Tu me cambiaste la vida (Cristiano Ronaldo)

Capitulo 8

Estaba feliz, no puedo negarlo, por fin, un nuevo reto empezaba y qué mejor en el club que tanto amo a lado de los chicos.

Victoria, la novia de Isco, pasó por mi temprano para ir a su casa y atender a su novio, estaba un poco nerviosa, pero supongo que es normal. Al llegar, los nervios fueron desapareciendo poco a poco.

La casa era grande y blanca, Vic me condujo a una habitación especial donde se encontraba Isco esperando a por mí.

- ¡Hola Alice!

- Buenos días Isco, ¿te parece si empezamos de una vez?

- Claro que sí, estoy muy ansioso por volver con los demás

- Bueno, me alegra que tengas gran entusiasmo

Comencé a hacer pequeños ejercicios para acostumbrar a su pierna, realmente pone mucho empeño para mejorar su salud. Estuvimos alrededor de una hora y media con la sesión. Teminado esto, llegó Vic con el pequeño Isco en brazos.

- ¿Cómo les va chicos? -preguntó de lo más feliz viendo como su novio cada vez iba avanzando

-Debo decir que Isco es muy entragado a lo que hace, pronto podrá regresar -dije tomando la manito del pequeño que no dejaba de sonreír

― Me alegra escuchar eso -ella sonrió y me miró unos segundos- ¿Quieres quedarte a tomar algo?

- No te preocupes Vic, debo irme ya, quedé de ir con Iker terminando su entrenamiento

- Bueno, espero que para la próxima puedas quedarte con nosotros -me guiñó un ojo y me levanté dispuesta a salir e ir con mi hermano

- En serio muchas gracias chicos, ¡los veré luego!

Salí de la casa de Isco y comencé a caminar a la mía, quedaba realmente cerca pues vivíamos en el mismo condominio, no me inmuté en entrar a casa y quitarme el uniforme de trabajo, solo tomé mi coche y salí para poder reunirme con mi hermano, en el camino, me entretuve y pasé por un helado, volví a mi camino y llegué a Valdebebas, entré y esperé en las gradas a mi hermano mientras degustaba mi helado.

Por supuesto, ahí estaba Ronaldo, pero vamos, no me pienso amargar por su presencia o lo que deje de hacer.

No vi a nadie del cuerpo técnico, lo cual se me hizo muy raro, pasé de la idea. Iker me vió y se apresuró a terminar para salir e irnos.

Saludé a lo lejos a todos los que se encontraban en la cacha, ellos me devolvieron el saludo y salí sin más.

- ¿Cómo te fue con Isco? -preguntó mi hermano como el buen curioso que es

- Fue todo bien, soy la mejor doctora que puede existir

- Claaaro -giró los ojos y golpee su cabeza- Tía, me vas a sacar las neuronas

-reí por lo bajo- ¿Y tienes neuronas? -corrí a mi coche y me monté en él, Iker trató de seguirme, pero en ese momento, aceleré y lo dejé parado

- ¡ALICEEEEEEE! -gritó y frené, quería divertirme un rato con Iker, le abrí la puerta de copiloto y esperé a que se acercara-

- Anda hermanito, sube -cuando lo vi acercarse más, volví a acelerar un poco, Iker se estaba frustrando, pero para mí me parecía gracioso, después de repetirlo tres veces más, dejé que se subiera, iba con cara de pocos amigos y lo único que pude hacer fue reír a más no poder.

- No me da risa Alice -me fulminó con la mirada

- Vamos Iker, no seas tan marica, ha sido una pequeña bromilla -piqué sus mejillas un par de veces y pareció relajarse