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06

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Estoy en mi cama, con un gran dolor de garganta por culpa de Acacia, hoy simplemente no podía vomitar así que comenzó a meter los dedos en mi garganta, con demasiada agresividad como para no salir sin secuelas. Han pasado un par de horas desde aquel altercado pero no puedo quitar la sensación de mi garganta, lo único que interrumpe mis pensamientos es el toque en la puerta de mi habitación. Sé que no es Acacia porque ella es demasiado maleducada como para entrar por la puerta de mi casa —siempre entra por la ventana— y más para tocar la puerta.

Antes de dejar pasar a quien quiera que sea escucho murmullos, palabras de aprecio y un: "ha pasado ya demasiado tiempo" por parte de mi madre que me deja pensativa.

– Faith, cariño, alguien quiere verte —Dice, con los ojos llorosos y una sonrisa.

Detrás del cuerpo de mi madre aparece la cabeza rubia y el cuerpo perfecto de Brittany, que con una sonrisa me hace sentirme de repente bien.

– Hola Faith, ¿qué tal estás?

Me miro al espejo inmediatamente y me repaso el cuerpo con la vista, tengo los ojos rojos, los labios resecos y a pesar de que haga calor llevo más de diez mantas encima. Miro a Brittany y con la mirada le pregunto que qué hace aquí, ante mi reacción mi madre le da a un apretón cariñoso, le susurra algo y se va.

– Bien.

Brittany pasea por mi cuarto, con un extraño atisbo de nostalgia, mirando mi escritorio decorado y mis libros, después de un silencio incómodo ella me mira y sonríe: odio su sonrisa, su perfecta y cálida sonrisa.

– ¿Qué haces aquí, Brittany? —Suspira, y toma asiento a mi lado.

– No contestabas a mis disculpas de hace un par de semanas, así que simplemente decidí venir a pedírtelas en persona —Ríe e inmediatamente frunce el ceño, como si recordara por qué debe disculparse— Siento no haber reaccionado Faith, tu no eres patética. Chad es tan idiota.

Estoy tentada a preguntarle qué si es tan idiota por qué está todo el día con él y sus amigos, pero en lugar de eso la miro y asiento.

– Está bien.

Quiero decirle que es una zorra por ser guapa, pero me contengo, porque no es algo propio de mí insultar a la gente. Por un momento pienso en que me estoy convirtiendo en un monstruo, un pequeño y destructivo monstruo. Un monstruo que crea Acacia poco a poco. Y ante la idea me asusto.

– Quiero ser tu amiga Faith. Quiero volver a ser tu amiga.

– ¿Volver? Nunca hemos sido amigas

Brittany abre la boca, dispuesta a explicar su error, pero la cierra y me sonríe. Al rato de observarme comienza a morderse una de sus uñas postizas y me explica que para ser amigas primero hay que contarse experiencias y en menos de diez minutos me está contando millones de anécdotas graciosas y poco a poco Acacia y el pequeño monstruo que soy se van de mi mente.

– ¡Y me besó! Imagínate mi cara tía, yo estaba como, ¿por qué coño está tu lengua en mi garganta? —Comenzamos a reír escandalosamente y cuando nos recuperamos dice muy tranquila— Así que simplemente me separé y me fui a mi casa.

– ¿Sabes que las babas humanas se quedan un año en la boca? Técnicamente tienes a ese chico dentro tuya hasta dentro de un año.

Me mofo de ella y a consecuencia recibo un golpe de almohada en la cara, sin darnos cuenta comenzamos una guerra de almohadas y risas, nos empujamos, saltamos en la cama y gritamos como si nos conociéramos desde siempre y nunca mejor dicho. Siento que la conozco desde hace milenios, unos ojos y una cara infantil vienen a mi mente, asociando el recuerdo con ella.

Cuando estoy a punto de volver a darle con la almohada veo los ojos furiosos de Acacia, en el borde de la ventana. Antes de poder si quiera decir algo, su voz corta la estancia.

- ¡Saca a esa maldita zorra de casa foca de mierda!

nota de autora
acacia entrando a la habitación en multimedia (: