El albino estaba nervioso de lo que pudiera suceder, a pesar de que cargaba con su espada en su cinturón aún no sabía usarla al cien por ciento y si algo llegara a pasarle a Soraru... nunca se lo perdonaría.
Sentía que todo el mundo los observaba, los buhos lo ponían nervioso y parecía que los cuervos solo querían tragárselos.
Tenía miedo de que si fueran a tragárselos se tragaran primero a Soraru.
Habían pasado muchas cosas durante los últimos 2 años; la declaración de guerra por parte del reino vecino, las revueltas, el entrenamiento y la confesión del por qué su príncipe no podía salir de los límites establecidos.
–¿Estás enojado conmigo? –murmuró Mafu.
–Un poco –admitió Soraru –pero se que no es tu culpa el que no pueda salir...
–Mhm..
–Dime, ¿a qué le tienes tanto miedo?
Mafu abrió la boca para hablar pero en eso una flecha pasó justo por el espacio que los separaba, dándoles un susto a ambos.
–Por eso... –murmuró Mafu mientras su mano tocaba el mango de la espada nerviosamente.
–¡Pero si estaba apuntando correctamente! –reprochó una voz y los dos chicos distinguieron cuatro cuerpos ocultos entre los árboles.
–Shh, no hables, no hables~
–¡Tú tambien te escuchas mucho Ank... mfgshsj!
–Por favor, callense los tres...
De la nada uno de los tres cuerpos se abalanzó contra Soraru y afortunadamente los reflejos de Mafu se encendieron en el momento justo y detuvo el ataque con su espada. El joven era alto y usaba una máscara de zorro cubriendo su cara.
–¡Soraru-san! –exclamó Mafu indicándole que subiera al caballo.
–¡A un lado!
Uno más se unió a la pelea en la que se había metido el albino, otro joven, éste con cabello castaño y ojos verdes. Había gran diferencia entre dos caballeros con experiencia y un pobre joven en entrenamiento.
Ambos chicos, príncipe y acompañante estaban asustados por como se tornaban las cosas, Soraru estaba pasamado y no sabía lo que podía hacer pues toda la situación le era nueva.
Mafumafu estaba nervioso, peleaba contra dos hombres, pero habían visto cuatro... ¿dónde estaban los otros dos?
Soraru salió por un momento de su shock y le extendió la mano a su acompañante.
–¡Mafu!
El menor tomó el brazo del príncipe con firmeza y con ayuda de este subió al caballo al mismo tiempo que el caballero castaño daba un golpe acertando a la pierna de Mafu.
–¡Aagh!
–¡No!
–¡Vámonos, rápido, Soraru-san!
Soraru agitó las riendas y el caballo dio media vuelta y cabalgaron a toda velocidad de regreso.
–¡No los dejes ir, Anku! –exclamó de nuevo una voz y Mafu miró hacia todos lados mas no vio nada.
–¡Ésta vez no fallaré!
Soraru volteó fugazmente para encontrarse con un rubio y un pelirojo subidos a dos árboles apuntando con un arco cada uno. Cuando lanzaron las flechas logró hacer que el caballo las esquivara con astucia.
–¡Demonios! –exclamó el castaño desde más atrás.
–Demonios... –murmuró tambien Mafu con la voz entrecortada, tenía un larga y profunda herida en su pierna –duele... demasiado.
–Aguanta, Mafu, voy lo más rápido que puedo.
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Los dos arqueros se reunieron con sus compañeros en el sitio donde se acaba de dar la pelea.
–Somos unos idiotas, eramos prácticamente cuatro contra uno. El príncipe no cuenta –dijo el pelirojo frustrado.
–Sakata-san, recuerda que nosotros aún estamos aprendiendo tambien –respondió el espadachín castaño –está bien cometer errores...
–Sí, Urata tiene razón –dijo el rubio sonriendoles a todo su pequeño grupo.
–Puede que si... pero eso no quita el hecho de que desperdiciamos una gran ventaja hoy –dijo el de la máscara –Ese chico... ¿Mafu? He oído de él por un amigo, no es lo que decía.
–¿Ah no?
–No, no lo es... están entrenándolo para ser caballero y no contábamos con eso.
El chico se sacó la máscara dejando ver su rostro y por completo su castaño cabello.
–Eso es nuevo para un chico como él, no debería necesitar armas...
Los cuatro chicos miraron a la vez a un lado al escuchar a un buho, luego se dieron cuenta de que la noche ya habia caido y debían regresar.
Mientras tanto, Soraru cabalgaba lo más rápido posible, entró al castillo con Mafu en brazos y una vez dentro el menor bajo de éstos y apoyó sobre su pierna sana.
–¿Estas bi..-
–¡Eres un inútil! –exclamó una voz áspera y Mafu calló al suelo tras recibir un golpe en la cara de parte de la misma persona.
–L..lo.. sie..
–¡Tenías una tarea tan fácil, y aún así el príncipe salió del castillo! –tomó al albino del cuello de su ropa y lo levantó mirándolo con asco.
–General, es suficiente... –dijo otra voz haciendo que Soraru se estremeciera.
El General -e instructor de Mafu- lo dejó caer y el menor soltó un grito de dolor cuando su herida tocó la superficie del suelo.
–No es solo culpa de Mafu –volvió a hablar la misma voz, Soraru bajó la cabeza –Soraru, él te dijo que no salieran ¿cierto?
–S..si...
–Mirame a los ojos cuando me hablas.
Soraru levantó la mirada para encontrarse con el próximo rey, su hermano mayor heredero al trono que lo miraba muy enojado.
Al lado de esa persona Soraru se sentía como una mísera hormiga, no tenían una relación tan buena como la de sue hermano menor Val.
–No sabes lo irritante que es estar encerrado todos los días –murmuró Soraru.
Su hermano mayor suspiró y le hizo una señal al general para que se retirase.
–No voy... no lo volveré a hacer pero por favor, ayuda a Mafu.
–Lo haré, solo ayúdame a cargarlo.
Ambos príncipes se acercaron al albino que ya estaba inconsiente en el suelo, lo levantaron de un beazo cada uno y si dirigieron a la habitación de éste.
–¿Por qué no puedo salir? –preguntó Soraru mientras caminaban.
–¿Lo preguntas en serio? vienes de un ataque y con tu acompañante herido.
–Sí, lo sé pero... me refiero ¿a qué se debió el ataque? ¿no éramos aliados?
Su hermano guardó silencio, no parecía tener deseos de responder, asi que Soraru no hizo más preguntas y siguió caminando.
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[Beta ver.] Buscando el Cielo
FanfictionEl Rey y su hijo medium, Soraru, encuentran a un niño entre los escombros de una casa causados por un extraño ataque. Tras rescatarlo éste chico se presenta a Soraru como "Mafu" que se convierte en su acompañante, poco después es entrenado para ser...