15 - Las revelaciones

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Unas semanas después el humor de Soraru había cambiado bastante, salía con Mafu casi todos los días y el encierro ya no lo agobiaba.

Estaban caminando por el pueblo cuando llegaron de nuevo a la plaza y se encontraron con uni de los niños de la otra vez comiendo solo lo que parecían ser sobras.

Mafu no pudo evitar volver a acercárcele y cuando el niño subió la mirada el albino le sonrió.

–Hola, ¿te acuerdas de mí?

–Ah.. sí, hola..

–¿Cómo te llamas?

–S..Sou

–Sou-kun.... es un lindo nombre, ¿qué estás comiendo?

Sou miró su comida de una manera un tanto extraña para Mafu y Soraru, parecía como si estuviera adivinando que estaba comiendo.

Mafu volteó hacia el príncipe y lo miró como su fuera un cachorro abandonado (aunque ese sería Sou) pidiendole que ayudaran a ese niño, Soraru lo miró unos momentos antes de terminar asintiendo.

–¡Sou-kun, puedes venir a comer a nuestra casa si quieres! –le dijo Mafu alegre.

–A..ah, ¿en serio? ¡Gracias...!

El albino tomó la mano del niño y los tres se dirigieron al castillo caminando.

Después de que se hubieron alejado de la plaza Eve y Kain salieron de su escondite y chocaron las manos.

–Picaron el anzuelo –dijo Eve sonriendo.

–¡Sí! ¡Ahora Sou-kun podrá tener mucho para decirle al príncipe! –respondio Kain –Aunque... a mi tambien me hubiera gustado ir a comer...

–A mi igual... ¿vamos a jugar?

–Vamos a jugar, yo me escondo y tu me buscas.

–¡No! ¡Siempre tardo en encontrarte! ... ¿Eve-chan? ¡¿Dónde estás?!

Sou miraba sorprendido el enorme recibidor del castillo, normalmente en el Norte solo los dejaban entrar por la puerta de atrás y directo a la sala donde se encontraban con el príncipe.

–¡Es enorme! –exclamó buscando hacer eco y lo logró.

–¿Verdad que sí? –dijo Mafu –Cuando vine aquí sentía que el techo se caería encima mío.

Soraru se mordió el labio por el comentario de Mafu pues recordó que le había contado su horrible recuerdo de la última vez que vio a su madre.

Mafu se encontró con esa mirada y con una sonrisa le dejó en claro que estaba bien y no debía sentirse mal.

Se dirigieron al cuarto de Mafu que era como el fuerte de ambos dónde nadie escuchaba nada porque no interrumpían, le sirvieron una rebanada del pastel que sobró el día anterior y el niño lo miró maravillado.

–¿Pu...puedo comerme ésto? –tartamudeo.

–Claro que sí –respondió Mafu.

–Gracias por la comida –sonrió Sou y comenzó a comer.

Se sentía un poco culpable por comer algo tan rico sin que Kain y Eve lo probaran así que dejó el tenedor al lado cuando aún quedaba la mitad del postre.

–¿Ya llenaste? –preguntó Soraru.

–Debo dejarles tambien a mis amigos –respondió Sou.

–Puedes llevarles tambien a ellos –le sonrió el príncipe –hay para todos.

Los ojos de Sou se iluminaron.

–¡Gracias! En ese caso guardaré para comer con ellos.

Mafu pensó que ese niño era muy dulce y no dejaba de sonreirle, si no fuera sólo un niño Soraru se hubiera puesto celoso.

–Y... ¿quienes son? ¿de dónde vienen? –preguntó Soraru.

–¿Eeh? ¿De verdad vas a malgastar tu pregunta en algo así? Bueno... no lo vandré porque nos los preguntan mucho –respondió Sou extrañando a ambos jovenes –Nosotros decimos secretos o contamos lo que vemos si nos dan dinero y, o comida. Venimos del Este.

Ambos se sorprendieron, se suponía que no había nada en el Este.

–¿Y para qué nos miraban la otra vez? –preguntó Soraru.

–Estabamos... espiando, ahora el príncipe sabe que usted y la chica que es acompañante son novios.

"Chica" repitió Mafu en su mente, pero le alegraba de cierta manera que no supiera que era hombre.

–En realidad, Mafu es... –Mafu interrumpió al príncipe con un golpecillo en su hombro –Oh.

–Hm, pero ahora ustedes pueden preguntarme lo que quieran~

Los dos chicos se miraron pensando que podrían preguntarle al chico, claramente necesitaban saber la razón por la que el príncipe del Sur estaba interesado en ellos como para enviar a un grupo de niños a espiarlos.

Mafu tenía una idea de lo que sucedía pero le daba miedo que fuera real.

–¿Por qué Kradness querría saber de nosotros?

–¿Ehh? ¿Sabes su nombre? –preguntó Mafu.

Soraru asintió, Sou se volteó hacia ellos y buscó en su memoria la respuesta a la pregunta, cuando la tuvo esperó unos segundos más antes de hablar.

–Quiere tener más pruebas de que eres malo –dijo –así nadie le reprochará si te envía a la hogera.

El rostro de Soraru se ouso pálido incapáz de tragarse lo que le acababde decir ese niño.

–Estás jugando, ¿cierto?

Sou negó con la cabeza.

–No lo hago, soy de palabra –respondió Sou –además, sabe que eres medium y que desataste la maldicion sobre su antiguo reino y ahora maldijiste a la princesa.

–...¿Qué? Soy medium, pero no maldije a nadie.

Mafumafu se mordió el labio al escuchar la seguridad con la que Soraru hablaba a pesar de no tener idea, sus manos comenzaron a temblar, Sou le había recordado que su vida no sería tranquila mientras tuviera que proteger a Soraru.

Soraru volteó y miró al peliblanco, entonces se dio cuenta.

–Mafu... tú lo sabías, ¿no es cierto?

Mafu asintió levemente y levantó un poco la mirada para distinguir la expresión de su pareja.

–¿Por qué... no me lo dijiste?

–Fueron... órdenes de tus padres, desde hace un año estoy cuidándote.

–Por eso no querías que saliera.

–Sí...

Soraru se quedó en silencio unos momentos, luego le sonrió al albino indicándole que no estaba todo bien.

–¡Muchas gracias por dejarme llevar todo este pastel! –dijo Sou sonriendo.

–Por nada, Sou-kun, esperamos lo disfruten~

–Si no tienen a donde ir, pueden venir aquí.

–¡Waa, gracias!

Apenas el niño se volteó y comenzó a caminar algo hizo que Soraru volviera a llamarlo.

–Sou-kun –el niño se volvió ante la viz del príncipe –¿La hermana de la princesa Reol es buena persona?

–...¿hermana? No tiene ninguna hermana.

–¿Qué?

Kain y Eve se asomarin al otro lado de la calle y Sou se despidió apresurado.

–Es todo lo que puedo decir, ¡Kain-kun, Eve-chan miren lo que me dieron!

Soraru guardó silencio, la princesa Reol era hija única, Shun había ido al norte...

–Shun... fue directo a una trampa –murmuró asustado, temiendo por su hermano por primera vez se apoyó en Mafu para no caerse.

[Beta ver.] Buscando el CieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora