Milha

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Los elementos que conforman la tierra están ordenados en algo llamado tabla periódica, las finanzas del mundo están invertidas en algo llamado la bolsa de valores, los animales y las plantas están clasificados en cuadros con flechas que los separan por características, las personas están separadas y agrupadas por miles y millones de cuadros con flechas, desde ideologías políticas hasta colores de cabello, pero dónde estaba ella? Había un recuadro en el inmenso esquema en donde yo esté con ella? Quizá lo haya, el único de "estar en la misma clase" o "vivir en la misma ciudad" porque es necesario el hecho de relacionarse de esa forma, pero habría algo más que no tenga que ver con inferencias superficiales?

-Qué te parece un taco?
-Me parece bien- exclamé, James acertó mi respuesta.

No hay nada mejor en mi vida que degustar de aquellos tacos favoritos luego de Química, quizá encuentre un nuevo elemento o la cura del cáncer uno de estos días en estos tacos maravillosos y no tener que depender de lo que los demás descubrieron.

-Qué buenos tacos- exclamé con satisfacción.
-Oh si hermano, si que lo están- acierta Carlos, James sigue aderezando el suyo.

Alguien más se acerca a comprar, alguien de mi clase de química, acaso también busca la cura del cáncer en mis tacos?

Pero qué rayos.

Es Milha, pero ya no está en el ambiente de estudio, ahora es Milha glotona comprando un taco luego de la clase de Química.

Pero qué rayos!

Yo también soy un glotón come tacos después de Química, cuál es la diferencia?

Estoy en un recuadro del gigante esquema de relaciones personales con ella, a ella le gustan los tacos, ella está en mi clase, se sienta delante de mi, vive en mi ciudad, que no es mi ciudad, porque no tengo gentilicio en ninguna, y de hecho ni siquiera sé qué tan lejos de mi vive, y que de hecho ni siquiera he cruzado alguna palabra con ella.

Y que a pesar de todo he descubierto un nuevo elemento, la cura de mi cáncer, una molécula dentro de mi cerebro que me permite ver la vida de una forma tan especial que jamás me habría imaginado, y que jamás me habría dado cuenta de lo estúpido que me veo cuando como tacos frente a ella, y de lo potencialmente hermosa que se ve ella cuando lo hace frente a mi.

Pero eso ha sido suficiente para saberlo, de que, estoy, e-na-mo-ra-do? Se dice así cuando sientes esa estupidez en todo tu cuerpo de que ella está cerca de ti y tu no haces nada? Y te ves completamente en una situación de tu personalidad que jamás considerarías acertada para presentarte con ella?, rayos, lo estoy.

No es el momento de hacerlo, pero ella está allí, aderezando con James, rayos! Si tan sólo James se diera prisa hubieramos partido de aquí y ella no hubiera visto lo natural que soy cuando almuerzo mi taco favorito. Primera impresión arruinada. Reputación como candidato a humano existente en sus relaciones sociales, arruinada. Atención, interrumpida. Cerebro, drogado permanentemente de dopamina. Seguridad al querer hablar con ella, nula. Así que mi clase de química será un sacrilegio y a la vez una bendición de ahora en adelante, gracias a Milha, gracias a los tacos, gracias a estos amigos que tengo y que entorpecen cada paso que quiero dar en mi vida, gracias a todos.

Ella no me ha visto.

De seguro ni siquiera se ha dado cuenta de que soy de la clase de química.

De hecho, ni siquiera se ha dado cuenta de que existo y que me he enamorado por primera vez de alguien que ni siquiera conozco.

Han terminado de aderezar.

-James porqué has demorado! La clase de Física está a punto de empezar.- exclamé excusando salir de allí lo antes posible.

-No es nada, de todos modos ni siquiera he hecho el trabajo que mandó.- respondió acertando a quedarnos un poco más.

Milha se ha ido del lugar comiendo de su taco y sin percatarse de nuestras existencias.

-Está bien, yo si hice el trabajo pero me quedaré hasta acabar el taco.- respondí tratando de manejar la situación y quedarnos lejos de ella.

Será un nuevo lugar en donde la vea luego de la clase de química. Eso sí es seguro.