Capítulo 20

3.2K 226 117
                                    

Por primera vez pudo dejar toda aquella tranquilidad que mantenía desde hace mucho. Por primera vez sus piernas corrieron solas hacia Sakura, por primera vez, sintió en aquel pecho que algo dolía demasiado, y no, no era aquella sensación de amor que tenía muchas veces cuando veía a la Haruno. Esa sensación era mucho más fuerte, más poderosa, más... angustiosa. Corrió concentrándose todo lo posible para percibir el chakra de aquella pelirrosada que tan loco le tenía. Posiblemente el sol podía tapar unas cuantas gotas caer de los ojos negros y lilas del Uchiha, el cual, no quería ni imaginarse a qué tanta desesperación. Ino, desde lo más lejos, se sorprendió al ver que al darle la impactante noticia comenzó a correr hacia el apartamento de Sakura. Se alarmó, pero no supo si debió de ir tras él o no.

Mientras el Uchiha corría, no podía evitar pensar en esos ojos jade, en esa sonrisa sonriente, en esa piel pálida que siempre deseaba tocar, a cada instante, a cada minuto. Sus recuerdos con ella siempre fueron inolvidables, sus sentimientos hacia ella, por mucho que digan los demás, siempre existieron y jamás dejaron de existir. Pero, ¿por qué ahora se arrepentía de todo? ¿De dejarla atrás? Quizás sí fue muy testarudo al aceptar aquella misión y dejar a su familia, diciéndole que las traicionaba, para que no lo esperara. Porque él sabía que moriría. Diablos, lo sabía y lo sigue sabiendo, ya que el enemigo que enfrentan no es un simple Madara, o un aterrador Orochimaru. Ni siquiera su poder se compara al Diez colas. Entonces, a veces, prefirió morir para que sus suposiciones fueran ciertas, para que Sakura se alegrara por su muerte y no llorara cada día por aquel hombre que la abandonó. Pero ella no lo entendió.

¿Y si Sasuke le contara todo? ¿Y si le dijese que va tras ella? ¿Y si... pide perdón? Por todo, por Karin, por el bebé, por abandonarla, por mentirle, por haberle hecho creer que no la quería... Por Kami-sama, la amaba. Mucho. Muchísimo. Lo sabía él más que nadie ya que al recordar su rostro no podía evitar sentir aquella presión en el pecho inexplicable, era tan agradable... pero a la vez tan angustioso.

¿Y qué me decís de aquel cejotas? Cuando Sasuke se enteró, un mundo internó ardió, siendo la víctima del fuego aquel corazón que temía. Ese día odio surgió en su interior y una cosa llegó a la otra con Karin. Al despertar, se dio cuenta de aquella insensatez, y de que ambos eran libres.

Libres. Porque ella se divorció de él, separándose por completo.

Ahora su lindo nombre ya no llevaba su apellido. Ahora sólo una hija que le odiaba les ataba.

Al llegar al fin al apartamento de Sakura, dejó caer un pequeño suspiro, anhelando por algo de aire. Había corrido tan rápido que su corazón palpitaba muy fuerte.

Se alarmó.

Y mucho, pues la sorpresa de sentir el chakra de Karin fue demasiado para él.

Dio un paso al frente, esperando una señal de Kami-sama. ¿Debía de llamar al timbre o debería abandonar e ir hacia Naruto para explicarle el plan de aquellos ancianos?

—¡Espera, Sasuke-kun!

Yamanaka Ino apareció, aquella chica, mejor amiga de su exesposa. Se posicionó delante del Uchiha, haciendo de su cuerpo un bloqueo para que el timbre no sea pulsado por aquellos pálidos dedos.

Suspiró de alivio al llegar a tiempo, pero de seguida volvió con sus ojos celestes y algo intimidantes. Miró a Sasuke.

—No lo hagas.

—¿Qué?—se sorprendió el Uchiha.

La rubia tensó su rostro, pero de seguida se dejó vencer por el momento. Mostró como la comisura de sus labios se volvió algo torcida debido al rostro de pena que tenía. Sus ojos... Aquellos ojos que Sasuke estaba mirando, se notaba que de un momento a otro se pondrían a llorar sin previo aviso.

El perdón de la flor de KonohaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora