Capítulo 1

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Era un día sombrío en Desembarco del rey, al menos para Cersei, la pérdida de Joffrey había sido un duro golpe, no hacía ni una semana que había tenido las manos de su hijo entre la suyas -Cersei, debes comer algo- le dijo Jaime a su hermana, irrumpiendo su soledad -No quiero- fue la única respuesta de la reina.
Él se acercó lentamente por la espalda y la abrazo, por un momento se sentío agusto, pero no, se removió quitándose a su gemelo de la espalda -¿Cómo está Tommen?- pregunto la reina algo molesta mientras tomaba su copa de vino -Te juro, que lo protégere- aseguró su gemelo, ella harta de sus promesas vacías le corto -Como protegiste a Joffrey- Jaime intento acercarse a su hermana para tranquilizarla pero ella se dio la espalda -adiós Lord Comandante- esas palabras partieron a Jaime en mil pedazos, así que salio dejando otra vez a Cersei sola. Entonces un pensamiento volvió a inundar su mente, ella la volvería a reconfortar, la ayudaría a seguir adelante en este camino. Siempre fue como una hija, así que tomo la pluma y el papel y empezó a redactar la carta.

Más allá del mar Angosto, en la casa de los Houtton,unos abanderados de los Stark, una joven de cabellos oscuros práctica en el jardín con una espada -No esta nada mal, Regina- dijo un hombre de mediana edad desde el balcón -Por mi sangre corre sa...

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Más allá del mar Angosto, en la casa de los Houtton,unos abanderados de los Stark, una joven de cabellos oscuros práctica en el jardín con una espada -No esta nada mal, Regina- dijo un hombre de mediana edad desde el balcón
-Por mi sangre corre sangre de grandes guerreros, Lord Houtton- dijo la chica mientras soltaba el arma y se dirigía al aseo. -Mi señor ha llegado un cuervo de Desembarco del rey- anuncio uno de los sirvientes al señor, cogió el pergamino -No es para mí, es para Regina, entregádsela cuando termine de asearse- le ordenó Lord Houtton.

Regina se había olvidado de lo que era un poco de frío, el calor en Lys es insoportable, lo único que me reconforta son las cartas de ella, desde la muerte de su padre, incluso antes ella era la única que aún la cuidaba y que se podía decir que la quería era como una madre.
-My Lady, esto es para vos- dijo un sirviente miéntras me tendía un pergamino, sello Lannister, una alegría invadió mi pecho -Gracias, podéis retiraos- nada mas salir por la puerta abrí la carta:
"Querida Regina te escribo esta carta porque ha ocurrido algo terrible, necesito que vengas a la capital, te necesito a mi lado... No puedo seguir adelante solo tú puedes ayudarme... Te lo imploro Regina ven a la Capital... Tuya tu amiga, madre y confidente la Reina Cersei"

¿Qué demonios había pasado en Poniente? Sea lo que sea debo volver a Poniente: Es hora de volver a casa, por fin después de casi dieciocho años en Essos, estoy deseando volver a casa

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¿Qué demonios había pasado en Poniente? Sea lo que sea debo volver a Poniente: Es hora de volver a casa, por fin después de casi dieciocho años en Essos, estoy deseando volver a casa.
-Lady Houtton, Lord Houtton, voy a volver a Poniente son órdenes de la reina, bueno llevamos tiempo esperando esta llamada- explicó Regina a los abanderados de su familia
-Habéis servido al lobo con fuerza y valía, así pues os doy las gracias en nombre de mis padres, pero ahora he de volver... Gracias por cuidar de mí todos estos años nunca os olvidare- concluyó mientras les daba un abrazo a ambos -Ha sido un honor, mi señora... Os deseamos fortuna en las empresas que os acechan- dijo Lord Houtton mientras le tendía una espada a la joven, ella sonrió ante el gesto y prepararon su equipaje.

Hora de volver a casa se dijo mientras se subía al navío que los Lannister le habían enviado.

Volviendo a la Capital Jaime seguía prácticando con la espada, esa maldita mano de oro no hacía más que molestar su destreza... Parecia que tenía otra vez seis años. La Reina le habia pedido que por favor fuese a la sala del trono pues alguien muy importante iba a llegar a Desembarco esa tarde, así pues dejo la espada, se puso a la armadura y se dirigió a la fortaleza roja mientras se preguntaba ¿Que plan estaba tramando Cersei?

Gran parte de la corte se había reunido en la sala del trono, Tommen seria coronado en varios días por lo que Tywin en su calidad de mano del rey se sentaba en el trono con su hija por un lado y su nieto por el otro y a la subida de las escaleras su hijo Jaime...

Mas allá se encontraba a los Tyrell, el gran maestre y muchos otros grandes señores de la Capital

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Mas allá se encontraba a los Tyrell, el gran maestre y muchos otros grandes señores de la Capital. En ese momento irrumpió en la sala la joven, todos se quedaron mirándola estupefactos y muchos susurraban a cada paso que ella daba

-Mi señor-dijo esta al acercarse al trono y arrodillarse -Lady Stark- tras esas palabras su formó un gran bullicio en la sala y antes de que Tywin mandase a callar a todos los presentes Regina se decidio a hablar -No esperaba una llegada de este e...

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-Mi señor-dijo esta al acercarse al trono y arrodillarse -Lady Stark- tras esas palabras su formó un gran bullicio en la sala y antes de que Tywin mandase a callar a todos los presentes Regina se decidio a hablar -No esperaba una llegada de este estilo... Pero de acuerdo- subió un par de escalones de los que daban al trono, Jaime la miraba fijamente esperando a su próximo paso -Mis señores, yo soy Regina de la casa Stark de Invernalia, hija de Lord Eddar y Lady Catelyn Stark, melliza de Sansa Stark y loba del Norte- todos la miraban estupefactos, incluido el futuro rey, pero eso no la intimidaba, así pues prosiguio -Todos creíais que estaba muerta, pues aquí estoy, mi padre hizo lo conveniente tras las amenazas y profecías, ya sabéis que los norteños somos muy supersticiosos... Ya podéis ir y decirle a todas las casas de Poniente... Que hay una Stark mas en el juego- al acabe puso una sonrisa triunfante -Podeis iros, mis señores- fue todo lo que Tywin dijo, pero Cersei se quedo.
-Regina- dijo esta corriendo a abrazarla - Cersei- respondió la joven entre sus brazos, pocos entendían esta relación pero para ellas era perfecta, eran dos piezas de un juego que encajaban perfectamente, eran como la madre y la hija que ambas necesitaban en aquellos momentos.

Pérdida En La Mirada Del León Donde viven las historias. Descúbrelo ahora