Heridas.

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Después de que Chica terminara de hablar, ambos acabaron el el sofá con un enorme plato de palomitas y la t.v encendida. Pero duró poco ya que además de que las palomitas de habían terminado casi a los 15 minutos, la rubia había terminado durmiendose sobre el hombro de su huésped y poco después ambos se quedaron dormidos recargado el uno en el otro. Golden estaba exhausto. Dos semanas enteras viviendo en la calle, durmiendo afuera de las puertas de las casas ajenas, recibiendo palizas y poca comida. ¿Qué más podría pedir ahora? Un hogar, una amiga. Sólo eso necesitaba.

Al día siguiente Golden fue despertado por el delicioso sonido de un desayuno sobre sartén.

-¡Golden! Buenos días, me tomé la molestia de hacerte el desayuno, en realidad no estoy segura de lo que te guste comer pero creo que mi omelet no fallará contigo.

El escuchaba cada palabra de Chica con toda la atención que tenía. Hace muchísimo que no la veía, que no escuchaba su adorable voz. Y cada vez que volteaban a verse le daba algo de vergüenza.

Golden se estiró y se levantó del sillón para ir a la cocina con Chica.

- Buenos días, adorable doncella - Golden bromeaba tomando la mano de Chica y dándole un beso en esta. -¿Podría ayudarle en algo? No quiero que sus bellas y delicadas manos de dañen de ninguna manera.

Chica se puso ligeramente colorada por el comentario, pero captó la idea de broma y siguió con el juego.

-¡Oh! Pero claro que puede bondadoso caballero. ¿Sería tan amable de colocar este plato en la mesa, sentarse y comer todo lo que quiera? Para mi sería un honor que lo hiciera, Galán.

- Aah... Este, ¡Bien! Pero solo si me hace el gran honor de acompañarme a comer, bella dama.

-Con gusto lo haré.

Siguieron con el juego de doncella y caballero hasta que la risa les ganó el papel. Chica había preparado omelet, jugo de naranja recién exprimido, una pequeña ensalada y hasta un poco de pudin que había sobrado de la última visita de Foxy. No era el enorme festín que le preparaban en su antigua casa, claro. Pero este tenía algo que nunca había tenido allá: cariño.

Todo estaba delicioso. Chica lo notaba por el rostro de el. A momentos ella dejaba de comer y miraba a Golden a la cara mientras el seguía con su festín. Era increíble para ella el hecho de que ahora estuviera ahí, que estuvieran juntos en su casa desayunando como si nada hubiera pasado. No se veía como el Golden que recordaba, pero lo era.

Cuando hubieron terminado de desayunar, el de ojos grises se llevó los trastos a lavar. Por lo mientras Chica recogía las palomitas que habían quedado regadas ayer en la sala, y miraba de reojo a Golden. En una de esas logró observar pequeñas marcas cerca de su cuello y que parecían ir más abajo.

-¿Golden? ¿Qué es esto? -Dijo ella mientras rozaba suavemente las marcas, dándose cuenta de que eran rasguños y cortadas semiprofundas.

Golden se estremeció un poco por el toque y dejó de lavar. Volteó hacia donde estaba Chica y tomó su mano rápido.

-Chica, ehm... En las calles no me fue muy bien que digamos.

-¿Quien te hizo eso?

-Una vez me tocó caer en el barrio equivocado. Tres chicos se me acercaron y pues, me golpearon.

-Oh... Pero debes cubrirte eso. Se podría infectar.

-No es necesario de verdad. - Golden se recorría para evitar que Chica tocara más de su espalda.

-¿Por qué no? Sólo voy a ponerle un poco de alcohol, ¿no me digas que eres un llorón con eso?

-No, no es eso. - el tono de su voz comenzaba a quebrarse un poco, cosa que Chica notó.

Hubo una pequeña pausa entre los dos.

- No es sólo eso, ¿verdad?

Golden sentía que su corazón salía de su pecho. No quería decirlo pero tenía que.

- En casa me golpeaban a veces. Te conté que mi mánager había enloquecido. Lo hizo en muchos aspectos y si llegaba a dañarme físicamente. No quería preocuparte Chica.

- No... No, está bien. Eso quiere decir que de verdad tengo que revisar esas heridas y ver que no sea nada grave.

Golden aceptó. Después de eso Chica pudo ver que su espalda efectivamente tenía marcas de golpes, rasguños, manazos. Pero sabía que no era el tema más correcto para hablar con Golden así que se limitó a curarle sin mencionar nada.

-¡Listo!

Golden estaba sobre la cama de Chica, se sentía mejor en cuestión de sus heridas, pero tampoco quería que nadie supiera eso último que me contó a la ojimorada. Estaba mal.

Chica sintió que debía hacer algo para evitar que el humor de su chico se degradara.

- Esto me recuerda, no tienes ropa aún y está chamarra que te presté ya es muy vieja. ¿Le parece si me convierto en su sastre personal, oh gran caballero?

Chica hizo una reverencia después de pronunciar eso, cosa que a Golden le hizo mucha gracia y siguió.

- Sólo si cuenta usted con las mejores telas del Reino.

- Le aseguró no os decepcionaré.

~Escapé~ #FNAFHS Golden x ChicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora