7 - Vamos sin tambaleos

362 64 137
                                    

–Estaba entrenando Kashi... sabes que entré a la guardia...

Kashitarou se levantó de su silla y se sirvió comida tambien, a pesar de estar tranquilo, Amatsuki sentía una enorme tension por la idea de que su amigo de la infancia fuera quien le había hecho tal daño a ese pobre albino.

El mayor volvió a sentarse frente a Amatsuki y comenzó a comer.

–Tú sales a las seis de la tarde, tardas media hora en venir y hoy llegaste a las ocho –dijo con serenidad.

–Eso... alto, ¿cómo sabes eso, Kashi?

–Amatsuki –suspiró mirandolo –recuerda que no falta mucho para que seamos enemigos.

Amatsuki se levantó de golpe de su silla, su amigo lo miró sin expresar sorpresa.

–¡Nunca voy a ser tu enemigo!

–Ama...

–¡Y nunca voy a levantar un arma contra ti! –exclamó y luego bajó la mirada –Tú... ¿tú si lo harías?

La mirada de Kashitarou se ablandó de una vez por todas, su mejor amigo había comenzado a soltar lágrimas que manchaban sus mejillas.

Se levantó de la silla y fue hacia él para abrasarlo, odiaba ser duro con él, realmente no era su verdadera forma de ser.

–Lo siento, Ama... –le dijo acariciando su cabello –No, nunca levantaría un arma contra tí... asi que tranquilo.

–Matarás y lastimarás a mis amigos... yo no...

–Entonces... sólo se amigo –sostuvo sus hombros y le besó la naríz.

–Kashi...

–Sólo mío ¿sí?

–...está bien –sonrió e imitó la acción  de Kashitarou, acariciando el cabello de éste.

Soraru abrió la puerta y Val entró antes que él, Mafu estaba dormido con los libros tirados sobre su cama, en sus manos aún tenía uno con pastas verde musgo y de título "El otro mundo" era el libro preferido de Soraru.

–Parece que comparten gustos –comentó Val al reconocer el libro.

–Ese libro... tiene muchos dibujos, por eso le gusta.

Val soltó una risilla y se paseó por la pequeña habitación con los brazos detrás de su espalda, luego se detuvo frente a Mafu y levantó su pantalón a la altura de la herida con cuidado.

Sus pequeños ojos se abrieron de la sorpresa y dio un paso atrás como si estuviera asustado.

–¿¿Qué sucede Val??

–¿Cómo... es posible ésto?

Soraru se apresuró a reunirse con su hermano menor para ver lo que él.

Era imposible.

La profunda herida de Mafu había mejorado considerablemente, como si semanas ya hubieran pasado en solo 2 días. La gran y alargada costra ya estaba presente en su extremidad, a punto de convertirse en una cicatriz.

–¿Qué? ¿Pero cómo...? Era... era una gran herida.

–Tal vez la sangre la hacía ver más grave...

–No, incluso Shun la vio...

El albino se reacomodó en su cama y ambos príncipes se apresuraron a acomodar su prenda antes de que lo notara.

Soraru miró a Val y se acercó a él, luego le dijo al oído.

–Éste va a ser nuestro secreto, ¿ok?

El menor asintió y miró por el hombro de Soraru, Mafu se levantaba y limpiaba la saliva seca que estaba en su mejilla.

–Buenos días dormilón –sonrió Soraru.

–Oh... Soraru-san, creo que ya son tardes.

Soraru miró hacia el reloj y se dio vuenta que ya eran las dos de la tarde.

–Sí, ya son tardes.

–¡Lo sabía! –dijo victorioso –Nee, nee, Soraru-san.

–¿Hm?

–¡Quiero intentar caminar!

Soraru se sobresaltó un poco, le asustaba la idea de que caminara sin estar completamente recuperado ya que la herida podría correr el riesgo de volver a abrirse.

–¿Acaso te golpeaste la cabeza de niño o qué? No puedes caminar aún, puede abrirse la herida.

–Sí, me golpee la cabeza con varios escombros de niño –rio Mafu haciendo sentir culpable a Soraru por su comentario –pero anda, quiero intentar.

–De acuerdo –dijo rendido –Vamos a ayudarte

–¿Vamos...? ¡Oh, Val-kun! Perdoname, no te vi...

Val sonrió divertido.

–Estaba escondido~ funcionó.

–Es que eres muy pequeño, no es mucha diferencia de edad y ya te sobrepaso bastante –rio amigablemente.

–No, ¡es que Mafu-kun es una antorcha andante! ¡Incluso pasas a onii-chan!

Soraru tuvo que controlarse para no estallar en risas, el comentario le había causado mucha gracia. Eso era una de las cosas que hacían especial a Val, su espontaneo sentido del humor.

–¿A...antorcha? Val-kun... no soy tan alto –dijo Mafu aguantando una risilla.

–Bueno, bueno –intervino Soraru tomando uno de los brazos de Mafu –¿Listo?

–¡Hai!

Val se situó a la izquierda del albino y sujetó su otro brazo, entre los dos hermanos lo ayudaron a levanyarse y tras estar estable en el suelo Mafu dio un paso con la pierna sana.

Luego dio el siguiente paso con la pierna herida y para sorpresa de los tres el dolor no se hizo presente, solo se tambaleó un poco.

Caminaron un par de pasos más y luego regresaron a Mafu a sentarse en su cama.

–¡Lo logramos! –exclamó Mafu sonriente –Oh, otra cosa Soraru-san

–¿Sí? ¿Qué es?

Mafu levantó su camisa dejando ver su pecho sobresaltando a ambos príncipes, entonces le sonrió al mayor.

–Las cicatrices que no te gustaban, ¡desaparecieron!

–Vaya... eso está muy bien –sonrió el príncipe algo confundido –te curas muy rápido, Mafu-kun

–¿Eh?

Val le dio un golpecito a Soraru al darse cuenta de que se había delatado, si es que Mafu no era ya consiente de lo que hablaba.

–¿De..de qué hablas?

–Tu pierna, está casi completamente curada...

–Pero... han pasado ya dos semanas, ¿no?

–No –respondió Val –pasaros dos días.

Mafu se sobresaltó, había contado mal su tiempo de sueño y se adelantó en curarse, ahora había levantado sospechas a ambos príncipes.

–Debe ser... ¿un milagro? –sonrió.

[Beta ver.] Buscando el CieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora