Resistió las ganas de ir y abrazarlo para consolarlo, se quedó de pies ahí mirando hacia un costado y pensó en que debería de decirle.
– posiblemente ya sea demasiado tarde...
Vio lentamente caer de rodillas al de cabellos rubios y ocultar sus ojos con sus cabellos y manos.
La luz del sol se colaba a través de la fina cortina y las flores marchitas del florero en conjunto del polvo que cubría gran parte de los objetos que habían sobre los muebles era testigo de la triste mirada de Mustang como del dolor y sufrimiento que atrapaban a Edward.
Roy se mantuvo allí de pies escuchando como la persona que mas amaba soltaba quejidos y a la vez trayéndole un vago recuerdo...
24 de junio y el invierno gobernaba a lo que el simplemente quería evitar el resfriarse para no estropear la ceremonia. Alguien llamó a la puerta de su habitación y en él no provoco más que revisarse por cuarta vez que el traje estaba impecable, para finalmente ir y abrir la puerta encontrándose con sus más fieles amigos y compañeros de trabajo, a lo que les invito a pasar a su pequeña habitación, todos vistiendo elegantes.
Maes, tan solo levanto su mano con el pulgar extendido indicando su auténtica aprobación. Riza solo sonrió, Alex Lous Armstrong mostró leves lágrimas en su rostro a lo que Jean Havoc, no pudo evitar golpearle la espalda. Heymans Breda hizo su típico saludo militar con la complicidad de Vato Farman y Kain Fuery, los que se mostraron igual de emocionados que Alex. Todos estaban allí, con el objetivo de felicitarle ya que Roy Mustang finalmente se casaría.
– vamos, chicos que ni siquiera es el fin del mundo y quieren llorar como niños –hablo sarcásticamente observándose de reojo el traje negro y blanco de novio que llevaba puesto.
– compréndalos, coronel. Nadie ha sido capaz de imaginarlo ni pensarlo, además es un mujeriego más de este mundo quien se casa –responde Riza.
– mujeriego ¿eh?...las cosas ya no van a ser la misma con Edward, el enano sabe cómo hacer que pierda el control con un chasquido de dedos, es demasiado sorprendente –confeso siendo escuchado atentamente por todos.
Sus palabras solo provocan que risas se escapen de quienes están allí, los que se detienen para colocarse frente a él, uno al lado del otro y gritan.
– ¡felicidades coronel! –volviendo a reír y sonreír, mientras se acercan para darle un abrazo grupal.
Luego todos salieron apresurados y fueron a sus respectivos asientos, y aunque solo estuvieran amigos y no familia, ambos novios estaban realmente felices por contar con el apoyo y ayuda de ellos para salir hacia adelante. Un Edward, todo energético apareció vistiendo de un traje blanco, mientras una amplia sonrisa aparecía en el rostro de Roy, sintiéndose completamente feliz y encaprichado por haber pisado el altar sin ningún remordimiento.
– no te arrepentirás ahora ¿cierto? –preguntó Edward, ya tomando sus manos y ignorando la palabrería del cura que los casaba.
Roy atino a sonreír más ampliamente y sujetar con fuerza las manos de su pareja para decir:
– para nada...después de todo hemos llegado hasta acá, imagínate que habrá más adelante, posiblemente sea la mejor aventura de mi vida estar junto a ti.
Quizás se habían equivocado, quizás la solución estaba en decirte la última verdad. Pero justo cuando separó su espalda de la pared, dispuesto a hablar, a las afueras de la casa se escucha la bocina de un automóvil, la que capta la atención de ambos y por la que Roy va hasta la entrada principal de la casa para saber de quién se trata.
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Por favor... recuérdame.
FanfictionRoy y Edward, llevaban de casados alrededor de dos años, cuando los secretos y las discusiones están opacando su felicidad y el amor que tienen el uno por el otro, pero ese es el menor de los detalles al momento en que un accidente y la muerte de un...