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Mi portátil está abierto en el regazo de Acacia, que juguetea con su pelo y mira varias páginas con fondos rosas, en otra pestaña está mi Instagram el cual había sido juzgado por Acacia con comentarios como: "Hasta en las fotos de lejos se notan los pliegues de tu barriga. ¿En qué momento pensaste que era buena idea subir esto? Dios, tenemos tanto que hacer"

Sus comentarios ardían como una herida en el dedo, pero era por mi bien: ella lo había dicho numerosas veces. Evito pensar en lo que estoy haciendo y en los millones de problemas que me puede traer, solo enfocándome en que Acacia hará que sea el tipo de chica con las que salen los chicos como Chad y hay algo en eso que me pone extremadamente feliz.

Quítate la ropa foquita, necesito ver a qué reto me enfrento.

– Pero Acacia no quiero desnu...

– ¿He pedido tu opinión? No me pidas puta ayuda si no vas a aceptarla —Dócilmente pido disculpas y ella sonríe—Ahora quítate la jodida ropa y ponte delante del espejo a hacer lo único que haces bien: comer.

Poco a poco, bajo su atenta mirada me desnudo y me coloco delante del espejo observando mis muslos demasiado anchos. Pongo mis manos apoyadas en mis caderas y me fijo en las estrías que van por ellas como raíces de un árbol. Intento no fijarme en mi barriga flácida y en mis demás defectos. Lloro, mientras Acacia lleva un trozo de pastel a mi boca, obligándome a comer.

– Yo con tu cuerpo ya me habría suicidado Faith.

Verme a mi, comiendo el pastel desnuda hace que un nudo se instale en mi estómago y comienzo a tener ganas de vomitar. No puedo evitar levantarme y correr hacia el baño, vomitando todo el pastel en el retrete. Acacia sonríe y acaricia mi espalda susurrándome lo buena chica que soy. Cuando he terminado de vomitar vuelvo a mi cuarto, con miedo; miedo de mi misma y de mi mente, porque a pesar de todo después de vomitar me he sentido guapa, me he sentido bien.

En menos de diez minutos Acacia empieza a hablar de temas triviales mientras yo miro mi Instagram o más bien los mensajes, dejando atrás que he vomitado por culpa de mi reflejo. Me fijo en un mensaje en concreto, el cual me sorprende:

BrittanySctt: Siento lo de esta mañana, no das pena ): Él puede ser muy imbécil. Demasiado.

– Brittany se está disculpando —Veo el ceño fruncido de Acacia.

– No le respondas.

– Pero se está disculpando, a lo mejor quiere ser amiga mía.

– Joder no te vas a disculpar, ¿entiendes? No sabes manejar tu peso, ¿vas a saber manejar tu vida? Si aceptas tus disculpas aceptas que se rían de ti.

– Yo haré lo que crea conveniente Acacia... Creo que esto es mala idea —Susurro, refiriéndome a su supuesta ayuda para ser más bonita.

¡Cierra la jodida boca! No tienes ni idea de nada Faith, ¿no estás cansada? Cansada de ser la fea y gorda a la que señalan en la calle... —Yo asentí, asustada— Pues ahora me harás caso, no puedes echarte para atrás.

Me tumbé en la cama, intentando recordar que hacía esto por mi bien.

– Gracias Acacia, aprecio tu ayuda.

Duh, lo sé. Ahora cállate, vamos a vomitar. Y bloquea a Britt, no me gusta para ti.

— ¿La conoces?

Acacia me mira, pero se da la vuelta y va hacia el baño, sin responderme.

faith » lesbianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora