3 - Escapando, desesperado

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Mafu suspiró al ponerse sus ropas habituales en el lugar del uniforme de entrenamiento.

Realmente odiaba tener que practicar para en un futuro saber cómo asesinar a alguien o herirlo, la idea lo aterraba y sin embargo, aquel chico llamado Luz logró distraerlo de su negación y terminó divirtiendose de cierta forma.

Se dejó caer en su cama deseando tomar una siesta, no tenía más trabajo para ese día y ya se estaba haciendo de noche como para ir a buscar a su príncipe.

Además, estaba muy cansado.

Pero justo cuando comenzó a caer en el sueño tocaron a la puerta de su habitación de una manera muy peculiar, de una maner que no había escuchado desde hacer casi tres años.

-¿S..si? Pase -tartamudeó sin quererlo.

La puerta de su pequeña habitación se abrió con un chirrido dejando ver inmediatamente al príncipe con una larga capa puesta.

Eso no era bueno. Esa ropa era para salir del castillo.

-¿Soraru-san? ¿Para qué esa ropa? -preguntó Mafu con gran cansancio.

-Vamos a salir.

-¿Sa..salir? ¿A dónde?

-Sólo... salir, dijiste hace unas horas que podríamos ir a buscar amigos.

-¡No quería obligarlo a nada! ¡Si usted quiere podemos caminar por los pasillos de noche como antes..!

-Deja de llamarme por "usted" -murmuró Soraru -es un poco extraño...

-¿Eh? ¿Por qué?

Soraru guardó silencio un momento antes de percatrse que era él quien debía decir algo, pero no tenía la respuesta a la pregunta que se le acababa de hacer.

-Olvídalo, ponte ésto -le dejó sobre las piernas una de sus capas -necesitas cubrirte.

-¡N-no puedo usar ésto!

-¿Y eso por qué?

-Es del príncipe y yo no... sólo soy tu acompañante, tu sirviente.

Soraru sonrió, lo tranquilizaba cuando el albino le hablaba de "tú" parecía que su nivel y preocupaciones desaparecían.

-Sólo póntela...

-No creo que debamos salir...

-No me importa lo que creas, vamos a salir.

El peliblanco abrasaba la cintura de su príncipe mientras se preocupaba de que al caballo se le ocurriera tirarlos.

Soraru hacía que el caballo caminara lentamente y con sigilo, la luna los observaba desde el cielo nocturno recordándole a Mafu que estaba haciendo mal.

-Soraru-san, regresemos... -pidió temeroso.

-No.

-Pero, Soraru-san, no debemos salir... y menos por la noche.

-Acabas de decir "debemos" pero hasta donde yo sé tu si sales, en cambio cuando yo intento salir contigo te niegas. Deja de ocultarlo, sé que te desagrado.

-¡No es eso! No me desagradas... es más complicado..

-Tch...

Soraru suguió dirigiendo al caballo en silencio, se dirigieron a una alta montaña que quedaba rodeando el pueblo, en ese sitio el príncipe recordaba que había una especie de lago.

Sin embargo, por el lado de Mafu, éste estaba completamente nervioso. El límite era la cerca al pie de la montaña, esperaba que su príncipe no quisiera cruzarla, de lo contrario Mafu estaría rompiendo su promesa.

Para su mala suerte, Soraru cruzó la cerca y sintió al mismo tiempo los brazos del menor tensarse.

-¿Mafu?

-Regresemos.

-Te dije que...

-¡Regresemos, regresemos, regresemos!

Mafu se inclinó más adelante que Soraru y tomando las riendas del animal firmemente aún si experiencia alguna y lo hizo dar media vuelta para regresar rápidamente adentro del reino.

Pasó en casi solo un minuto o menos, para cuando Soraru se dio cuenta, estaba de nuevo dentro.

La respiración del albino era agitada, su corazón latía tan fuerte que lo escuchaba en sus oídos, podría caer en un ataque de nervios allí mismo. Eso había estado cerca.

-¿Por qué...? -murmuró Soraru y su acompañante se volvió hacia él -¿Por qué insistes en dejarnos dentro? Te quiero, Mafu... ¡pero necesito salir!

-Tú... ¡no puedes hacer eso, sólo estoy cuidando de tí! -el albino intentó tomar su mano.

-Pues no cuides de mí más -respondió el mayor evitando el contacto de sus manos.

-Soraru-san, yo hice un juramento conmigo y contigo en que iba a cuidarte.

-¿Y quién te cuidará a tí?

-¿Qué?

-Solo mira eso -dijo frío y levantó la camisa del menor dejando ver varias heridas cicatrizadas.

-¡S-Soraru-san! ¿Qué...?

-Tu piel... era tan suave, ahora está muy lastimada, yo... no quería esto.

-Yo...

-Sé que quieres cuidarme... yo haría lo mismo contigo.

Mafu sonrió una vez el príncipe levantó la mirada para mirarlo a los ojos mientras sus manos permanecían en las cicatrices poco visibles de su torso.

-Sin embargo... lo siento.

Soraru sostuvo las manos del menor que permanecían en las riendas bajo las suyas y volvió a ir hacia donde quería en el principio.

Ya no era sigiloso, podía medio pueblo dsrse cuenta pero a él no le importaría, sólo quería, necesitaba, un respiro.

-¡Soraru!

-Callado, Mafu.

El albino se quedó en silencio, la frialdad y con las que salieron de la boca del mayor lo asustaron, no tuvo más opción que dejarlo hacer y recargar su cabeza en la espalda de éste.

-Estás cometiendo un grave, muy grave error.

-Sí, sí...

Comenzaron a alejarse más y más del cuerpo, el cuerpo entero del albino comenzó a expresar sus nervios temblando.

Estaban bastante cerca. Bastante cerca de lo que debían evitar.

[Beta ver.] Buscando el CieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora