Capítulo 3.

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P.O.V. Liam.

Lunes, 8:00 A.M.

Quizá el encuentro de ayer había hecho que todos mis sentidos estuvieran alerta, quizá estaba obsesionado con mi pasado.

Quizá de los dos, yo era el más dramático, o quizá, Louis seguía teniendo esa actitud aniñada, ajeno de toda la realidad que yo tenía tan presente.

Quizá, sólo quizá, no estaba preparado para empezar a trabajar en tal pocilga como era la cocina del dichoso McDonald's.

A veces envidiaba a Louis por su forma de ser, no puedo negarme a mi mismo que muchas veces he deseado tanto ser como él, que me he encontrado manipulando mi propia personalidad para parecerme aunque fuera lo mínimo a su forma de vida. Porque después de toda la mierda que ha pasado, sigue siendo el niño afeminado, pero feliz, que me molestaba con su presencia.

Unos dedos chasqueantes me sacaron del trance.

-Li, nos tenemos que ir, ¿en qué piensas tanto? Aún no te has puesto el uniforme y vamos a llegar tarde. -Sus azulados ojos derrochaban preocupación por doquier, quien sabe si era por el trabajo o por mis ausencias mentales.

-¿Por qué no vas preparando el coche mientras me visto, Lou? Te juro que en dos minutos estoy abajo.

Louis asintió conforme y pronto lo vi desaparecer por el pasillo mal decorado.

Una vez escuché el cierre de la puerta, pude soltar el gran suspiro que llevaba reteniendo tantas horas.

-Ojalá nos vaya mínimamente bien en esta mierda de ciudad.

...

Después de un par de lecciones inculcadas por nuestra jefa, la misma nos asignó nuestros puestos de trabajo; yo en la cocina y Louis en una de las cajas.

Honestamente, prefería cambiarle el puesto a Louis, pero no pensaba decir nada, y mucho menos después de notar el favoritismo hacia mi pequeño amigo por parte de la jefa.

P.O.V. Louis.

Briana, nuestra jefa, me había caído súper bien.

Tenía una corazonada con que llegaríamos a estar realmente a gusto en este sitio. Claro que Liam era un poco más pesimista que yo, sobretodo desde que pasó lo de Zayn. Es incapaz de confiar en absolutamente nada, por otro lado, yo intento verle el lado positivo a las cosas y olvidar el pasado.

La mañana fue pasando tranquilamente, sin mucho que hacer, mas al mediodía empezó a llenarse el local, debo confesar que me puse algo nervioso.

-¿Quiere su Happy Meal con juguete de niño o de niña?

Cada vez que preguntaba eso podía imaginar lo gordos que se pondrían esos niños si seguían comiendo en este sitio.

-Gracias, siguiente.

Despedía a todos y cada uno con una gran sonrisa, la cual se esfumó en cuanto una cara familiar asomó entre la cola. Hicimos contacto visual y mis pulsaciones empezaron a descontrolarse.

-D-discúlpeme.

Me excusé para evitar tal situación, lo primero que hice fue explicarle a nuestra jefa que no me sentía bien para poder escaparme unos minutos de aquella persona.

A tropiezos, conseguí llegar al baño de empleados y mirándome al espejo, apoyado en la pica susurré.- Dios, no puede ser. - Su imagen se repetía una y otra vez en mi mente haciéndome recordar su intento por llamarme entre la multitud.- Liam no puede enterarse...

Gracias a todos los lectores por apoyarme.
All the love, Marina x.

Who's the stupid now?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora