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Normalmente desde que Acacia y yo nos enteramos de que nos iban a llevar lejos, decidimos pasar más tiempo que nunca juntas, planeando qué hacer para poder huir. Irnos sin más: juntas para siempre, en un lugar sin Britt molestando, ni pastillas, ni médicos, ni jurado de voces.

Pero hoy era diferente, no pude evitar tragarme las pastillas y Acacia enfadada se fue, y ahora estoy muy nerviosa. Demasiado. Mamá ha pedido que le traigan la compra porque no quiere dejarme sola, y no puedo dejar de moverme por el salón. El efecto de las pastillas que me deja embobada se está marchando y el jurado de voces ha vuelto. Me están hablando del plan de mamá, el jurado la escuchó pidiendo la compra y saboteando al chico que le traerá la comida para que ponga productos que me haga ponerme fea de nuevo. Chocolate, tarta, hamburguesas... Mamá quiere volver a engordarme y que Acacia me tenga asco. Que se marche.

Debes hacer algo Faith, no puedes separarte de Acacia. Volverías a tu sosa vida antigua de gorda... No puedes, Faith. Haz algo. Ya.

Me paseo por la cocina, la cabeza me da vueltas. Necesito a Acacia aquí. Ella sabría perfectamente que hacer. Ha sido mi salvación desde que llegó al pequeño probador.

Tú sabes que tienes que hacer. Solo espera.

El jurado habla. Asiento. Le diré que no es aquí, le tiraré la comida, le gritaré... Haré cualquier cosa. Sí, claro. Acacia se sentirá orgullosa de mi. Río. Pasan los minutos y sé que la comida llegará pronto. Estoy tan ensimismada en mi plan que no me doy cuenta de que no soy la única en la habitación.

– ¿Faith? ¿Qué haces en la ventana? Ven, vamos al salón. Está a punto de llegar la compra. —Britt me sonríe, y con su delicada mano me intenta llevar hacia el salón.

– ¡Apártate!

– Faith, venga, cariño, relájate. Soy yo, Britt.

– Sé quién eres.

– ¿Entonces? Vamos.

– No lo entiendes Faith —me acerco lentamente a su oído, para que nadie nos escuche— Mamá ha sobornado al chico para que traiga comida y engordarme. Lo sé. Tengo que hacer algo, impedirle que venga.

– ¿Te has tomado la medicación? —Britt se toca las sienes, nerviosa— ¿Donde está tu madre? No puede dejarte sola si sabe que... Dios Faith, voy a llam-

Le doy un leve empujón para que no haga nada, pero sin querer la tiro al suelo. Desde ahí parece muy pequeña, con una mirada horrorizada que nunca le había visto y sus ojos brillantes. Mi madre está arriba, acostada, y si se entera de que sé su plan hará algo. Me apartará de Acacia. Estoy a punto de pedirle disculpas, cuando comienza a gritar.

– ¿QUÉ COÑO TE PASA FAITH? ¿NO VES QUE TE INTENTO AYUDAR? —Britt comienza a sollozar— Por favor, Faith, por favor.

El jurado de voces habla. Está fingiendo, Faith. Ella también es parte del plan. Siento el dolor de la traición en el pecho. Britt, lo único que tenía a parte de Acacia, estaba involucrada con mi madre. Ahora entendía porqué Acacia la odiaba, y por qué debía también ahora odiarla yo.

– Aquí la única que me ha ayudado alguna vez es Acacia, no tú. —espeto, con rabia y asco. Me has traicionado, pienso.

– Acacia esto, Acacia lo otro... ¿Es que no te das puto cuenta, Faith? ¿A tanto llega?

Frunzo el ceño. No sé de qué habla, pero el jurado de voces lo ha dictaminado. No puedo tolerar esto, no puede hablar así de Acacia. No delante nuestra.

– Para de una vez Brittany, porque te arrepentirás. ¿Tanto cuenta ver la realidad? ¿Tienes algún problema mental, Brittany? ¿Tu ego de barbie no te deja ver, o qué?

– ¡LA ÚNICA QUE TIENE AQUÍ UNA ENFERMEDAD MENTAL ERES TÚ! ¿O QUE PIENSAS, QUE ACACIA ES REAL? FAITH POR FAVOR, ACACIA SOLO ESTÁ EN TU CABEZA.

Y entonces, todo se derrumba.

faith » lesbianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora