Narras Tú:
Me desperté con un suspiro.
Abrí los ojos y vi que Rubén seguía en la misma posición que cuando se acostó. Me senté en la cama. Bostece. Ya era muy tarde. Menos mal que estaba con Rubén.
Tendría que salir a comprar un nuevo despertador. Bostece otra vez y mire a Rubén. No quise despertarlo así que Salí cuidadosamente de su habitación y cerré con llave como de costumbre.
Camine por los pasillos, me sorprendió que cuando me vi en uno de los vidrios que reflejaban no estaba tan despeinada como yo creía, le alise un poco el cabello, no quería ir a mi habitación, porque perdería tiempo, y quería estar de vuelta con Rubén antes de que despertara.
Me encontré con el chico que me había pedido un favor ayer.
Tu: Hola. ¿Te puedo pedir un favor?
Él asintió.
Tu: Bueno es que voy a salir a comprar algunas cosas y necesito alguien que cuide de mi paciente.
X: ¿Quién es?
Tu: Rubén Doblas ¿Podrías cuidarlo mientras vuelvo?
Él se quedó en silencio.
Tu: No tardare, sólo ve que él esté bien mientras vuelvo ¿Puedes hacerlo?
X: Bien.
Tu: Gracias –dije sonriendo.
Me despedí del chico con una sonrisa y camine hasta estar afuera del manicomio. Subí a mi auto y fui al centro de la ciudad. Entre a una tienda de aparatos electrónicos. Puse un despertador en el mostrador. Mientras espere a que fuera mi turno (había unas dos personas esperando a que les cobraran) vi que en la pared habían luces de noche. Tome una para llevársela a Rubén y que así se sintiera más tranquilo por las noches.
Ya era mi turno de pagar. Metí las cosas en una bolsa, ya iba a salir, cuando alguien abrió las puertas bruscamente, eran 2 hombres con pasamontañas, estaban vestidos de negro y traían unas pistolas.
X: Que nadie se mueva –dijo uno de ellos.
Las únicas personas en la tienda éramos 5; la vendedora. Un hombre de unos 30 años, los 2 sujetos con el pasamontañas y yo.
Uno de los hombres se acercó a la vendedora, le dijo que pusiera todo el dinero que tenía en la caja registradora en una bolsa, mientras él le apuntaba a la cabeza con la pistola.
El otro hombre empezó a meter varios aparatos electrónicos en un costal. Me miro y se acercó a mí.
Xx: ¿Por qué no nos llevamos a ella? –le pregunto el chico que estaba frente a mí a su compañero mientras lo miraba.
Fui rápida, le pegue un golpe en la entrepierna con mi rodilla y cayó al piso.
Xx: ¡Maldita perra! –grito. Yo me agache para tomar la pistola, la agarre. El hombre tomo mi muñeca y la apretó fuertemente diciéndome que le devolviera su arma. Sentí que algo se salió de su lugar y lance un gemido de dolor.
Le apunte con la pistola y él ordene que me soltara. El me soltó.
Tu: Idiota –le dije entre dientes y después le pegue una patada en las costillas.
De acuerdo, tal vez eso si había sido innecesario pero estoy segura de que él me había roto la mano así que...
Mi mano me dolía y muchísimo, no podía mover ni un dedo. Pero en la otra mano traía la pistola. El otro hombre de pasamontañas tomo como rehén a la vendedora, le apunto con la pistola a la cabeza y me dijo que soltara el arma. Yo iba a dejar el arma en el suelo. Pero el hombre de los 30 años (el cual estaba detrás del hombre con pasamontañas) te dio un golpe y lo tiro al piso. El hombre con pasamontañas jalo del gatillo, pero era demasiado tarde, la bala no le dio a nadie, sólo al techo.
El hombre le quito la pistola al ladrón y también lo amenazo como yo lo hice con el que me había roto la mano.
Tu: Llama a la policía –le dije a la vendedora.
Ella seguía en shock. Pero logro llamar a la policía desde su celular. Llegaron en unos minutos, mientras tanto. Entre el hombre de unos 30 años y yo amarramos a los ladrones espalda contra espalda para que no se fueran a escapar, seguían adoloridos. Les quitamos el pasamontañas, el chico al cual yo había atrapado se aprecia mucho a Rubén. Bastante, su color de cabello, sus ojos, color de piel, lo único que los diferenciaba era que el ladrón, no tenía los 2 lunares en el cuello. Yo estaba segura de que Rubén si tenía esos lunares, lo sé porque cuando me abrazo y levante la mirada vi los lunares. No creo que sea posible que el ladrón sea Rubén pero, quien sabe...
ESTÁS LEYENDO
El Psicópata (Rubius y tu)[Adaptada]||Terminada||
Fanfiction-Definitivamente. Desde que tú llegaste ha cambiado -me dijo el doctor Scott. Íbamos caminando por los pasillos, para llegar al cuarto de cámaras, desde ahí se podía ver lo que los "pacientes" hacían en sus habitaciones, mire la pantalla que grabab...