mi proyecto de sociología. Sólo que no quiero firmar, no estoy de acuerdo con lo que sucederá de ahora en adelante.

***

8:42

No pude dormir un solo pedazo de minuto, y creo que solo es el comienzo. El estrés está matando mis ganas de seguir en esta situación.

Camino hacia la parada de buses, Sam ha ido a la facultad antes que yo, aún sigue en el trámite de matrícula.

He bajado del bus y me he dispuesto a cambiar deliberadamente hacia el pórtico de la institución, casi mecánicamente abro mi casillero y tomo mis libros de Química, entro al salón. Smith no está pero ya ha estado el patrón con una gigante cadena carbonatada, me siento en el mismo lugar en el cual me senté el día en que la vi por primera vez, en esta misma aula, a esta misma hora, este mismo día.

Ni siquiera miré si ella estaba aquí, no quiero arriesgarme a voltear bruscamente y verla allí mirándome con sus ojos grandes y hermosos dentro de ese par de lupas de cristal.

Smith entra ventosamente al salón.

-¿Alguno pudo resolver la cadena?- pregunta insinuando intriga, sabiendo que nadie lo hizo, porque a nadie le importa su clase.

-Yo lo hice.

Sentí como toda mi sangre se escabulló a mis pies.
El dolor de cabeza volvió repentinamente y escucho muy lejano todo.

Sabía que estaría aquí, pero jamás lo visualicé de esta manera, ahora no quiero, no puedo mirarla.

O al menos deberé creer que no quiero.

Ella ha salido al pizarrón, escucho como se levanta de su pupitre y toma su marcador, dirigiéndose hacia el frente toma una trayectoria a mi derecha. Estando yo en el pupitre central en la primera fila del salón.

Todos promulgan la inteligencia de Milha, ha sido la única que ha alzado la mano ante las preguntas de Smith durante los últimos 3 meses.

Ha terminado la cadena, de repente volverá con brusquedad y abre sus ojos a mi búsqueda, ella encuentra a los míos justo al frente del pizarrón.

Nuestras miradas se han cruzado. Ahora no puedo dejar de mirarla. Pienso que si dejo de hacerlo yo primero seré un cobarde. Ella hace lo mismo, pero luego se detiene Spy camina a su pupitre. Martha Smith se ha dado cuenta del ambiente entre los dos.

-¿Señor Rowan, nos podría decir si aquel butil está bien graficado?- me ha sorprendido con un bolígrafo en la boca.

-Está bien maestra, lo graficó ella, no podría estar mejor.

El salón entero se acabó de dar cuenta del ambiente entre Milha y yo al escucharme.

Sam entra a ráfagas por la puerta del salón.

Claro, los tres, y aquí viene la historia de nuevo...

MilhaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora