A la mañana siguiente desayunaron en la cafetería del motel, pagaron la cuenta de la noche y volvieron a retomar el largo camino que les quedaba, además de aquel silencio inentendible del cual no sabía de donde había nacido y que no parecía incomodarles. Roy miraba directo al camino que le tocaba conducir y por su parte Edward, se distraía por los paisajes que visualizaba a través de la ventana, uno que otro lo reconocía extrañado.
Ambos se ven interrumpido en sus quehaceres al escuchar el celular del pelinegro sonar, el cual tomo y contesto sin antes colocarlo en alta voz y así poder seguir conduciendo.
– ¿algo nuevo que contar? o ¿dirás algo de Elisia y tu esposa? Maes –dice sin más Roy, con un tono algo burlón, mientras Edward lo mira confuso por tal familiaridad.
– no, no lo haré, si lo hago créeme que si lo intento, Riza me dará una golpiza o me lanzara como juguete para su perro –explico el otro hombre con voz tensa.
Roy ríe y mira de reojo a su compañero de viaje, quien lo observa sin entender del todo lo que sucede, ignora aquello y vuelve a mirar hacia adelante.
– es típico de ella...bueno y dime las opciones que pueden haber de alojamiento en la ciudad.
– lo lamento, pero lo que hay son algo parecido a ratoneras, todo lo demás está siendo invadido por turistas, creo que la única opción que te queda es pasar a ver a tu cuñado.
Vuelve a mirar a Edward y en sus ojos ve una emoción que luego descifrara. Toma el desvió del camino y sabe que tiene que auto prepararse para semejante encuentro.
– está bien, me las arreglaré...luego te llamo.
– vale, adiós.
Finaliza la llamada y suspira, presionando sus manos contra el volante una vez más.
– ¿no lo recuerdas? –interroga al rubio, refiriéndose a Maes, de lo que obtiene una negación con un movimiento de cabeza.
– es un amigo y compañero mío de trabajo, también lo conocías, de hecho es muy cercano a nosotros –respondió al tiempo que ladeaba su cabeza a un lado y evitaba el mirarlo– tenía pensado acabar luego con este caso y como vez no negó la opción de que arrendáramos en un cuarto de hotel, lo que quiere decir que el caso se está tomando su tiempo, por lo que tendremos...
– ¿Qué te molesta? ¿No quieres que me encuentre con mi hermano? –interrumpió de golpe el rubio.
Eso sorprende al pelinegro que abrió los ojos tanto como pudo, al escuchar sus palabras por lo que lo observo un par de segundos y volvió a centrarse en la pista.
Dejó escapar otro suspiro, para responder:
– la verdad es que...no sé como decírtelo...Alphonse y Winry, ahora son...
– ¿son pareja?
– ¡exacto!...se casaron y bueno, nuestra relación con ellos...al menos la mía con ellos dos o mejor dicho con Winry, no es de las mejores...desde que nos presentaste –habla un poco incomodo, a lo que luego se percata de algo– te acuerdas de ellos dos y de mi no... –dice mirándolo rápidamente– eso realmente es cruel.
Edward pestañea incrédulo al no haberse dado cuenta de aquello.
– tienes razón...también es ¿raro? –mientras ríe nerviosamente.
Roy niega con la cabeza para después seguir atento al camino.
Llegaron a la pequeña ciudad en cuestión de segundos, la gran parte del lugar a Edward le traían vagos recuerdos, lo que lograba emocionarlo demostrándolo cuando señalaba un lugar y comenzaba relatar a Roy qué momento de su vida había vivido ahí, quien lo escuchaba como muchas veces, con atención.
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Por favor... recuérdame.
FanfictionRoy y Edward, llevaban de casados alrededor de dos años, cuando los secretos y las discusiones están opacando su felicidad y el amor que tienen el uno por el otro, pero ese es el menor de los detalles al momento en que un accidente y la muerte de un...