El viento mueve las cortinas con monotonía pero esta mañana no tiene nada de monótona, he despertado en la cama de un chico que apenas conocí en la madrugada pero es un chico lindo, es respetuoso, es Nate Gardner.
Él ha entrado al apartamento con un par de bolsas de colores vistosos las cuales ha vaciado sobre la mesa, una bolsa de café, un paquete de panecillos y varias frutas son algunas cosas que él ha traído.
—Bueno días Hayashi, te traje el desayuno.
—Buen día Nate, ¿Y tú no vas a desayunar?
—Por supuesto que sí, los chicos con prótesis también comemos por si no lo sabías —rió.
—¿Desayunamos juntos?
—Claro Hayashi.
—Oye, quiero preguntar algo muy necesario.
—Adelante.
—¿Dónde estamos?
—En mi apartamento, ¿No lo recuerdas?
—Como podría olvidarlo pero yo me refiero en que parte de la ciudad se encuentra este apartamento.
—Estamos en el barrio Mortz, a quince minutos de aquí se encuentra la salida de Covell.
—No quiero salir de la ciudad, quiero volver al centro, necesito ir al apartamento, mi ropa ya apesta y reza por que no venga mi período.
—Te compré toallas femeninas en la tienda, soy un chico precavido.
—Cuanta molestia he causado, disculpa Nate.
—No hay problema, relájate Hayashi.
—Gracias.
—¿Y qué harás hoy?
—Afortunadamente es domingo y no tengo que ir a la universidad, supongo que volveré a mi apartamento y me quedaré en la cama todo el día.
—Eso no será así, tengo planes contigo Hayashi.
—¿Qué dices?
—Te acompañaré a tu apartamento, luego daremos una vuelta por el centro de Covell, quiero conocerte más, no todos los días una hermosa chica de apellido Hayashi se desmaya y puedo traerla a mi apartamento.
—Eres muy lindo Nate, será agradable pasar el domingo contigo.
Desayunamos rápidamente, quería salir de ahí no por Nate, sino por mi mal olor, necesito una ducha y arreglarme bien, no todos los días tengo la oportunidad de salir con un encantador chico que tiene prótesis e inventa metáforas geniales.
Él dijo que tomaríamos un taxi, yo quise ir un paso adelante y mientras él se estaba duchando yo llamé ese taxi.
Nate Gardner no deja de cantar mientras se pone su ropa, él puede valerse por sí mismo, es capaz de ducharse y vestirse sin ayuda, no tener piernas no es impedimento para él.
Nate lleva puesta una camiseta a rayas, un pantalón corto que llega a sus rodillas el cual permite ver sus prótesis y unos zapatos deportivos que están algo gastados. Su cabello rubio me deslumbra la vista cuando entra en contacto con la luz del sol y mantiene esa sonrisa traviesa que lo caracteriza.
El taxi llegó en menos de diez minutos…
Antes de subir al taxi Nate resbaló en una roca y estuvo a punto de caer, afortunadamente yo estaba a su lado y pude sostenerlo.
—Sabes Hayashi, eres como una prótesis extra, gracias.
Estoy feliz de ser su “prótesis extra” con la cual pasará el domingo, me estoy desbordando de ilusión aunque debo ser cuidadosa no quiero salir lastimada.
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Lluvia de Estrellas
RomanceSusy Hayashi ha emprendido un viaje, su corazón roto y el recuerdo de una estrella fugaz parecen ser su única compañía en un avión. Un país desconocido, nuevas experiencias y el dulce pero doloroso anhelo de "tener una metáfora" precisamente la llev...