Capítulo 7

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Los ojos ónix de la Uchiha estaban contra los ojos jade y hermosos de la pelirosa. Una pelea de miradas se estaba realizando en aquel momento, hasta que Sarada fue quién rompió el largo silencio incómodo.

—Lo siento.

Sakura, a pesar que tenía un rostro de seriedad, le sonrió a su hija de una manera muy, pero que muy humilde.

—No ocurre nada, cielo—suspiró—. Pero la próxima vez, si te vas a ir, ¡avísame! ¿Qué es eso que estás en una cita hasta esta mañana? ¿Habéis hecho algo?

—¡No! ¡Nada de eso! ¡Ni siquiera nos tocamos!—defendió la paliducha ante la mirada de su madre. De alguna forma se sentía ¿rara? Algo que ella no entendía, aunque era de suponer que se encontraba algo decepcionada con los resultados de su prueba.

En efecto, a Boruto Uzumaki no le importó nada el hecho de que tuviese una cita con Inojin, el chico que conquistaba a todas a base de arte y flores.

—Está bien...—recalcó la pelirosa—. Iré a apuntarme al concurso.

—¿Concurso?

—El de la flor de Konoha. Es un concurso de belleza y de habilidades.

La Uchiha sonrió a la noticia sabiendo que eso le haría bien a su madre. Bien, no era muy partidaria de concursos de belleza, pero si mantenía ocupada a su madre, ya la idea era su aliada.

—Sakura-chan—se escuchó la voz de Lee. Sarada se alertó, pero al ver que el amigo de su madre salía hacia el pasillo volvió a quedarse tranquila aunque con duda—. Buenos días.

—¿M-Mamá?

—No te preocupes, cielo. Lee-san se quedó anoche a cenar, se nos hizo la hora, y le dije que durmiera en el sofá. Solo eso.

—Hola, tío Lee—saludó la chica de gafas.

—Hola, Sarada-chan. ¿Cómo estás?

—Bien, ¡muy bien!

—¡Te veo rebosante de vida!—rio Lee mientras apretaba su puño y elevaba algo el brazo, siendo así una señal de que todo iba bien—. Me gusta, me gusta. ¿Y los estudios?

La Uchiha rio.

—Todo bien, aunque bueno, no creo que te importe tío Lee, así que... os dejaré a solas—y tras guiñarle un ojo pícaro a su madre, se marchó dejando a solas a dos excompañeros, porque, a pesar de que no estaban el mismo equipo, eso eran.

—Iré a prepararte el desayuno—y en cuanto caminó hacia delante, fue para por el brazo de Lee.

—No hace falta, Sakura-chan. ¡No necesito desayunar para mantener mi energía!

Y justo entonces su estómago sonó haciendo que la Uchiha riera. Ese simple hecho molestó algo a Lee, reírse de él no era algo que agradecía, pero aunque sea, en ese momento le gustó. Él siempre estuvo enamorado de la Uchiha. Él siempre quiso darle toda su vida a ella, siempre quiso lo mejor, e incluso, la chica de sus sueños era ella y no una chica más tetona o culona. Pero debía de pensar. ¿Le seguía gustando? Pero si así fuese, él no podría estar con ella, o eso pensaba él. "Aún tiene a Sasuke-kun. Él me mataría."

—Insisto—habló la chica—. Me sentiría mal si te vas con el estómago vacío, Lee-san.

Y después de eso, se marchó a la cocina a cortar zanahorias. Lee la siguió.

—Te ayudaré.

—No hace falta, de verdad.

—Te ayudaré—volvió a insistir cogiendo una zanahoria. En un movimiento rápido, y con energía pura, la cortó—. ¿Ves? ¡Soy el mejor en esto!

El perdón de la flor de KonohaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora