Epilógo

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Habíamos tenido una hermosa niña, al parecer, Junior siempre tuvo la razón. 

Decidimos tomar unas pequeñas vacaciones antes de que comenzara la Euro, Ibiza fue el lugar perfecto, ninguno de los dos quería dejar sola a la pequeña Marina, pero la mamá de Cris insistió en que debíamos pasar algunos días solos. 

Después de convencer e insistir, terminamos accediendo y pasamos una semana en un yate que Cris había rentado, debo admitir que la pasamos de maravilla y por supuesto, sus mejores amigos no podían faltar. 

La parte graciosa de todo esto fue cuando la prensa sacó fotos de nosotros en el yate y aseguraban que Cristiano me estaba siendo infiel. Mi hermano casi vuela a Ibiza a matar a Cris, lo que no sabían era que había adoptado un nuevo look y por eso tanto periodismo amarillista. Debo admitir que me reí como nunca lo había hecho. 

La Euro llegó y obviamente estuvimos presentes en todo momento. Extrañaba a mis dos pequeños y no me separé ningún momento de ellos. Pude ver en algunas ocasiones a mi hermano y Sara, el pequeño Lucas había llegado sano a este mundo y fue hermoso como nuestros hijos convivieron. 

En fin, el torneo avanzó, mi querido país quedó eliminado y no dudé en darle mi apoyo a Iker. Para la buena, Portugal avanzó y llegó a la final. Ese día casi muero de un infarto. Todo iba bien hasta que le dieron una fuerte entrada a Cristiano, mi corazón se detuvo y tenía miles de ganas de ir corriendo y golpear al francés que había lesionado a Cris. No resistí verlo salir en una camilla e hice todo lo posible para ir a verlo, cosa que no logré. Pasé  todo el partido angustiada hasta que lo vi salir de nuevo y eso me tranquilizó un poco.

Todo estuvo cardíaco, pero la satisfacción llegó cuando lo vi levantar ese trofeo, me sentía más que orgullosa y mi felicidad no se podía ocultar. 

Volvimos a pasar unos días de vacaciones con toda la familia de Cris, los cuales estaban encantados con la niña, de ahí, pasamos unos cuantos días en USA y volvimos a mi bello Madrid. La pretemporada estaba a vuelta de esquina, pero por obvias razones, sabíamos que Cris no se incorporaría con los demás. Aprovechamos esas semanas para seguir planificando la ceremonia que nos uniría. 

Cristiano como siempre, quería comenzar su recuperación para llegar lo mejor posible, no me pude negar cuando pidió mi ayuda con terapias. Sentí esa sensación extraña en mi cuerpo, pues gracias a una terapia había comenzado toda nuestra historia. 

Eso nos dio una ventaja y la mayoría de la plantilla ya estaba en Madrid, lo cual fue más que perfecto pues en unos días, llevaríamos a cabo la gran fiesta. 

{...} 

 — ¡Alice! Basta, le harás un hoyo al suelo y perfectamente te puedes enterrar en él. —me regañó Sara. 

— ¿Y si no llega? ¿Y si se arrepiente de casarse? 

—Eso no va a pasar, él te ama mucho. 

Suspiré dejándome caer sobre la cama. 

— ¡Te  vas a arruinar el peinado! — rodé los ojos y volví a levantarme. 

— Ya, todo bien. 

— Vamos Alice, es hora. — Mi hermano entró a la habitación y me dio un pequeño abrazo. — Te deseo lo mejor All, estoy seguro que serás muy feliz. 

— Gracias Iker — lo abracé con todas mis fuerzas y besé sus mejillas, hice lo mismo con Sara y los tres salimos de la habitación. 

Papá casi llora al verme con ese vestido blanco y debo confesar que la emoción me estaba ganando, mamá casi me golpea pues dijo que mi maquillaje iba a terminar arruinado. 

Tomé aire antes de salir al jardín y observar a toda la plantilla, familia y amigos cercanos. La música comenzó y tomé una bocanada de aire. Los invitados comenzaron a ponerse de pie y fue cuando lo vi. 

Se veía perfecto, siempre me ha encantado verlo de traje, pero esta vez era especial, ese traje negro le quedaba jodidamente bien. Me dedicó una pequeña sonrisa, y papá me entregó, no sin antes decir esa típica frase, "Cuida a mi hija Cristiano". 

La ceremonia dio comienzo y los nervios se hacían cada vez mas grandes, Cris sostuvo mi mano y acarició mis nudillos, eso logró tranquilizarme un poco. 

Ahora venía la parte de los votos y el momento en dónde sabría si Cristiano aceptaba o no. Reí nerviosamente cuando nos empezaron a hacer aquellas preguntas. 

— Mas te vale decir que aceptas — susurró Cristiano, reí por su comentario. 

— Mas te vale no huir — le guiñé y la pregunta se acercaba. 

— Alice Casillas Fernandez, ¿aceptas a Cristiano como tu esposo? 

Cristiano me mandó una mirada graciosa y reí. 

  — Acepto 

— Cristiano Ronaldo, ¿aceptas a Alice? 

— Eso no se pregunta, es más que obvio que acepto. 

Todos rieron, pero pude relajarme. 

— Yo los declaro, marido y mujer. 

Cris se acercó para besar mis labios, correspondí el beso y todos los presentes comenzaron a gritar y aplaudir. Miramos a todos y mi mamá me pasó a la pequeña Marina que iba con un hermoso vestido blanco. Junior llegó corriendo a nuestro lado, era igual de apuesto que su padre y su traje era hermoso. 

El fotógrafo no hizo una foto, y esa fue la primera como familia. 

— ¿Eres feliz? — Cristiano me preguntó mientras nos sentábamos en la mesa principal 

 —Claro que lo soy,  y más si estoy a tu lado con nuestros hijos — acaricié su mejilla y dejé un pequeño beso en esta. 

Pasado el banquete, nuestros amigos vinieron a nosotros para hacernos las fotos. Recibimos muchos buenos deseos, los cuales agradecimos muchísimo. 

Cris tomó mi mano y me llevó al centro de la pista donde todos nos observaban, la música comenzó y tomó mi cintura mientras yo coloqué mis manos alrededor de su cuello. 

Tú me cambiaste la vida desde que llegaste a mi 

Eres el sol que ilumina todo mi existir 

Eres un sueño perfecto, todo lo encuentro en ti 

Tú me cambiaste la vida por ti es que he vuelto a creer

Ahora sólo tus labios encienden mi piel 

Hoy ya no hay dudas aquí, el miedo se fue de mí 

Y todo gracias a ti  

Cristiano cantó aquella canción en mi oído, realmente era un momento mágico y especial. No podía pedir más, tenía una familia maravillosa y ahora un hombre que robaba todos mis pensamientos y me hacía feliz. 

— Me cambiaste la vida Casillas. Gracias por hacerme tan feliz — Cristiano sonrió ampliamente volviendo a besar mis labios. 

—Te amo Ronaldito. 

Ambos reímos y unimos nuestros cuerpos en un abrazo, sin duda alguna, mi vida cambió y lo hizo para bien. 

Fin. 

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Es triste terminar una historia, pero quiero agradecer a todas ustedes que estuvieron desde el principio leyendo, después de un año pongo fin a la historia que me hizo mucha ilusión escribir y espero que a ustedes les gustara. Mil gracias por todos los votos, los comentarios y más que nada, por leer. En serio les agradezco montones y ya saben que nos seguimos viendo con las demás obras que tengo por aquí. Besos y todo mi amor!    

Tu me cambiaste la vida (Cristiano Ronaldo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora