El Fiel Amigo.

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Josh. ¿Cómo ha llegado aquí? ¿Cómo sabe él que yo estoy aquí? Avanzo hacia ellos, quitándome la mascarilla. Me limpio la cara de lágrimas, Josh no debería estar aquí viendo esta escena patética, porque eso es lo que soy, patética.

- ¿Qué haces aquí?

- Tu amigo me dijo que cuando te dije que estaba en el hospital, soltaste el móvil y saliste corriendo. Él lo recogió y le expliqué lo que te dije a ti. - el móvil. Debí haberlo cogido.

Le miro intentando estudiar cómo ha tomado mi reacción. Estará decepcionado, enfadado, o cualquier cosa que supondrá que yo salga mal parada. No me muevo, estoy inmóvil frente a él mientras me mira con una cara neutra. Antes de que me dé cuenta, me está abrazando.Sus brazos me envuelven con una manta que me proporciona calor y seguridad. No soporto más la angustia, vuelvo a llorar. No recuerdo haber llorado tanto en mi vida, puede que con la noticia de la muerte de mis padres, pero es así, mi vida se rodea de muerte. Lo peor es que no puedo evitarlo.

- Él se pondrá bien Paige. Eres muy valiente por venir aquí a estar a su lado, y espero que cuando recupere la consciencia sepa agradecértelo, si no él y yo tendremos un problema. - me hace reír. Él siempre logra sacarme una sonrisa cuando estoy triste.

Al no saber cuánto tiempo estará la enfermera con Justin decidimos ir a la sala de espera. Sentados allí, en esas sillas de plástico que si hablaran dirían todo el sufrimiento de las personas que se han sentado en ellas. Años más años de ver gente en la situación que yo me encuentro ahora.

Me encantaría poder levantarme e irme, pero no tengo la capacidad para dejar sola a una persona desvalida, que quiera o no formó parte de mi vida.

- Parece que estamos en un funeral más que en un hospital. Podemos hablar, estuviste mucho tiempo con mi hijo y no sé nada de ti. Dime, ¿este es tu novio? - miro a Josh. Esta ya es una situación difícil, como para añadirle este tipo de preguntas.

- No señor Bieber. Es mi amigo, vivo con él porque cuando me fui de la casa de su hijo no tenía dónde ir.

- Ah. Estoy seguro que cuando se despierte, le agradará verte. Lo cierto es que estás últimas semanas ha estado muy distraído. - ¿verme? No sé si quiero que sepa que he estado aquí, llorando cómo una idiota porque él, por él que no se merece esto por mi parte.

Decido no seguir hablando, no soy capaz de concentrarme en conversaciones triviales ahora mismo. Ellos prosiguen con su charla sobre fútbol, supongo que para liberar presiones. El padre de Justin resultó ser bastante sociable, aunque reservado. No me sorprende, sabiendo a lo que se dedica.

Crió a su hijo para que continuara con su negocio, lo educó para que fuera un experto en arma, ser el mejor manejándolas, para que él mismo fuera un arma humana. Cuando me enteré de esto mi primer pensamiento fue que este señor era un monstruo. Después, durante mi convivencia con él, al ver que su comunicación era nula, mi postura de que James no quería a su hijo siguió vigente, pero hoy, al ver cómo se preocupó por llamarme y al verle aquí, al lado de su hijo, me hace pensar que estaba equivocada.

La enfermera abre la puerta de la sala, nos indica que las visitas para el señor Bieber vuelven a estar disponibles.

- Señor Bieber, si quiere puede entrar, yo no deseo volver a hacerlo.

- Quiero entrar para verle, pero me gustaría que tú lo hicieras siempre que quieras, a mí me agradaría. - dicho esto sale para ver a su hijo. Me quedo sentada al lado de mi amigo, en estas ocasiones él me dedicaría unas palabras alentadoras pero no, hoy no, parecen que hoy las palabras alentadoras no servirán.

- Te veo... mal. Si te digo la verdad, me sorprende tu reacción.

- A mí también. ¿Qué puedo decir? Es un ser humano, y a pesar de lo que me hizo vengo para apoyarle.

- No, no es un acto de bondad el que estés aquí. Te importa lo que le pase, porque le quieres. No lo llames amor, pero sí cariño. Admítelo, esto será más fácil. - le miro con los ojos empapados. Deseo que se calle. Este tema no es para hablar en estos momentos.

- Basta Josh. Ahora no. Te lo ruego, solo abrázame y haz que esta travesía sea lo menos dolorosa posible. - me hace caso y me vuelve a rodear con sus brazos.

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