10.

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Dejó caer su mochila en el suelo al lado de su silla. Para luego sentarse y pegar la frente contra la mesa. Jungkook sabía que tenía unas ojeras violetas muy marcadas, el cabello despeinado y una camisa de su madre.

Vamos, pero la camisa no era tan femenina.

Se durmió a eso de las 5am por culpa de los malditos mensajes de Taehyung, le hicieron tener insomnio y terminar comiendo helado de limón, porque no había de chocolate. Despertó en el suelo abranzado un zapato y para colmo iba tarde. El pelinegro solo sabía una cosa.

PERDIÓ EL GLAMOUR Y JIN LO DESHEREDARÍA.

Bueno, ya valió.

- ¡Buenos días Kookie! Te ves... bohemio. - Giró ante el sonido de esa horrorosa voz. Si no fuera porque el profesor y sus compañeros ya estaban en el salón de clases, probablemente Jungkook habría saltado sobre Taehyung como un chimpancé furioso.

Si, si fuera un chimpancé le mordería su molesta cara, le borraría esa expresión tan fresca y despreocupada al malnacido...

- Uh, ¿por que me miras así? Das miedo. - Deberías tener miedo. Pensó Jungkook mientras giraba la cara hacía el frente dispuesto a ignorarlo. Escuchó la suave risa del castaño y de reojo notó que se sentaba a su lado.

Jungkook bufo.

Taehyung sonrió.

* * *

Había decidido pasar la hora del almuerzo en los jardines, no tenía la más mínima intención de que el instituto al completo lo viera en esas fachas.

Se recostó en la grama mirando al cielo y cerró los ojos.

- ¿Por qué estas aquí? - Jungkook gruñó, éste tipo era peor que una maldición china.

- Porque me dio la gana. - Respondió el pelinegro aún sin abrir los ojos. Pasaron algunos segundos y Jungkook pensó que ya se habría ido.

Hasta que sintió algo frío y húmedo contra su mejilla.

Pegó un salto y abrió los ojos de repente, encontrándose con Taehyung riéndose de él y con un jugo de naranja en la mano.

- Maldición, dejame en paz. - Le gruñó el menor y se dispuso levantarse. Taehyung lo tomó del brazo ya sin rastros de alguna risa.

- Solo no te vi y pues... te he comprado un jugo. ¿Comiste? - Jungkook frunció el ceño mirando al mayor, apartó el jugo que el castaño sacudía frente a su cara, ¿se había golpeado la cabeza? ¿o siempre fue así?

- ¿Que te importa?

- Kookie, ¿por que estas tan molesto? - Le soltó Taehyung con una mueca.

Jungkook se atraganto con el aire.

- No estoy molesto, solo no dormí bien. - Mintió, aunque en parte era la verdad. El castaño no parecía muy convencido pero decidió dejarlo correr por ahora, para suerte de Jungkook.

- ¿Comiste?

- Si. - Justo en ese momento su estómago sonó, las cejas de Taehyung subieron y lo miró con burla. Jungkook volvió a bufar.

- Pequeño mentiroso... - Taehyung suspiró y se levantó, se quedó mirando a Jungkook un momento desde arriba. - Oye, no hay nadie por aquí, si decidiera hacer algo... nadie sabría nada, de hecho, nadie podría oírte.

Jungkook sintió como si le fuera a dar un ataque de asma. Más al darse cuenta de que el mayor tenía razón. Taehyung sonrió lentamente mientras guardaba el jugo y se arremangaba su camisa hasta los codos.

Jungkook comenzó a retroceder con los antebrazos sin quitar la vista de Taehyung. Y fue en el momento que intentó saltar y salir corriendo que el castaño se abalanzó sobre él.

Y como por arte de magia, Taehyung estaba cargando a Jungkook sobre su hombro.

- ¡Taehyunggggg! ¡Eres idiota! - Pateleo el menor ganándose una sonora nalgada.

- Lo sé, y lo disfruto. - Le contestó entre risas el mayor. - Iremos a mi casa, me merezco una buena comida, y tú también, estas muy flaco...

- ¡Perderemos clases burro!

- Me vale tres vergas. - Taehyung comenzó a salir de los terrenos del instituto, dirigiéndose efectivamente a su casa. Jungkook no lo podía creer.

- ¡Jodete Taehyung! 

Fuck you © vkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora