Capítulo 2

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La luna sonrió a Konoha con los brazos abiertos mientras la Uchiha pelirosa decidida iba hacia la torre del Hokage. Sabía que sería algo serio, jamás la ha citado. Podría ser una misión importante o un aviso de que deberían aumentar sus horas en el hospital pero... ¿quién sabe?

Mientras la chica venía, un azabache se encontraba charlando con el rubio de forma seria y a la vez amistosa. El Uzumaki se sintió mucho peor al haber citado a su mejor amiga y haberla engañado.

Sin duda, el mundo podría estallar en milésimas de segundos.

—¿Se lo has dicho?—preguntó el Uchiha mirando a su mejor amigo. Se encontraban en la habitación de forma privada y segura ya que Shikamaru estaba apoyando todo su cuerpo en la puerta haciendo presión. Si la pelirosa aparecía antes de lo previsto, Sasuke podría huir por la ventana.

—Sí. Le he mentido—murmuró agachando la cabeza en señal de culpabilidad. No solo mentía a su mejor amiga, también mentía a su sobrina, a su esposa, a sus hijos... un largo etcétera. Jamás pensó que ser Hokage sería tan duro—... y no ha servido de nada, Sasuke. El dolor que has producido en ella...

—Mejor que piense que la he engañado que se entere de que he muerto—dijo. A él también le dolía. Los brazos le temblaban tan solo pensar que aun teniendo tiempo libre no podría ir a su casa y decir como si nada "ya estoy de vuelta" mientras su dulce flor de cerezo le sonreía y su hija le abrazaba. Sabía que no podía hacer eso.

—Pero tu muerte no es segura, Sasuke...—y hablar con él de eso le dolía. Era su mejor amigo. Y, no quería admitir que la muerte de su mejor amigo estaba cerca. En la esquina—. ¡Podrás salvarte! Siempre lo haces.

—Pero así lo prefiero. No quiero que mi flor de cerezo sufra...—musitó en un tono bajo mientras agachó la cabeza para que el rubio no viera su sonrojo. El Uchiha estaba enamorado. Enamorado como nunca; enamorado como siempre.

—¿Y qué he de decirle ahora, Sasuke? Está viniendo hacia aquí.

—Confirma que traicioné Konoha—suspiró el azabache caminando hacia la ventana—. Dile que... me viste y que pase página. Que encuentre a otro que le haga sentir especial. Alguien que le quiera tanto como yo... alguien que sea capaz de amar a mis dos amores.

—Sasuke...—gruñó el Uzumaki. Ya estaba de vuelta; ya estaba ese Sasuke sentimental que tanto apreciaba su mejor amigo. Lo malo, es que las palabras del Uchiha podían llegar al corazón de todos. Y eso al Uzumaki le dolía. ¿Por qué? ¿Por qué la relación de sus mejores amigos nunca puede terminar en el final feliz que se merecían? ¿Por qué la vida no es tan fácil?—. Necesito que veas su reacción.

El Uchiha se sorprendió al escucharlo.

—¿Qué dices?

—Escóndete en el armario, oculta tu chakra y mira la reacción de Sakura. Necesito que veas que lo que estás haciendo no es nada bueno. Y si esto sale bien, no bastará con decirle a Sakura "lo hice por tu bien". Ella no es así. Te costará conseguir su perdón.

—Creo que ya es tarde, ¿no?

—El chakra de Sakura se acerca—en cuanto la advertencia de Shikamaru pasó por los oídos de ambos, Sasuke no tardó en esconderse aun dudando de lo que estaba a punto de hacer.

Naruto quedó tranquilo y fingió que ordenaba unos papeles mientras Shikamaru se apartó de la puerta. Justo entonces dejó ver a una pelirosa pálida de ojos rojos. Sin duda no estaba bien y el único que podía notarlo era su esposo, quién aún mantenía su figura tras un armario de madera.

El perdón de la flor de KonohaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora