Los proyectiles del arco usado habían cesado su vuelo después de unos cuantos minutos.
En el sitio angosto detrás del autocaravana donde se encontraban escondidos, no eran capaces de visualizar la escena, ver si ahí seguían los arqueros ó en realidad como sucedió. Ninguno tenía idea de que había ocurrido con exactitud; fueron tomados desprevenidos.
El líder, Rick, se encorvó y con lentitud se levantó. Por el frente del cofre del auto, se asomó, y a pesar de estar aterrado inspeccionó el perímetro a su alrededor en dónde no encontró señal alguna de que habían sido emboscados, no había nadie más salvo ellos, fue asi hasta que bajó la vista.
La rubia.
Estaba tendida boca abajo sobre un charco de sangre que se extendía cada vez más, con el brazo derecho torcido, la cabeza ladeada con la flecha que había atravesado su ojo izquierdo y el globo ocular en la punta.
El muchacho negó repetidas veces musitando —No —, logrando que fuese lo único audible en su momento, dado que por primera vez en su existencia todo estaba en completo silencio, ni siquiera el aire se escuchaba por los arboles, absolutamente nada. Ni siquiera notó el momento en que se había acercado al cadáver de Isla. Sólo quedaban ellos siete. Tom, Greg, Isla habían muerto. Rick se culpaba a sí mismo por haberlos arrastrado hasta ahí por su propia y pura convicción.
—¡Está despejado! —gritó Karen detrás de él. Mirando frente a ella a la chica muerta, sintiéndose asqueada. Era la primera vez que veía una muerte así y de primera mano—. Tenemos que irnos, Rick.
Éste no dijo nada.
Los demás se permanecieron quietos y asustados detrás del auto, frente a la noria a pesar del aviso de Karen.
—Paige... ¿Estás bien? —le cuestionó urgente la voz de Finn, sin embargo ella no contestó. Mantenía la mirada perdida en algún punto lejano y su mente estaba siendo invadida de los mismos pensamientos de Rick—. Paige...
Por otro lado, Treena era incapaz de aceptar lo que sus ojos habían sido testigo. Ella se encontraba al lado de Isla cuando la flecha atravesó su rostro, asimismo salpicándola de su sangre viscosa; eso la afectó más que a todos, por poco y ella también pudo haber sido captor de una flecha.
—Tenemos que irnos, Finnick —le dijo Nick, después un intento en vano de levantar a Katrina—. Sube a Paige a tu auto, subiré a Kat y Carla. Karen ya está subiendo a Rick.
—Eso haré.
Tomó a Paige del brazo derecho y la levantó de a poco. De tantas idas y vueltas en su cabeza fue competente a la situación: tenía un bebé en su vientre... No podría ser cobarde, tenía que ser valiente ya que no era sólo ella en su cuerpo.
Isla tenía un hijo y murió, la mataron. Sabía que no había excepciones, era supervivencia. Escapas o mueres. Te acobardas y te dejas morir o eres valiente y luchas por tu vida. Un hijo sin su madre era inconcebible, no dejaba de torturarse pensando en los sucesos antes ocurridos, en la sola idea de que a su hijo le pasase algo así o viceversa... Ella no podía permitirlo.
Entonces ella tuvo temor, su pulso comenzó a acelerarse.
—¿Paige?
—Paige, voltea.
—Paige, ¿estás bien?
—Está llorando... parece que está en estado de shock.
Escuchaba las voces angustiadas de sus amigos de una manera tan lejana, hasta que fue devuelta a la realidad cuando escuchó el ruido del motor del Jeep, parpadeó y enfocó el sitio donde se encontraba: en el asiento trasero del piloto, donde a su lado se hallaba Treena -en medio- y Karen en el otro extremo. Finnick al volante, Nick en el lado copiloto, y Rick detrás de todos junto con Carla, con la vista a la ventana de la cajuela.
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Proyecto Chernóbil ©
Misterio / SuspensoDiez jóvenes que estudian periodismo, desean pasar una noche en un lugar donde hubiese ocurrido una catástrofe, con el fin de recaudar fondos para iniciar un negocio y hacer el mejor proyecto de investigación. Al investigar los lugares que podrían v...