Sammy Wilk

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Apretó la mandíbula, mi sangre hierve al ver como aquel imbécil coquetea con mi chica.

—Wilkinson, romperás el vaso, idiota —hablá mi amigo, Maloley, quitándome el vaso enredado en mis manos.

—Quiero matarlo con mis propias manos, Nate — gruño rodando los ojos.

Me pongo de pie decidido, Skate agarra mi brazo y me obliga a sentarme.

—No hoy, campeón —apreto mis puños, mis nudillos se tornan blancos por la presión que ejercen. —¿Por qué no dejas divertirse a la pobre chica?

—¿Sin mi? Estas loco, dude.

El niega con diversión. Tomó el vaso de la mesa, no me sorprendo al verlo vacío.

Caminó hasta la barra dejando sólo a mi amigo en busca de un buen trago que calme mis nervios. Pido algo fuerte y el barman se apresura en hacerlo, pagó y levantó mi vaso rebosante de licor, sin dudarlo lo llevo a mi boca impaciente. Bebo quemando mi garganta por el fuerte liquido, con indiferencia por la costumbre, lo disfrutó.
Pido dos más, y como la primera vez me los bebo velozmente sintiendo la adrelina recorriendo mi cuerpo acompañada de euforia.

Caminé dirigiéndome a mi chica, que lucía uno de esos vestidos que ella usa y me encantan. Un vestido color carmesí, que llega hasta un poco más arriba de sus rodillas. Ajustado en la parte de las caderas, dejándome apreciación de su trasero. Y en la parte de arriba están las delgadas tiras que sujetan sus pechos. Gracias a Dios que bendijo a esta bella mujer que amo; no lleva brasier.

Es por eso que debo alejarle de los imbéciles que quieren devorarla. No es tan tonta como para caer en las garras de idiotas como ellos. Pero cayó por un idiota, yo. El tonto más tonto del mundo, y no lo discutiré. Es cierto.

Posé mi mano sobre el hombro de ella, y lo acaricié logrando que la piel se le erizara. Aproveché y llevé mis labios a su oído.

—Mi amor —susurré, finalicé depositando un húmedo beso en el hueco de su cuello.

Me aparté, miré al cabrón y como lo pensé, ya no se encontraba allí. Logré mi objetivo, que se fuera de aquí.

—¿Quieres bailar? —le pregunté extiendo mi brazo con la palma abierta para que ella la aceptara. Moví mis cejas frunciendo el ceño cuando la rechazó pero se puso de pie de todos modos —Nena —comencé pero me interrumpió colocando su dedo índice sobre mis labios.

—Cierra la boca, y disfruta, Samuel Wilkinson —habló rasposa, poniéndome a mil.

Después de eso, solo fuimos uno. Durante sus delicados, y sensuales movimientos, la besé como si no hubiera mañana. Amándola antes de que algo o alguien más me lo impida.

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One Shoot de Sammy Wilk para fckingWilk (creo que cambiaste user, lamentó si es así) espero que te haya gustado.

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