Maratón 2/4
Sobrevivir era lo que debían de hacer para entonces, algo que se le complicaba, más cuando venían dos chicas nuevas, participantes en el concurso. El dilema estaba si confiar en ellas o no, por eso, la pelirosa las inspeccionó.
Una chica, Shiero, de cabellos castaños y puntas rubias estaba nerviosa ante estar bajo la mirada de la más hermosa de las chicas que había visto. Por un momento pensó en abandonar el concurso, pero sabía que debía de ser fuerte, por su aldea. Sus pestañas rizadas parpadeaban rápidamente sin apenas dejar tiempo entre parpadeo y parpadeo, sus labios se mantenían cerrados en espera de que alguien dijese alguna palabra, aunque sea.
Kasumi, su compañera de viaje pero no conocía también estaba a su lado. Ella, por lo general, tal y como su nombre indicaba, no quería estarse quieta. Es más, era la que miraba mal a Sakura.—¿Tienes algún problema?—dijo, atándose su largo cabello castaño en una trenza. Al terminar, sus ojos ónix como los Uchiha's se colocaron justo delante de la paliducha—. Repito; ¿algún problema?
Sakura aceptó el reto de la intimidación. Cruzó sus brazos delgados.
—¿De dónde vienen?
Ambas se miraron, pensando en si deberían de contestar con total sinceridad o dejar que ella lo describiese por sí sola. Al fin y al cabo, el hecho de que el concurso se hiciera en aquella aldea no significaba que esa chica mandaba ante ellas. Las tres eran participantes, ninguna de ellas hacía las malditas normal del concurso que en vez de un evento parecía ser una misión.
—¿Eres una participante más?—quiso saber Shiero, extendiéndole la mano a la pelirosa. Esta la aceptó, pues no veía maldad en sus ojos cafés.
—No, participante.
—Vámonos, anda, quiero descansar del largo viaje—suspiró Kasumi agotada.
—Sí, yo os indicaré dónde—dijo Kakashi.
Pero aquel Hatake desviaba la mirada a aquella castaña, Shiero, sabiendo que había algo raro extraño en ella. No era nada malo, como que pensaba en envestirlos... pero era algo... Una mirada perdida, digamos. Y el Hatake, a pesar de echar de menos al sharingan, sabía que algo había. Era cuestión de principios. O más bien, de fijarse en sus labios tartamudos, en su sonrisa torcida, y en sus ojos abrillantados. En Kasumi, por lo contrario, sintió fortaleza, y le gustó. Mantener la calma es un buen punto para ser un buen ninja.
Hatake las llevó hacia una habitación de una posada, mientras Sakura miraba como las tres figuras se alejaban.
Llevó una de sus manos al pecho, cerrando los ojos, sintiendo el frío viento que recorría sus mejillas, y sobre todo, su nariz enrojecida.
—¿Mamá?—la voz de su adolescente hija la sacó de sus pensamientos. Al girarse y ver que estaba tomándole la mano a su novio Bolt, sonrió—. ¿Estás bien?
—Estoy muy bien.
—S-Señora Haruno—saludó el Uzumaki. Leer tantos mangas y ver que las suegras era lo que más debía de temer le intranquilizaba. Más si hablábamos de una Haruno.
—¿Qué sucede? Te ves pálida.
—No sucede nada, de verdad.
***
—Siempre, siempre, siempre aparece en el momento menos indicado—se molestó el Uzumaki, pensándose si debía de leer o no la carta que mandó el Uchiha. Su codo estaba apoyado en la mesa y su corazón seguía agitado por los problemas que poco a poco iban sucediendo en su aldea. Nadie sabía qué era con exactitud, sólo unas pequeñas pistas por parte de la Haruno—. Le escribiré.
—¿Y por qué no leer la carta primero?
Rodeó sus ojos aguamarina para abrir el pequeño sobre que había. De nuevo aquella letra cursiva. Notablemente, la carta no la escribió el Uchiha, pero aun así, tenía su sello.
"Estoy siguiendo la pista de alguien que parece sospechoso. Temo lo peor, ya que, según me he informado, tienen un propósito muy extraño que tiene que ver con experimentos. Le seguimos la pista a Orochimaru, pero no estoy muy seguro. Es posible que hablemos de un enemigo mucho mayor. Cuando averigüe qué quiere contactaré contigo de nuevo.
Espero que estés bien. Adiós."
—¡Qué hombre más soso!
—¿Qué dice la carta?—preguntó Shikamaru.
—Que está a punto de averiguarlo. Al fin buenas noticias—suspiró—. Ahora podremos centrarnos en los problemas de esta aldea. Es más... Le escribiré—rio el Uzumaki, sabiendo que al escribir aquella carta, no dejaría de darle salseo al asunto. Pero debía, tenía que hacer que Sasuke-kun quisiera regresar. Sí, la misión le importaba, pero qué diablos, ni una guerra pudo con Konoha no va a poder nada, él solo piensa que sabrá confrontarlo. De momento, sólo necesitaba que su mejor amigo esté junto a su exesposa.
Comenzó a escribir con la pluma, con una sonrisa de oreja a oreja. Pero aquella vez, sería la última carta que le enviaría. Al menos, escrita con el corazón.
"Sasuke.
Ya no quiero hablarte de misiones, quiero... dejar ver mi lado maduro. Quiero decirte que aquí las cosas en Konoha están mal. Están sucediendo cosas que tienen que ver con un concurso de belleza. Puede que las chicas estén en un grave peligro, y deberíamos hacer algo.Sakura-chan está hundida. El hecho de ir a su nueva casa a visitarla todas las mañanas, preguntarle si está bien, y que ella me mienta diciéndome que sí ya se hizo una rutina. Y a veces temo eso. No quiero que una chica como Sakura se conforme con tener el pecho destrozado. Dice que está bien, que se hartó, y que es hora de pasar página. Pero también sé que cada día, ella, al mirar el cielo y sentir el viento helado, te recuerda. Si me preguntases por qué te diría que es porque a veces sí eres algo frío, ¡y sólo el frío te supera! Pero no soy un poeta, ni entiendo tu forma de ser, al menos, no siempre. Necesito que estés aquí, para que nos ayudes. ¡Sé que estás ayudando exteriormente, y que si no lo haces estaremos en problemas! Pero piénsalo, ya lo estamos.Los problemas seguirán aquí por muchas veces que te marches. No te digo que me contestes, pero por favor, envíale aunque sea, una carta a Sakura y a Sarada. Por mucho que digan que no, por mucho que te odien; te necesitan.¡Ah, por cierto! Somos consuegros, ¿verdad que suena bien? Nuestros hijos están saliendo juntos."
—Te gusta hacer esto, ¿verdad?—inquirió Shikamaru.
—Me gusta hacer lo correcto. Aunque será la última carta. Tengo... demasiada fe en mi mejor amigo.
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El perdón de la flor de Konoha
Fanfiction-No puedes haberme mentido así-dijo la Uchiha. En ese momento quería morirse. Unas lágrimas comenzaban a derramarse por sus ojos esmeralda tan deseados por muchos chicos solteros-, ¿verdad que no? ¡Tenemos una hija! ¡Te esperé muchos años!-pero no s...