Jack Johnson

4.5K 177 5
                                    

—Mel, Mel, Mel, Mel, Mel —susurré varias veces el nombre de mi chica, ella se encontraba recostada en la cama conmigo abrazándola por detrás.

No paró de llorar en toda la tarde y me preocupa su estado, no me quiere contar y no la puedo obligar.

—Bebé, cariño, mi amor, mi cielo, mi vida, princesa —le llamé con todos los apodos cariñosos que uso para ella.
—Jack, no quiero hablar ahora —indicó y supe que mas lágrimas se avecinaban. Su voz se oía como si estuviera apunto de quebrarse, y lo odio.

Me duele pensar que algo la atormenta tanto como para estar así.
Observé que ella solo vestía su pijama. Que consistía en una camisa de tirantes y no llevaba brasier por debajo, y unos pantalones de algodón cubren sus piernas del frío.
Su cabello se escurría en parte de su espalda, lo acomodé sobre uno de sus hombros y comencé a depositar besos húmedos en su espalda.

—¿Me dirás que está mal, cariño? —cuestioné siguiendo con los besos, ahora mis labios estaban en su cuello.
—No —se giró dejándome sentir sus pechos en el mío, sonreí sintiéndome en el paraíso.

Supuse que lo notó porque se puso de pie y se alejó. En su rostro se asimiló el disgusto y corrió al baño, la acompañé asustado. Le miré encorvada frente a el retrete, una sensación de temor recorrió mi espalda. Se encogió en un rincón con las piernas hacía su pecho.

—Tengo miedo —soltó súbitamente, miré sus ojos rojos de tanto llorar. Sentí una daga atravesar mi garganta, un nudo estaba atascado allí.
—¿Estás embarazada? —mi voz destiló emoción. Negó.
—Mi ansiedad está volviendo, me estoy volviendo loca —acaricié su barbilla, cerró los ojos para sentir plenamente la sensación.
—Oh, bebé —la abracé —Mel, mirame —le ordené. Besé suavemente sus labios —Yo estoy acá, estoy aquí para ti. Únicamente para ti, para nadie más ¿sí?

Pose mi mano en la parte superior de su cabeza, atrayendo ésta a mi pecho desnudo. Caricias de mi parte y eso bastó para que la calma se apoderara de ella.

—Te amo, no me cansaré de decírtelo. Sabes que si tienes algún problema, yo estaré ahí para ti. Siempre, siempre, siempre.

—¿Siempre, siempre, siempre?

—Toda la vida —dije apoyando mi barbilla en la coronilla de su cabeza.

—Toda la vida —repitió casi en un susurro.

Sus labios rozaron mi pecho causando escalofríos en mi sistema. Es impresionante lo que ella causa en mí.

.

Gracias por leer ♡

One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora