Capítulo 10: -"¿Qué haces tú aquí?"

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Como era de suponerse termine llorando con la película. Mark también lloró y justo ahora estamos llenos de helado y lágrimas, tanto de nosotros mismos como del otro.

-Ella lo amaba.-Mark sonó su nariz.

-Si, pero no podía seguir viviendo así.-Me abrazó.

-Él también la amaba... ¿Porqué morir si puedes estar con alguien a quien amas y que también te ama a ti?

-Lo sé Mark, Will es un tonto.-Mark se paró y sacó la película del DVD.-Algún día quisiera ir a París...

-Yo te acompañaré.-Sonreí.

-¿Qué pondrás ahora?

-¿Una de miedo?-Negué rápidamente con mi cabeza y cubrí mi cara con la manta.-De acuerdo... ¿Bajo la misma estrella?-Bajé la manta.

-¿Por qué quieres hacerme llorar?-Rodó los ojos-Ponla, pero prepárate para abrazarme en toda la película y tragar como cerdos.-Rió.

-Iré por más comida.

-Voy yo. Si quieres ve a mi habitación por más mantas por favor, tengo frío...

-De acuerdo.

Me pare y fui de nuevo a la cocina. La comida china ya se había acabado entonces revisé la bolsa de golosinas que traía Mark. Por suerte el traía palomitas de maíz así que las coloqué en el microondas y esperé a que estuvieran listas. Mark ya había regresado y tiró las mantas junto con las demás. Mientras las palomitas estaban serví un poco de Coca-cola para cada uno y le lleve su vaso a Mark.

-Ten, las palomitas estarán listas dentro de poco.-Me acerque para que pudiera tomar el vaso, pero me tropecé con una manta y todo el líquido cayó en su camiseta.-¡Lo siento! ¡No era mi intención! ¡Perdóname!

-Dios-Comenzó a reír-No te preocupes enana.-Se sacó su camiseta y sus abdominales quedaron al aire libre. Me hubiera quedado admirandolos pero alguien había tocado la puerta.

-Voy yo.

Toda roja me dirigí hasta la puerta, abrí y me lleve un gran susto al ver a Madison parada en mi puerta.

-¿Madison?-Ella sonrió. Estaba empapada.

-Olvidaste esto en el restaurante.-Me tendió mi celular-¡Austin llamó, también Rob!-¿En que momento había olvidado mi celular? Es más, ¿Por qué no había notado la ausencia de algo tan  esencial y crucial en mi vida? Estoy muy estúpida.

-Gracias...

-No es nada. Nos vemos otro día.-Se dio la vuelta para comenzar a caminar hasta los ascensores.

-Espera, ¿Por qué estás empapada?

-Está lloviendo y no tengo auto ni dinero para un taxi. Caminé hasta acá con la lluvia.-Esta chica es un amor. Sacrificarse así tan solo por mi celular... Merece el cielo. Más personas así necesita el mundo.

-¿Quieres quedarte?-Su rostro se iluminó.-No creo que deje de llover hoy y bueno no tengo auto para llevarte... Pero podrías quedarte a dormir.

-No quiero ser una molestia.

-No molestas Madison. Vamos, entra.

-¿___(tn)? ¡Ya están las palomitas!-Mark se colocó a mi lado, Madison lo vio con los ojos muy abiertos lo cual me hizo recordar que Mark no tenía puesta su camiseta porque yo la había mojado.-Oh, hola.

-Ho-ho-hola.-Se sonrojó.-___(tn), creo que mejor me voy para que puedas estar con tu novio.-Bajo su cabeza avergonzada.

-¿Novio? Madison, él no es mi novio. Es mi amigo.-Mark me abrazó.-Ven entra. Mark, nuestra pijamada ahora se ha agrandado.

-Bien, pero no hay tanta comida.

-¡Mark! Dios, podemos pedirle a la recepcionista que nos pida una pizza.

-No quiero molestar...-Madison aún tenía su vista en sus zapatos. Era la primera vez que veía a Madison ser tímida.-Además, no creo que puedan traer pizza con este clima...

-No molestas, no le hagas caso a este idiota. Entra.-Tomé su mano y la obligue a entrar.-Pon la película Mark.-Asintió con su cabeza. Se tiró al suelo y Madison hizo lo mismo, pero dejo un espacio entre ambos.-Tranquila Madison, las palomitas de Mark serán todas tuyas.-Madison sonrió, Mark tocó su pecho indignado y yo me límite a reír.

Serví las palomitas en tres platos hondos y luego serví más Coca-cola, pero ahora en tres vasos. Puse todo en una bandeja para que fuera más fácil llevarlo todo y así evitar cualquier otro accidente. Caminé hasta la sala.

-Vamos ___(tn), siéntate-Mark golpeó el suelo a su lado invitándome a sentarme en medio de Madison y él. No quería que ambos estuvieran incómodos y sentarme en medio era la mejor opción. Creo... Bueno, si, es la mejor opción.

-Ten Madison.-Le tendí sus palomitas y luego le di las suyas a Mark. Tomé las mías y me senté a su lado.

-No vayas a llorar ahora pequeña.-Tomó mis cachetes.

-¡Deja mis cachetes en paz, Mark!-Madison rió.-¡No es divertido Madison!-Rió aún más.-Ya pon la película.-Repartí los vasos y luego me acomode en los brazos de Mark.

Mark puso la película, al igual que con la anterior lloramos demasiado. Madison la veía tranquilamente, no lloraba, no reía, no mostraba ninguna emoción... Rara. Mark y yo estábamos abrazados. Tocaron la puerta y justo cuando me disponía a levantarme para abrirla, Madison se levantó.

-Voy yo.-Sonreí en forma de agradecimiento.

-Gracias.-Mark volvió a abrazarme y volví mi atención de nuevo a la película. Madison estaba tardando demasiado. Me alarmé cuando escuche un grito ahogado y unos murmullos.-¡¿Madison?! 

-¿Así que no estaba?-Esa voz...

-¿Qué haces tú aquí?

El Amor De... ¿Mi Vida? (Austin Mahone)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora