La locura comenzaba a apoderarse de la capital desde la muerte de Joffrey...La Reina la necesitaba a su lado, para no hundirse más... Regina Stark, la melliza desaparecida de Sansa Stark, la única loba que aún sabe tratar con los leones esta ahora...
La mañana después de la boda amaneció bastante tranquila, la norteña se despertó antes que su esposo, se asomó a la ventana y dejo que los rayos de sol se posaran sobre su cuerpo mientras recapacitaba lo que le estaba pasando "Soy la reina de los siete reinos... Verdadera Reina del Norte... Estoy enamorada de Jaime Lannister... Me he casado con su sobrino... Mis padres han muerto... Mis hermanos han muerto... Sansa no ha respondido a mi carta... Necesito volver a Invernalia... O tener a mi hermana a mi lado... Soy débil... Realmente soy débil ante la corte" pensaba la morena hasta que oyó al rey despertarse -Regina querida, ya estáis despierta- decía acercándose a su esposa y posando sus brazos alrededor de la cintura de está -Así es mi señor... Pensaba en que pasaría si mi hermana viniese a Desembarco... ¿La condenarias?- preguntó la loba fijando sus ojos en el rubio -Si eso te hiciese infeliz jamás lo permitiría- esa respuesta no tranquilizaba a Regina por un factor rubio, podereso y sin escrúpulos -Incluso ¿si tu madre lo intenta?- intentaba aclarar la reina -Por supuesto- ahora la morena lo sabía tenía a su esposo en sus redes... Y solo sonrió dulcemente al rey
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Jaime salió rápidamente de la habitación... Otra vez había vuelto a Cersei... Caía en los mismos errores del pasado pero ¿Qué iba a hacer? La mujer que amaba se ha casado con su hijo... Su hijo... Cada pensamiento era como si un puñal en el pecho la rompiera en millones de pedazos... Eso no era lo que él tenía pensando... Nunca pasa lo que tiene planeado... Si solo pudiese mandar sobre su corazón... Todo eso pasaba por su mente mientras estaba en aquel lugar donde logro robar el primer beso a la nueva reina
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"El invierno se acerca, padre lo prometió... Y solo tú y yo lo sabemos... El fuego de tu cabello y la noche del mío son la esperanza del Norte Tuya RS"
-Esta viva... Esta viva...- susurraba la pelirroja nada más acabar la lectura -Sobreviviremos al invierno- añadió sosteniendo con fuerza la carta
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