Who's the stupid now?

Capítulo 2.

-¿Liam? -Murmuró con la voz grave que le caracterizaba.

-Mierda. -Gruñí cabreado con el que se divertía haciendo que mi vida fuera de mal en peor. Gracias escritor de mi vida, que te den por culo.- Hola Harry. -Bufé tratando de calmarme. Menos mal que Louis se había quedado en casa.

-Oh dios, cuanto tiempo, ¿Cómo estás? -Mostró una sonrisa que parecía tan sincera... ¿Algo sincero de alguien falso? Nah.

-Bien, ¿Dónde está el papel higiénico? -Evité su mirada a toda costa. Estaba muy dolido con él por lo que nos hizo, tanto a mi como a Louis. Me había decepcionado casi tanto como Zayn.

-Li... Siento lo que hice, yo ya no soy ese Harry, de verdad, he cambiado.

-No me llames "Li", si no sabes donde está lo que te pido lo mejor será que me vaya sin ello. -Prefería limpiarme el culo con una piedra que seguir con esta conversación. Pero conforme di un paso lejos de él, me cogió del brazo con firmeza.

-Espera, sólo quiero saber algo. -Murmuró incluso con voz temblosa. Tras indagar en su cabeza soltó muy rápido la pregunta y empezó a divagar.- ¿Cómo está Louis? He oído rumores de que os fuisteis juntos a no sé dónde y que estáis juntos, me podrías haber dicho que te gustaba si era así, éramos mejores amigos, no sé... -Aparté mi brazo bruscamente de su mano, consiguiendo deshacerme de esta.

-Eres más retrasado de lo que recordaba, adiós.

Y tan pronto le dije eso, pagué y me fui, sin el maldito papel higiénico y comiéndome la cabeza.

"Ojalá mi psicólogo tenga razón con esto y no sea un error." Me dije a mi mismo mientras trataba de tranquilizarme al pensar que quizá podría encontrarme a alguien incluso peor por esta ciudad, y si lo hacía, se podría ir a la mierda todo lo que he trabajado este año.

...

Cuando llegué a casa, Louis se había encargado de esconder, no me preguntéis donde, las cosas más horteras de la casa.

-Llámame diseñador nato. -Dijo antes de echarse el aliento en las uñas y pasarse estas por el hombro.

-Claro, claro. -Suspiré y, dejando las bolsas en el suelo, fui hacia él y le brindé un gran abrazo. Sabía que no tenía ni idea de lo que había pasado en el supermercado, pero una parte de mi quería protegerlo aunque aún no hubiera ningún peligro cerca.- Esto va a ser un gran comienzo, enano.