No paraba de dar vueltas en su cama, su almohada estaba más abultada que de costumbre y su sábana le daba demasiado calor.
Estaba harto, si seguía en esa situación iba a empezar a gritar y tirar todas las cosas dentro de esas cuatro paredes. Él siempre había sido alguien pacifista pero a esas alturas se estaba debatiendo si continuar con todo, tenía infinitas ganas de largarse y no volver.
Pero como cada noche su madre había puesto seguro a la puerta, estaba encerrado.
Mientras más lo pensaba más ridículo se le hacía, todas las medidas que sus padres habían tomado para mantenerlo lejos de Gumball no eran sólo extremas sino también ridículos, por Dios santo le habían prohibido sentarse cerca de él, todo para mantener la familia unida.
No se daban cuenta que eso mismo era lo que los estaba separando.
Resignado Darwin se sentó en su cama, restregó sus ojos con fuerza como queriendo descargar su enojo en ellos y obviamente se lastimó.
Se levantó con cuidado, con cada pisada la madera bajo sus pies crujía, odiaba eso, el hecho de que cualquier movimiento sería escuchado le hacía sentir expuesto, sin privacidad.
Por milésima vez en la noche miró su reloj de pared, eran las 5:50, en diez minutos más su padre aparecería para abrir la puerta y dejarle darse una ducha como si fuera un preso.
Justamente a las 6:00 la puerta se abrió y al fin pudo respirar, sinceramente se ahogaba en esas cuatro paredes.
Tomó un largo baño, lavó su cara con desespero, no quería que Gumball lo viera con cara de muerto durante el desayuno (si es que sus padres lo dejaban mirarlo), se puso su ropa habitual y bajó.
Anaís era la única en la cocina, le sonrió apenas lo vio, un simple gesto como ese le subió el ánimo por los cielos, eso era todo lo que necesitaba, que alguien lo tratara como parte de la familia no como un criminal que vivía con ellos.
Veinte minutos después comieron y después de que Nicole se aseguró de que todo estaba en orden llevó a Darwin a la escuela.
.
El golpe secó de una cabeza contra el banco alertó a Carrie, inmediatamente se levantó y fue hasta Gumball.
— Alguien tuvo una mala noche. — Gumball hizo un sonido de lloriqueo bastante patético.
— No dormí, tuve una charla con mi madre antes de dormir, cree que soy una clase de enfermo...
Carrie alzó la ceja.
— No entiendo.
— Descubrió lo mío con Darwin y está empeñada en "curarnos". — levantó la cabeza del banco, sus ojos estaban hinchados y podía jurar que su cara estaba más delgada.
— Eso es un problema, comenzaba a preguntarme donde estaba Darwin...¿Qué vas a hacer? ¿Vas a esperar hasta ser mayor de edad para irte con él?
Gumball miró a Carrie fijamente, como si analizara su propuesta aunque al final negó y volvió su cara al banco, golpeándose un par de veces.
— Falta demasiado, no podría soportar tanto. Nos encierran en diferentes cuartos cada noche, apenas puedo mirarlo...
Carrie suspiró.
— ¿Quieres un tiempo a solas con él hoy?
A Gumball le brillaron los ojos.
— ¿Qué tienes en mente?
.
Los compañeros de su clase eran unos imbéciles, lo único que hacían eran hablar sobre quién se hizo pareja de quién y quién era más bonita en el salón de clases. Él no pertenecía ahí.
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Una palabra: ADOLESCENCIA.
FanfictionCómo destruir una amistad de toda la vida en dos simples pasos: 1. Descubre que sientes algo por tu hermano. 2. Di le que te la pone dura. Y si agregas confesartele frente a todas las personas de la escuela totalmente desnudos no estaría mal.